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domingo, 21 de diciembre de 2025

Plegaria a la Virgen encinta y a San José







"Santa María encinta, Virgen Madre del Dios Viviente hecho carne; San José, supremo Custodio de este Misterio inefable: con la ternura con que esperaron y acogieron al Hijo de Dios en la Noche preclara de su Nacimiento, contemplen ahora a los que, en el gran Adviento de la historia, aguardamos su segunda Venida.


Ustedes, de linaje real, elegidos por Dios para ser partícipes de la inauguración de la plenitud de los tiempos, muéstrennos a Cristo y pongan en evidencia ante nosotros a los falsos "mesías" de ayer y de hoy.


Ustedes, de fe inquebrantable, a quienes Jesús, el Emmanuel, quiso llamar "Madre" y "padre", en cumplimiento de los designios del mismo Padre Eterno, enséñennos a vivir de acuerdo con la dignidad filial de la que fuimos revestidos en las aguas bautismales.


Ustedes, de esperanza imperturbable, que ante las dificultades de la vida, jamás perdieron la serenidad y la confianza en Dios, líbrennos de toda duda y desánimo.


Ustedes, de amor incondicional, que lo arriesgaron todo para proteger al Hijo de Dios de las asechanzas de los enemigos, defiéndannos de Satanás y de sus huestes.


Ustedes, de fidelidad admirable, a quienes el Altísimo confió su mismo Hijo, el Dios hecho hombre, que quiso obedecerles filialmente, ilumínennos para conocer y cumplir la Divina Voluntad.


Ustedes, de corona inmarcesible, que alcanzaron la plenitud de la gracia en la Tierra y que ahora gozan de la mayor gloria en el Cielo, intercedan por nosotros, pecadores, ahora y en el trance final.


Ustedes, de santidad incomparable,  que reúnen en sí los santos anhelos de los Justos de todo tiempo y lugar, enciendan nuestras lámparas, para que celebremos piadosamente la primera Venida de Cristo y anhelemos fervorosamente la Segunda.

María y José de Nazareth, que merecieron convivir en la Tierra con Jesús, Aquel de Quien todos deseamos obtener la Vida del Cielo, intercedan para que Él mismo sea el compañero de nuestra peregrinación por este mundo y el Premio definitivo en la eternidad. Amén".



21 de diciembre del Año Jubilar 2025, Domingo IV de Adviento.
Entrada dedicada al Cristo, Sol que nace de lo alto, y a sus gloriosos padres María y José.

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