Las siguientes letanías, extraídas del célebre Fasciculus Sacrarum Orationum et Litaniarum ad usum quotidianum Christiani hominis, ex sanctis Scripturis et Patribus collectus, pp 391-401, del año 1612, y traducidas del latín, son un sugestivo sacramental que podemos incorporar en nuestras prácticas devocionales del Sacro Adviento. Sería oportuno añadirlas como conclusión al rezo del Santo Rosario, o en la novena de Navidad, por ejemplo. El nombre oficial es Litaniae ad Christum ex Scriptura Sacra in Adventu, pues pretende especificar la raigambre bíblica de las invocaciones:
LETANÍAS
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten misericordia de nosotros (esta respuesta se repite en cada invocación siguiente)
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santa Trinidad, un solo Dios,
Verbo de Dios, por Quien todas las cosas han sido hechas, (Jn. 1, 3; Col. 1, 16).
Palabra hecha carne, (Jn. 1, 14).
Mesías prometido en la Ley, (Jn. 5, 30-47).
Prefigurado por místicos milagros, (Is. 7, 14).
Predicho por los Profetas, (Miq. 5, 2).
Anunciado por Ángeles, (Lc. 2, 10-11).
Deseado por los Reyes, (Sal. 88).
Anhelado por las naciones, (Ag. 2, 7)
Enviado al mundo por el Padre, (Jn. 3, 16-17).
Concebido por el Espíritu Santo,
Sabiduría enviada desde el trono de la gloria de Dios, (Sab. 9, 10).
Deseo de los collados eternos, (1) (Gén. 49, 26).
Rocío en el vellocino de Gedeón, (Juec. 6, 37).
Zarza ardiente en fuego incombustible, (Éx. 3, 2).
Escala de Jacob, (Gén. 28, 12).
Flor de la Raíz de Jesé, (2) (Is. 11, 1).
Flor de la vara de Aarón, (Éx. 7, 12; Heb. 9, 4).
Flor que aparece en nuestra tierra, (Cant. 2, 12).
Aroma de campo bendecido por Dios, (Gén. 27, 28).
Incienso de suavísima fragancia sobre altar de oro, (Éx. 25, 6; 39, 37).
Nardo y cinamomo en huerto cerrado, (3) (Cant. 4, 12-14).
Sello puesto sobre el corazón, (Cant. 8, 6).
Piedra del monte desprendida sin intervención de mano alguna, (Dan. 2, 34).
Agua saludable sacada del pozo de Belén, (II Sam. 23, 15; I Cor. 11, 17).
Nuevo vino en odre nuevo, (Mt. 9, 17; Mc. 2, 22; Lc. 5, 37).
Agua viva que fluye como torrente desde el Líbano, (Cant. 4, 15).
Árbol de la Vida plantado en medio del Paraíso, (Gén. 3, 3).
Fuente que mana del Paraíso, (Gén. 2, 6).
Agua de la vida en fuente sellada, (3) (Cant. 4, 12; Apoc. 7, 17).
Lámpara puesta sobre candelabro purísimo, (Lc. 11, 33).
Estrella de Jacob, (Núm. 24, 17).
Cetro de Israel, (2) (Ídem).
Sol del que está vestida la Mujer, (Apoc. 12, 1).
Varón rodeado por la mujer, (Jer. 31, 22).
Verdad que brota de la tierra, (Sal. 85, 11).
Justicia que desciende del Cielo, (Ídem).
Salvador que entra por la puerta cerrada, (Ez. 44, 1-2).
Príncipe sentado en la puerta oriental, (Ez. 44, 2-3).
Linaje de la Mujer que aplasta la cabeza de la serpiente, (Gén. 3, 15).
Progenie de Abraham por la cual son bendecidas todas las naciones, (Gén. 3, 29).
Salvación y esperanza, (Mt. 1, 21; I Cor. 15, 19).
Emmanuel nuestro, (Is. 7, 14; Mt. 1, 23).
-Senos propicio,
-Perdónanos, Señor.
-Senos propicio,
-Escúchanos, Señor.
-Senos propicio, líbranos, Señor (esta respuesta se repite en cada invocación siguiente)
De todo mal,
De todo pecado,
De un corazón duro y perverso,
De toda costumbre malvada,
De toda pasión desordenada,
De toda aspereza de costumbres,
De toda malicia e indolencia,
De una mala y eterna muerte,
Por tu predestinación desde toda la eternidad, (Jn. 1, 1; 8, 58).
Por tu Advenimiento,
Por el misterio de tu santa Encarnación,
Por tu virginal e Inmaculada Concepción, (4) (Is. 7, 14; Lc. 1, 34-35).
Por la fe y la obediencia de la gloriosa Virgen, (Lc. 1, 38).
Por la virginal fecundidad de tu Santísima Madre, (Lc. 2, 7).
Por la plenitud de gracia comunicada a tu Madre, (Lc. 1, 28. 48).
En el Día del Juicio, nosotros pecadores, te rogamos, óyenos (esta respuesta se repite en cada invocación siguiente)
Que te dignes salvarnos de nuestros pecados,
Que te dignes dirigir a Ti todas nuestras acciones,
Que te dignes hacer que tengamos para Ti nuestra morada preparada,
Que te dignes rellenar con tu gracia todo valle de pusilanimidad,
Que nos concedas gozarnos siempre en Ti y glorificarte,
Que te dignes mirar nuestra humildad y extender sobre nosotros el brazo de tu poder,
Que te dignes colmarnos a nosotros, pobres, de tus bienes,
Que te dignes hacernos coherederos de tu Reino,
Que te dignes atender nuestras súplicas,
Hijo de Dios,
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
-Perdónanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
-Escúchanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
-Ten misericordia de nosotros.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.
-Señor, ten piedad.
-Cristo, ten piedad.
-Señor, ten piedad.
Padrenuestro…
-Ven a liberarnos, Señor, Dios de las virtudes.
-Muéstranos tu Rostro y seremos salvos.
-Acuérdate de nosotros, Señor, como el pueblo de tu beneplácito.
-Visítanos con tu salvación.
-Muéstranos, Señor, tu misericordia.
-Y danos tu salvación.
-Señor, escucha nuestra oración.
-Y llegue a Ti nuestro clamor.
Oremos.
Excita,
Señor, tu poder y ven, para que con tu protección merezcamos vernos
libres de los inminentes peligros de nuestros pecados y con tu gracia
podamos salvarnos.
Purifica, Señor, nuestras
conciencias visitándolas, para que tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro,
encuentre en nosostros al venir una morada preparada para Él.
Oh,
Dios, que sabes que nuestra humana fragilidad no puede subsistir a
tantos peligros como nos acechan, danos salud de alma y de cuerpo para
que, con tu ayuda, podamos superar los sufrimientos por nuestros
pecados.
Todopoderoso e indulgente Dios, sé
propicio a nuestras plegarias y libra nuestros corazones de las
tentaciones de malos pensamientos para que merezcamos convertirnos en
digna morada del Espíritu Santo.
Concede, te
rogamos, Dios Todopoderoso, que los sagrados misterios de nuestra
redención nos otorguen los auxilios necesarios a la vida presente y nos
alcancen los premios de la bienaventuranza eterna. Por Jesucristo, tu
Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
-Señor, escucha mi oración.
-Y llegue a Ti mi clamor.
-Bendigamos al Señor.
-Demos gracias a Dios.
-Y las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
-Amén.
Referencias:
1. Ídem "Letanías del Sagrado Corazón de Jesús".
2. Radix Iesse ("Raíz de Jesé") y Sceptrum Israel ("cetro de Israel") son títulos que atribuidos a Jesucristo en las celebérrimas Antífonas "O".
3. Hortus conclusus y Fons signatus ("Huerto cerrado" y "Fuente sellada") son títulos aplicados a Nuestra Señora, especialmente por la "Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto".
4. Los católicos creemos firmemente solo en dos "concepciones inmaculadas" (entiéndase "sin pecado original"): la del Salvador Jesucristo y la de su Santísima Madre).
17 de diciembre de 2017, Domingo III de Adviento, Gaudete.
Entrada dedicada a Cristo, el Mesías, única Fuente de la verdadera alegría.
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