La versión digitalizada del Misal Romano de la Conferencia Episcopal Argentina, en el n. 33 b, ha publicado el siguiente Prefacio, precedido de su correspondiente rúbrica:
"Cristo, Señor y Juez de la historia"
Este Prefacio se dice en las misas del tiempo, desde el primer domingo de Adviento hasta el día 16 de diciembre, y en las restantes Misas que se celebran durante este mismo tiempo y no tienen prefacio propio.
PREFACIO
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias,
es nuestro deber cantar en tu honor
himnos de bendición y de alabanza,
Padre todopoderoso,
principio y fin de todo lo creado.
Tú has querido ocultarnos el día y la hora en que Cristo, tu Hijo,
Señor y Juez de la Historia,
aparecerá sobre las nubes del cielo revestido de poder y de gloria.
En aquel día, tremendo y glorioso al mismo tiempo,
pasará la figura de este mundo
y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.
El Señor se manifestará entonces lleno de gloria,
el mismo que viene ahora a nuestro encuentro
en cada hombre y en cada acontecimiento,
para que lo recibamos en la fe
y para que demos testimonio por el amor,
de la espera dichosa de su reino.
Por eso, mientras aguardamos su última venida,
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
es nuestro deber cantar en tu honor
himnos de bendición y de alabanza,
Padre todopoderoso,
principio y fin de todo lo creado.
Tú has querido ocultarnos el día y la hora en que Cristo, tu Hijo,
Señor y Juez de la Historia,
aparecerá sobre las nubes del cielo revestido de poder y de gloria.
En aquel día, tremendo y glorioso al mismo tiempo,
pasará la figura de este mundo
y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.
El Señor se manifestará entonces lleno de gloria,
el mismo que viene ahora a nuestro encuentro
en cada hombre y en cada acontecimiento,
para que lo recibamos en la fe
y para que demos testimonio por el amor,
de la espera dichosa de su reino.
Por eso, mientras aguardamos su última venida,
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
4 de diciembre de 2022, Domingo II de Adviento.
Entrada dedicada al Señor Jesucristo. Mesías de Dios, y a su santo Precursor Juan.
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