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viernes, 17 de agosto de 2018

Santa Beatriz da Silva, virgen: himnos litúrgicos





Cada 17 de agosto, la Orden de la Inmaculada Concepción celebra la "solemnidad" ("fiesta" para la II Orden, "memoria obligatoria" para los Frailes Menores, y "libre" para la Familia Franciscana) de santa Beatriz da Silva, virgen. Estos son los himnos litúrgicos propios:


I Vísperas
: (sólo para las Concepcionistas). 

I

Beatriz, que abandonaste
tu familia, casa y tierra,
puro y libre el corazón,
para sólo Dios reservas.

Luchó y creció tu virtud
entre peligros, ilesa,
que el amor santo es victoria
y libertad la pureza.

En la Cruz de tu Señor
por siempre clavada quedas,
y en su Madre Inmaculada
halla razón tu existencia.

Te hizo Dios madre fecunda
y de vírgenes maestra,
fiel y experta en los caminos
donde el Espíritu alienta.


En tu morir, como el grano,
rico fruto dio tu siembra,
que nunca defrauda Dios
a quien todo de Él espera.

Al Padre, al Hijo, al Amor
sea la gloria perfecta,
que en María y en los santos
de su Cielo nos dan prenda. Amén.

II

Oh, Madre Beatriz, que desde el Cielo
invitas a tus hijas a la fiesta,
desciende entre nosotras sin recelo,
convierte en gozo la añoranza nuestra.

Oh, Madre Beatriz, flor de azucena,
cuando la luz del alba es dulce y tierna,
concédenos tu amor, tu paz serena,
radiante como el sol de tu pureza.

Oh Madre Beatriz, luz y hermosura,
trigal de Dios, viviente eucaristía,
concédenos el don de la ventura
de amar el Pan de Dios que es Pan de vida.

Cantemos al Señor, Padre amoroso,
y al Hijo que a su amor a todos llama;
pidamos con deseo fervoroso:
Espíritu de Dios, ven a mi alma. Amén.


Oficio de lectura

I

Dichosa, Beatriz, predestinada
para esposa del Rey de Tierra y Cielo.
No pudo el mundo vano retenerte,
ya eras de Dios desde tu nacimiento.

Clara su voz en tu alma resonaba
librándote de envidias y señuelos.
Sabia renuncia y elección la tuya,
que te ganaba un Reino y bien sin precio.

Para sellar contigo su alianza,
Dios, con presteza, te llevó al desierto;
para tu alta misión te preparaba
con años de sufrir y de silencio.

Largo esperar debiste aquel destino
que mostrado te fue en tu cautiverio.
Cuando tu vida consumó su entrega,
alcanzó su logrado cumplimiento.

De ti formó el Señor una familia
de vírgenes que ardiesen en tu fuego,
para honrar a su Madre pregonando
su Pura Concepción con santo celo.

Cristo, que de tu amor y tu pureza
a Beatriz hiciste fiel espejo,
por ella y por tu Madre Inmaculada,
haz que con puro corazón te amemos. Amén.

II

Palabra del Señor, manantial vivo
de luz, de ser, de amor, de vida eterna,
Palabra que al hablar nos estremece
de tanto que nos dice que nos quiere.

Palabra creadora de grandezas,
fecunda y poderosa en los humildes,
Palabra que Beatriz guardó en su alma,
de Cristo y de su Cruz enamorada.

Cantemos al Señor, pues dice y hace
proezas de su amor en quien Lo ama:
pidamos al Señor que el nuevo día
nos abra el corazón a nueva vida.

Oh, Padre bondadoso y bien amado,
de nuestra santa madre y de sus hijas,
por Cristo, Hijo tuyo y tu Amor santo
recibe el aleluya de este canto. Amén.


Laudes

I

Rómpete, aurora, y florezca
la dicha que llevas dentro,
deja que inunde tu centro,
deja que el gozo amanezca.

Hoy es el día feliz
que vio encenderse una rosa
de luz en la frente hermosa
de la virgen Beatriz.

Día de gracia cumplida
y camino terminado,
pues el encuentro ha llegado
con la Verdad y la Vida.

El invierno ya ha pasado,
ya da sus brotes la higuera,
y hay gloria de primavera
entre la amada y su Amado.

Grite el silencio, alertando
en la noche de la espera,
como si el Cielo estuviera
aquí con la luz llegando.

Que la enramada sonora,
y el aire de leves alas,
y las flores con sus galas
llenen de gozo esta hora.

Resuenen en este día,
de santa Beatriz memoria,
en el Cielo himnos de gloria,
y en la Tierra de alegría. Amén.

II

Sin tilde en fe y en amor:
así nos quiere el Señor.
Amor y fe de Abrahán,
fe y amor de Beatriz:
los hijos de tal raíz
amados de Dios serán.

Abrahán dejó su casa,
y Beatriz su palacio:
con Dios no andemos despacio,
entreguémonos sin tasa.

Abrahán y Beatriz
vivieron del sacrificio:
en ofrendarse está el quicio
de abrirse libre y feliz.

Hijos en la noche bella
a Abrahán promete Dios:
un cielo blanco va en pos
de Beatriz y su estrella.

A Dios, Padre Creador,
Palabra santificante,
Espíritu iluminante,
siempre gloria, honra, amor. Amén.


II Vísperas


De muchos corazones codiciada,
en la corte real era una perla:
mas ella, iluminada,
se fue tras otra Perla
y todo lo dejó por poseerla.

Dejó tras sí el fasto y la fatiga,
el falso gozo, el corazón turbado:
buscaba ser amiga
y esposa del Amado
que sacia el corazón enamorado.

Huyó por calles, pueblos y caminos,
buscándole a su amor lugar seguro:
que los goces divinos
de amor virginal puro
se dan mejor tras el bendito muro.

Amó, gozó, sufrió; y de esta suerte
fundó una nueva religión pujante;
cuando juntó la muerte
amada con Amante,
el amor se hizo luz en su semblante.

Al Padre, que nos colma de alegría,
al Hijo, que nos prenda con su encanto
hecho hombre en María,
y al Espíritu Santo,
honor y gloria y sempiterno canto. Amén.


17 de agosto de 2018, para las Concepcionistas, "solemnidad" ("fiesta" para la II Orden, "memoria obligatoria" para los Frailes Menores, y "libre" para la Familia Franciscana) de santa Beatriz da Silva, virgen. Entrada dedicada a la santa.

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