Cada 22 de enero, Argentina y Chile, y en cualquier parte, la Familia Salesiana, celebra la memoria litúrgica (en algunos lugares, "libre"; en otros, "obligatoria") de la beata Laura Vicuña, virgen. Estos son los himnos litúrgicos propios:
Oficio de lectura: (del Común de vírgenes)
Esta mujer no quiso
tomar varón ni darle su ternura,
selló su compromiso
con otro amor que dura
sobre el amor de toda criatura.
Y tanto se apresura
a zaga de la huella del Amado,
que en él se transfigura,
y el cuerpo anonadado
ya está por el amor resucitado.
Aquí la Iglesia canta
la condición futura de la historia,
y el cuerpo se adelanta
en esta humilde gloria
a la consumación de su victoria.
Mirad los regocijos
de la que por estéril sollozaba
y se llenó de hijos,
porque el Señor miraba
la pequeñez humilde de su esclava. Amén.
Laudes
Señor, que ensalzas y humillas,
¡qué grande eres en tus santos,
y qué pobres nuestros cantos
ante tantas maravillas!
Ellos son los seres grandes
que van siguiendo tu huella.
Gracias, pues, porque en los Andes
brotó esta rosa tan bella.
Tú le enseñaste a crecer
con la firmeza del viento,
para ser como mujer,
limpia como el firmamento.
Aprendió a alzarse del suelo,
libre de intenciones malas,
como el cóndor alza el vuelo
sin sentir lastre en las alas.
Por eso, cuando pretende
dominarla el poderoso,
ella se encara y defiende
su tesoro más precioso.
Al final, cuando ya sabe
que se acerca la partida,
pide a la madre que acabe
dando sentido a su vida.
Y el Cielo acepta propicio
el cuerpo grácil, exhausto,
que se ofrece en sacrificio
como el mejor holocausto.
Señor, que ensalzas y humillas,
¡qué grande eres en tus santos,
y qué pobres nuestros cantos
ante tantas maravillas! Amén.
Vísperas
¡Qué grande eres en tus santos,
Señor, qué admirable en ellos!
Encarnando tu palabra,
se hicieron tus mensajeros.
Su vida es mensaje tuyo,
espejo de tu Evangelio.
Gracias por Laura Vicuña:
¡cómo germinó en su pecho
la alegría de vivir
y la hermosura de tu Reino!
Sencilla, ofreció su vida
por quien se la dio primero,
y tú acogiste la flor
ardiente de sus deseos.
Y aprendió de Ti la dócil
mansedumbre de cordero,
víctima sobre la cruz
pura de su ofrecimiento.
Danos, Señor, la grandiosa
sencillez de los pequeños,
y poder entrar un día
como niños en tu Reino. Amén.
22 de enero de 2018, para los salesianos, y en Chile y Argentina, memoria litúrgica de la beata Laura Vicuña, virgen. Entrada dedicada a ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario