Guion: ver aquí.
La versión digitalizada del Misal Romano de la Conferencia Episcopal Argentina ha publicado, para esta fiesta del Señor, el siguiente formulario de Misa, con las correspondientes rúbricas:
Bendición y procesión de las candelas
Primera forma: Procesión
1. En la hora más conveniente, se reúnen todos en una iglesia menor o en otro lugar oportuno, fuera de la iglesia hacia la que va a encaminarse la procesión. Los fieles tienen en sus manos las candelas apagadas.
2. Llega el sacerdote con los ministros, revestidos con vestiduras blancas como para la misa o bien con la capa pluvial que en este caso se usa hasta que termine la procesión.
3. Se encienden las candelas mientras se canta la antífona:
Ya el Señor llega con poder,
e iluminará los ojos de sus servidores. Aleluia.
U otro cántico apropiado.
4. El sacerdote saluda como de costumbre al pueblo y hace luego una breve monición para invitar a los fieles a celebrar esta fiesta de manera activa y consciente. Puede servirse de esta monición o de otra semejante:
Queridos hermanos:
Hace cuarenta días, hemos celebrado con alegría
la Navidad del Señor.
Hoy conmemoramos el día feliz
en que Jesús fue presentado en el templo por María y José,
cumpliendo públicamente la ley de Moisés,
pero, en realidad,
yendo al encuentro de su pueblo que lo esperaba con fe.
Los santos ancianos Simeón y Ana fueron al templo
impulsados por el Espíritu Santo;
allí, iluminados por el mismo Espíritu,
conocieron al Señor y lo proclamaron con alegría.
También nosotros, congregados en la unidad por el Espíritu Santo,
vayamos hacia la casa de Dios al encuentro de Cristo.
Lo encontraremos y reconoceremos en la fracción del pan,
hasta que vuelva revestido de gloria.
5. Después de la monición, el sacerdote bendice las candelas, diciendo con las manos juntas:
Oremos.
Dios y Padre nuestro, fuente y origen de toda luz,
que en este día has mostrado al justo Simeón
la Luz para iluminar a las naciones:
te pedimos humildemente que + bendigas estos cirios.
Escucha las súplicas de tu pueblo,
que se dispone a llevarlos para alabanza de tu nombre,
a fin de que, siguiendo el camino de las virtudes,
pueda llegar a la luz que no tiene fin.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
O bien:
Oremos.
Señor y Dios nuestro,
luz verdadera que creas y difundes la luz eterna:
derrama la claridad de tu luz en el corazón de los fieles,
para que cuantos son iluminados en tu santo templo
por el resplandor de estos cirios,
puedan alcanzar el esplendor de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Y rocía las candelas con agua bendita sin decir nada, y coloca el incienso para la procesión.
6. El sacerdote recibe del diácono o ministro su propia candela encendida y comienza la procesión, diciendo el diácono (o, en su defecto, el mismo sacerdote):
Vayamos en paz al encuentro del Señor.
O bien:
Vayamos en paz.
En cuyo caso, todos responden:
7. Todos llevan sus candelas encendidas. Durante la procesión puede cantarse alternadamente la siguiente antífona I Luz para alumbrar a las naciones con el cántico (Lc 2, 29-32), o la antífona II Embellece tu trono u otro cántico apropiado.
I
Ant. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu servidor irse en paz.
Ant. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador.
Ant. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
A quien has presentado ante todos los pueblos.
Ant. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
II
Embellece tu trono, Sión, y recibe a Cristo Rey:
Abraza a María, la puerta del cielo,
pues ella conduce al Rey de la gloria
revestido de nueva luz.
Permanece Virgen llevando en sus manos
al Hijo nacido antes del lucero del alba.
Simeón lo tomó en sus brazos
y proclamó ante los pueblos
que es el Señor de la vida y de la muerte
y Salvador del mundo.
8. Cuando la procesión entra al templo, se canta la antífona de entrada, u otro canto apropiado. Llegado el sacerdote al altar, lo venera, y si se utiliza el incienso, lo inciensa. Va a la sede, si la ha utilizado, cambia la capa pluvial por la casulla y después inicia la oración del Gloria; a continuación sigue la oración colecta. Y la misa continúa de manera habitual.
Segunda forma: Entrada solemne
9. Los fieles, con candelas en sus manos, se reúnen en la iglesia. El sacerdote, con ornamentos blancos, acompañado por los ministros y algunos fieles, va a un lugar adecuado: delante de la puerta o en la misma iglesia, donde al menos la mayor parte de los fieles pueda participar cómodamente del rito.
10. Cuando el sacerdote llega al lugar establecido para la bendición de los cirios, éstos se encienden mientras se canta la antífona Ya el Señor llega con poder (n. 3), u otro canto adecuado.
11. El sacerdote, después del saludo y la exhortación bendice los cirios como se indica en los nn. 4-5 y se hace la procesión hacia el altar, mientras se canta (nn. 6-7). Para la Misa se observa lo que indica el n. 8.
Misa
Antífona de entrada Cf. Sal. 47, 10-11
En tu santo templo, Señor, evocamos tu misericordia;
la gloria de tu nombre llega hasta los confines de la tierra.
Tu derecha está llena de justicia.
Se dice Gloria.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno,
te pedimos humildemente
que así como tu Hijo único, hecho hombre,
fue presentado hoy en el templo,
también nosotros podamos presentarnos a ti
con un corazón puro.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Cuando esta fiesta coincide con el domingo, se dice el Credo.
Oración sobre las ofrendas
Mira con agrado, Dios nuestro,
la ofrenda de tu Iglesia desbordante de alegría,
tú que aceptaste el sacrificio de tu Hijo único,
ofrecido como Cordero inmaculado
para la vida del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Mis ojos han visto tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos.
Oración después de la Comunión
Padre, por estos sacramentos recibidos,
completa en nosotros la obra de tu gracia,
y así como colmaste el anhelo de Simeón
de contemplar al Mesías antes de morir,
concédenos recibir la vida eterna
saliendo al encuentro del Señor.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
2 de febrero de 2023, fiesta de la Presentación del Señor.
Entrada dedicada a Él, Luz para iluminar a las naciones y gloria de su pueblo, Israel.
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