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viernes, 25 de diciembre de 2020

"El Día con mañana"


 
 
Empleado como adverbio, el vocablo "mañana" se refiere puntualmente al día completo que le sigue inmediatamente: Mañana estaré aquí.

Pero cuando "sustantivamos" gramaticalmente la palabra "mañana", podemos hacerlo en femenino o en masculino. Así, nos estaremos refiriendo a "la mañana" o "al mañana" en relación con cierto día.

En el primer caso (femenino), estaremos aludiendo a la mañana propia del día en cuestión o de otro: Llegó hoy a la mañana; En la mañana del jueves nos reuniremos. En el segundo (masculino), y de manera más amplia, al futuro, inmediato o no, de dicho día: "No sé si en el/un mañana seguiré pensando igual".
 
El Misterio de la Natividad temporal del Señor, actualizado en el perenne Hoy de la liturgia, en el segundo sentido, puede entenderse como "un Día con mañana" (masculino), es decir, como un "Día" (así con mayúscula, por su extraordinaria santidad), que "se orienta" hacia Otro, del futuro, aún más sagrado, el de nuestra redención: la Pascua del Señor, para la cual Él verdaderamente se encarnó, nació, vivió y murió, en orden a nuestra eterna salvación. Encarnación y Natividad no tendrían razón de ser si no fuera por la Resurrección.

A su vez, la Pascua cristiana, es otro "Día con mañana": la Parusía. En efecto, la salvación del género humano, consumada en el triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte, "se orienta", por así decirlo, hacia la Parusia y al Juicio final en donde se reteribuirá a cada quien según su fe y sus obras. Es por ello que, desde este mismo punto de vista, la Parusía puede entenderse como "un Día sin mañana", ya que será el de la recapitulación de todo en Cristo y de la instauración definitiva de su Reino de paz, justicia y amor.
 
El Verbo de Dios es el Mesías prometido, que fue engendrado por el Padre en la eternidad y por el Espíritu, en el seno virginal de María, en el tiempo. Que sea el verdadero Día sin ocaso, que amanezca para siempre en nuestra vida y en nuestra historia.


25 de diciembre de 2020, solemnidad de la Natividad del Señor.
Entrada dedicada a Jesucristo, Verbo de Dios, Sol naciente y Día sin ocaso.

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