Este Prefacio se dice en las Misas de Navidad y en su octava. Durante la octava, se dice incluso en aquellas Misas que, si se celebraran en otro tiempo, tendrían prefacio propio, pero no en aquellas que tienen prefacio propio referido a las Personas divinas o sus ministerios. También se dice en las ferias del tiempo de Navidad.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno:
Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne,
la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor,
para que, conociendo a Dios visiblemente
lleguemos al amor de lo invisible.
Por eso con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
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