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jueves, 2 de agosto de 2018

Santa María de los Ángeles de la Porciúncula: himnos litúrgicos


 


Cada 2 de agosto, la Familia Franciscana celebra la "fiesta" de Santa María de los Ángeles de la Porciúncula. Es "solemnidad" en la provincia religiosa de Umbría. Estos son los himnos litúrgicos propios:


Oficio de lectura

Humilde Virgen de las vegas,
María, Reina de los ángeles,
son tus caminos en la tierra
huellas de amor, pasos de madre.


Estás allí donde tus hijos,
donde una mano suplicante
prende el aceite de la lámpara,
¡oh, siempre fiel!, para mirarte.


A tu capilla de los campos
llega el labriego jadeante;
pide perdón el Pobrecillo
y alcanza rosas celestiales.


Aquí se arriman los hermanos
con preces, penas y cantares,
a ti, porción de los menores,
que en los pequeños te complaces.


Hijos de paz junto a tus plantas,
de Asís al ancho mundo salen,
y con cristiana cortesía
cantan la paz como juglares.


Por ti, María, toda pura,
aroma y gracia en nuestra carne,
vuelva a Jesús nuestra alabanza
con la liturgia de los ángeles. Amén.


Laudes

I

Tu humilde ermita, Reina de los ángeles,
joya de Asís, espejo de pobreza,
era amada por ti, Santa María,
y agraciada por Dios con su presencia.

La restaura Francisco generoso
y a ti, Madre del Verbo, en ella ruega
que te dignes hacerte su abogada,
que le enseñes las sendas evangélicas. 

En ella alcanza la sabiduría,
descubre el Evangelio, a él se entrega,
en ella Dios le aumenta los hermanos,
en ella Clara consagrada queda. 

En ella, cuando Dios a Sí lo llama,
cumple Francisco su oblación suprema,
que honren y amen un lugar tan santo
con ardor a sus hijos recomienda. 

El altar que allí tienes consagrado
es trono de la gracia y la clemencia,
allí las busca el pecador contrito,
allí perdón y paz el alma encuentra.

Madre de la Familia Franciscana,
obtennos con tus ruegos indulgencia;
con Francisco te amamos y alabamos,
contigo a Dios cantamos su grandeza. Amén.

O bien:

II

Cuando el joven Francisco ha dejado
algazaras mundanas y fiestas,
una voz desde el Cielo le dice:
«Ve, Francisco, repara mi Iglesia.»

 Y allá va mansamente Francisco
derramando humildad y pobreza,
y pidiendo por calles y plazas:
«¿Quién me da de limosna una piedra?»

Y se mete a albañil con denuedo,
reparando tabiques y grietas,
y levanta la pobre iglesita
que será su tesoro en la tierra.

Y a sus hijos les dice tajante:
«Si os echaren un día de ella,
entraréis por aquella ventana
si no os dejan entrar por la puerta.»

 ¡Capillita de Santa María,
relicario de Santa pobreza!
En ti quiere morar San Francisco
cuando ve que la muerte se acerca.

Y son mudos testigos sus piedras
de la dulce plegaria postrera,
que cantando con suaves acentos
elevara Francisco en la tierra.

Demos gloria al Padre y al Hijo
como el dulce Francisco Les diera,
y al Espíritu, Gracia divina,
que morando en las almas se queda. Amén.



Vísperas

Entre la tierra y el cielo,
una escalerilla blanca;
para sostenerla firme,
ángeles suben y bajan.

Y fijando nuestro ascenso,
arriba, tú, Estrella y Ancla.
Nuestro Padre San Francisco
anima nuestra escalada.

Virgen de la vida pura,
alívianos de la carga
alcanzándonos de Dios
el perdón de nuestras faltas.

Madre de los pecadores,
alienta con tu mirada
nuestros pasos vacilantes
hacia Dios, en la esperanza.

Madre–Virgen de Jesús,
Virgen–Madre de las almas,
pues somos hermanos
suyos, llévanos a su Morada.

Y serás tú bendecida,
y la Trinidad muy Santa
–el Padre, el Hijo, el Espíritu–
por siempre glorificada. Amén.


2 de agosto de 2018, para la Familia Franciscana, fiesta de Santa María de los Ángeles de la Porciúncula. Entrada dedicada a ella, y a san Pedro Julián Eymard, presbíerto, cuya festividad también se celebra hoy, y de cuya muerte se cumplieron 150 años el 1° /08/2018.


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