Hace casi cuatro años, la República de México fue honrada con la Visita de Su Santidad Benedicto XVI, el cual, tras las huellas de su santo Predecesor Juan Pablo II, quiso bendecir la tierra guadalupana con su presencia como Vicario de Cristo. En esa ocasión, publiqué una entrada con este mismo título, a la que remito, en la que compartí una reflexión sobre el impacto de cualquier Visita papal, sobre todo en México, impacto que quizás no atraiga tanto a los medios masivos de comunicación como las protestas marginales -siempre menores- de aquí o de allí, suscitadas contra eventos papales de esta naturaleza, a causa de la ignorancia, el ateísmo o el desprecio por la Iglesia Católica.
Hoy, una vez más, México, "siempre fiel", como fue bautizado en tiempos de Juan Pablo II, se prepara para recibir al Vicario de Cristo, esta vez en la persona humilde y a la vez grandiosa del Papa Francisco. Gran don de Dios para el pueblo mexicano, fruto del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
Como un modo de adhesión a esta nueva bendición que Dios derrama sobre este país entrañablemente mariano, comparto con ustedes el himno oficial comentado, que -junto a los demás, preparados por cada estado en que estará el Pontífice- se va a escuchar durante los días de la Visita, entre el 12 y el 17 de febrero:
"Francisco es"
Ha llegado desde lejos
a renovar la Iglesia entera.
Ha llegado a iluminar
como hace el sol en primavera.
"Todos fueron a buscarlo
al fin del mundo", dijo él.
Con sencillez en sus palabras
suplicó nuestra oración.
Estribillo:
Francisco es, Francisco es,
el nombre que eligió,
para ser nuestro Pastor.
Francisco es, Francisco es,
humilde Siervo del Señor;
nueva esperanza nos alegra el corazón.
Ha llegado desde lejos
y asignado Pescador;
su mirada es el reflejo
de una vida con amor.
Buscando misericordia
dentro de tu corazón,
Misionero de la paz,
del amor y del perdón.
Estribillo:
Misionero es, Francisco es,
el nombre que eligió,
para ser nuestro Pastor.
Misionero es, Francisco es,
humilde Siervo del Señor;
nueva esperanza nos alegra el corazón.
Francisco es, Francisco es
Misionero de la paz,
del amor y del perdón.
Francisco ven, Francisco ven,
a renovar la fe cristiana,
nuestra Iglesia, nuestro hogar.
Francisco ven, Francisco ven.
Misionero de la paz y del amor,
Misionero de la Misericordia.
¡Francisco! (cinco veces)
Misionero de la Misericordia.
Comentario
El estribillo, primero resalta el hecho no poco significativo del nombre elegido por el Santo Padre, hecho que insinúa el título de la canción, y que la última estrofa osa repetir cinco veces. Recurre, además, a la tradicional denominación de los Pontífices Romanos: "Siervo del Señor" ("Siervo de los siervos del Señor"), que es la del mismo Cristo, como lo expresa tan claramente el Libro de Isaías.
Esta estrofa del estribillo, que menciona dos veces el nombre "Francisco", al repetirse, cambia la primera por la palabra "Misionero", realizando una sugestiva identificación entre los dos vocablos: "Francisco" es sinónimo, por así decirlo, de "Misionero".
Ambas estrofas del estribillo se concluyen con la manifestación de la "alegría" y la "esperanza" que nos suscita ser el rebaño de un "Pastor" como Francisco.
Habiéndonos referido al estribillo, reflexionemos ahora sobre el resto de las estrofas:
La primera se refiere al origen lejano del Sumo Pontífice con respecto a Roma, tema al que el mismo Papa hizo alusión el día de su elección desde la Logia de las Bendiciones en la Basílica de San Pedro. Se trata del primer Papa del Nuevo Mundo, el primero que se llama Francisco y el primer jesuita.
El hecho de que haya venido "a iluminar como el sol" es un metáfora que describe muy logradamente al Sucesor de Pedro, quien al ser Vicario de Cristo es enviado por el Señor -y como Él-, que es el Sol de justicia, a iluminar a los hombres con el esplendor de la verdad.
La segunda estrofa retoma la idea del origen "lejano" del Papa y pone de relieve su humildad, evocando el pedido público que hizo de que rezásemos por él el mismo día de su elección.
La tercera estrofa, vuelve a reiterar la idea de que llegó "desde lejos", y le llama "Pescador", evocando la figura de Pedro, el primer Papa. La metáfora de la mirada, como reflejo de la vida, también tiene reminiscencias bíblicas. Describe la fidelísima trayectoria del Papa Bergoglio.
La cuarta estrofa se refiere a la "misericordia", nota característica del Pontificado de Francisco, que realiza su Visita pastoral a México precisamente en el marco del Jubileo Extraordinario de la Misericordia que él mismo convocó. Paz, amor y perdón son las virtudes que Francisco tiene, y con las que ilumina.
La quinta estrofa retoma la oración gramatical del estribillo: "Francisco es", y cambia inmediatamente el verbo "es" por el verbo "ven", añadiendo el pedido de que renueve la fe, la Iglesia, el hogar.
La quinta estrofa intensifica el pedido "ven" y enfatiza la caracterización de Francisco como "Misionero de Misericordia, paz y amor".
2 de febrero de 2016, fiesta de la Presentación del Señor. (Entrada dedicada a la Sagrada Familia y a los santos profetas Simeón y Ana).
Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
Clausura del Año de la Vida Consagrada.
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