Texto oficial del Decreto: negro. Resaltado en el mismo texto: negrita. Comentarios del blog: azul.
El 20 de diciembre de 2015, el Sumo Pontífice Francisco envió una carta al cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en la que le informaba su decisión de realizar una modificación a la liturgia de la Misa In Cena Domini; concretamente, al Rito Mandatum, como le llama la liturgia romana al Lavatorio de los pies. Tal modificación consiste en ampliar la posibilidad de participación del Pueblo de Dios en dicho Rito que hasta ahora, solo admitía a varones. Dando curso a la voluntad del Santo Padre, el mencionado dicasterio vaticano, proveyendo al respecto, emitió un Decreto al final de cuyo texto, fechado en la solemnidad de la Epifanía del Señor del Año Santo de la Misericordia 2016, está la firma del cardenal prefecto. A continuación, presento el texto íntegro de dicho Decreto, glosado con algunos comentarios:
''La reforma de la Semana Santa, con decreto Maxima Redemptionis nostra mysteria (30 de noviembre 1955) otorgó la facultad, allí donde lo aconsejase un motivo pastoral, de efectuar el lavatorio de los pies a doce hombres durante la Misa en la Cena del Señor, después de la lectura del Evangelio según San Juan, como para manifestar de forma representativa la humildad y el amor de Cristo hacia sus discípulos. Esta es la razón de ser del Rito, la cual, siempre debe ser explicada a los fieles a los efectos de evitar la muy errónea interpretación de que en la Misa del Jueves más santo del año se está realizando una "representación teatral" de la lectura del Evangelio de San Juan que acaban de escuchar (Jn. 13, 1-15), lectura que, por lo demás, solamente está prescripta por la liturgia para ese día.
En la liturgia romana ese rito se transmitía con el nombre de Mandatum del Señor sobre la caridad fraterna según las palabras de Jesús (cfr Jn 13,34) cantadas en la antífona durante la celebración.
Al cumplir ese rito, los obispos y sacerdotes están invitados a conformarse profundamente a Cristo que 'no vino para ser servido, sino para servir’ (Mt. 20, 28) y empujado por un amor ‘hasta el final’ (Jn 13,1), a dar su vida por la salvación de todo el género humano. In finem dilexit ("los amó hasta el extremo") es la sugestiva oración gramatical con que concluye el primer versículo de la página evangélica de la Misa In Cena Domini
Para manifestar este significado pleno del rito a cuantos participan en él, el Sumo Pontífice Francisco ha considerado oportuno cambiar la norma que se lee en las rúbricas del Missale Romanun (p. 300 n.11) ‘Los hombres elegidos son acompañados por los ministros’ que debe variar como sigue: ‘Los elegidos entre el Pueblo de Dios son acompañados por los ministros’ (y, en consecuencia, en el Caeremoniale Episcoporum n. 301 y n. 229 b ‘las sillas para los designados’) de modo que los pastores puedan elegir a un grupo de fieles que represente la variedad y la unidad de cada porción del Pueblo de Dios. (El complemento directo gramatical que he remarcado en negrita al final de este párrafo, explicita la razón de ser de la modificación querida por el Papa).
Ese grupo puede estar formado por hombres y mujeres y, convenientemente, por jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados, laicos. En las Misas presididas por San Juan Pablo II y por Su Santidad Benedicto XVI -siempre, según la tradición, en la archibasílica de San Juan de Letrán-, se trataba de miembros del clero. El Santo Padre Francisco, siguiendo con una costumbre que inició cuando era obispo en Buenos Aires, desde el inicio de su Pontificado, decidió celebrar la Misa de la Cena del Señor en establecimientos penitenciarios. Allí, ad experimentum, elegía a reclusos varones y mujeres para que participaran del Rito.
Es importante destacar que hasta la entrada en vigencia de esta nueva norma litúrgica, todo sacerdote que, sin autorización del Ordinario, conferida por razones pastorales de especial consideración, hubiera elegido a mujeres para el mentado Rito, habría incumplido efectivamente con la respectiva norma litúrgica que lo prohibía. No el Papa, por supuesto, que es el único que, estando sujeto a toda Ley divina, tiene absoluta y plena autoridad sobre cualquier ley de la Iglesia. Por otra parte, no hay que olvidar que el Rito en cuestión fue y sigue siendo faculatativo.
Esta Congregación para el Culto Divino y la Doctrina de los Sacramentos, en vigor de las facultades concedidas por el Sumo Pontífice, introduce esa innovación en los libros litúrgicos del Rito Romano, recordando a los pastores su tarea de instruir adecuadamente tanto a los fieles elegidos como a los demás, para que participen en el rito responsable, activa y fructuosamente''.
Y el cardenal Robert Sarah firma este Decreto el 6 de enero de 2016, en la solemnidad de la Epifanía del Señor, a partir de la cual tiene vigencia.
21 de enero de 2016, jueves, día dedicado a Jesús Eucaristía y a los sacerdotes.
Memoria litúrgica de Santa Inés, virgen y mártir.
Entrada dedicada a esta santa y a su Divino Esposo Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, Pan Vivo bajado del Cielo.
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