Es conveniente bendecir la Corona de Adviento en el primer domingo de este tiempo, -dentro de la Misa, en lugar del Acto penitencial, o en la Liturgia de las Horas, antes o después de las primeras vísperas- según el rito propio que ofrece el Bendicional.
Dicha bendición y el encendido del primer cirio puede introducirse con las siguientes palabras u otras semejantes:
Dicha bendición y el encendido del primer cirio puede introducirse con las siguientes palabras u otras semejantes:
Toda la historia del Antiguo Testamento constituye un tiempo de espera del Mesías prometido.
En medio de las sombras de la debilidad de los hombres, resplandecía la luz de los elegidos de Dios, que era un llamado a la conversión y que mantenía viva la llama de la esperanza del Pueblo de Israel.
La Corona de Adviento, cuyos cuatro cirios van encendiéndose progresivamente cada domingo, evoca el misterio de esta anhelante espera.
Los siguientes textos elegidos para el encendido de la Corona en los cuatro domingos de Adviento, deben entenderse “en clave cronológica”. De hecho, realizan un fugaz recorrido por las generaciones de creyentes que esperaban al Mesías de Dios.
Primer cirio
Al encender el primer cirio de la Corona de Adviento, evocamos a nuestros primeros padres, tentados por la Antigua Serpiente. Aunque ellos desobedecieron a su Creador, no fueron abandonados por Él.
Primer cirio
Al encender el primer cirio de la Corona de Adviento, evocamos a nuestros primeros padres, tentados por la Antigua Serpiente. Aunque ellos desobedecieron a su Creador, no fueron abandonados por Él.
Cristo, nuevo Adán, “Fulgor de la Luz eterna” (1), ven, Señor Jesús.
Segundo cirio
Al encender el segundo cirio de la Corona, evocamos a lo santos Patriarcas del Antiguo Testamento. Ellos fueron los primeros depositarios y los fieles custodios de las promesas de Dios.
Segundo cirio
Al encender el segundo cirio de la Corona, evocamos a lo santos Patriarcas del Antiguo Testamento. Ellos fueron los primeros depositarios y los fieles custodios de las promesas de Dios.
Cristo, “Rey de los Patriarcas” (2), ven, Señor Jesús.
Tercer cirio
(El tercer cirio de la Corona de Adviento, es rosado, el color litúrgico que caracteriza a este domingo; es intermedio entre el morado, símbolo de la austeridad, y el blanco, representativo del gozo y la gloria. Expresa la alegría que nos produce la certeza de la fidelidad de Dios a sus promesas).
Al encender este tercer cirio, evocamos a los santos Profetas; ellos mantuvieron encendida en el Pueblo de Israel la llama de la esperanza por la Venida del Mesías.
Tercer cirio
(El tercer cirio de la Corona de Adviento, es rosado, el color litúrgico que caracteriza a este domingo; es intermedio entre el morado, símbolo de la austeridad, y el blanco, representativo del gozo y la gloria. Expresa la alegría que nos produce la certeza de la fidelidad de Dios a sus promesas).
Al encender este tercer cirio, evocamos a los santos Profetas; ellos mantuvieron encendida en el Pueblo de Israel la llama de la esperanza por la Venida del Mesías.
Cristo, Esperanza de los Profetas, ven, Señor Jesús.
Cuarto cirio
Al encender el último cirio de esta Corona de Adviento, queremos honrar especialmente a María y a José. Nadie esperó tanto como ellos al Redentor. Más aun, nadie lo mereció como ellos. Hagamos nuestra su oración confiada.
Al encender el último cirio de esta Corona de Adviento, queremos honrar especialmente a María y a José. Nadie esperó tanto como ellos al Redentor. Más aun, nadie lo mereció como ellos. Hagamos nuestra su oración confiada.
Cristo, Día sin ocaso, ven, Señor Jesús.
Notas:
Notas:
1. Letanías del Santísimo Nombre de Jesús.
2. Ídem.
27 de noviembre de 2013, conmemoración de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
27 de noviembre de 2013, conmemoración de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
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