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lunes, 12 de junio de 2017

San Juan de Sahagún, presbítero: himnos litúrgicos


 


Cada 12 de junio, la Orden de san Agustín celebra la memoria obligatoria de san Juan de Sahagún, sacerdote y eremita, y en la Liturgia de las Horas le dedica estos himnos:
 

Oficio de Lectura


Los cielos y la tierra se congregan
y se revisten de solemnidad,
y unen sus voces en concorde acento
para anunciar la insigne santidad
del siervo del Señor, que halló el secreto
de la vida de Cristo en la humildad.

Siguiendo los consejos evangélicos,
dio a los pobres hacienda y heredad;
tuvo palabras de perdón y gracia
y anunció para todos la verdad
que ilumina y que salva y nos devuelve
de Cristo la suprema caridad.

San Juan de Sahagún, guía y hermano,
vuelve a hablarnos de Cristo y su verdad;
enséñanos de nuevo los honores
y riquezas del mundo a desechar;
y, a tu ejemplo, proclamen nuestras voces
la gloria de la excelsa Trinidad. Amén



Laudes


Con tu palabra al corazón llegaste
a los que en guerra cruel se desgarraban,
y la semilla de venganzas y odios
Salamanca —la egregia— desolaban.

Tú, entre siniestros bandos situado,
la paz de Dios a todos predicabas,
y todos hermanados recibían
el milagroso don de tu palabra.

Haz, san Juan de Sahagún, que ahora de nuevo
vuelva la paz al mundo: la deseada
presencia del Señor, que nos hermane
en la fe, en el amor y en la esperanza.

Gloria perenne sea siempre dada
a la divina Trinidad gloriosa,
que a Juan, claro imitador de Cristo,
colmó de gloria. Amén. 

 
O bien:

En el jardín de Agustino
nació el árbol peregrino
del amor santo y feraz;
y es Juan el ángel custodio
que brinda amoroso al odio
la verde oliva de paz.

Es iris que en la batalla
surge donde mismo estalla
el rayo demoledor;
puerto seguro y amigo
que invita a su manso abrigo
al enconado rencor.

Trae, Juan, al mundo cautivo
el verde ramo de olivo
que alegre su triste faz;
y del uno al otro polo
reine y domine tan solo
Jesucristo, Rey de paz. Amén.



Vísperas

¡Oh, morador excelso de la patria celeste,
que en la tierra dejaste tu semilla de luz!,
muéstranos el secreto de la perfecta dicha,
de la suprema beatitud.

La humildad, el silencio, la caridad sin tregua
y el perdón sin cansancio y el amor a la cruz
fueron aspiraciones constantes de tu vida,
la irradiación de tu virtud.


A los que en ti buscamos ejemplo y enseñanza,
muéstranos los tesoros sublimes de la Cruz,
para poder un día, alabando al Dios Trino,
gozar la eterna luz. Amén. 

 
O bien:


Su acento impone y fascina
y los motines domina
blandiendo en alto la cruz,
porque en el altar sagrado 

su corazón se ha templado
en el pecho de Jesús.

Pues ven sus ojos sin velos
al mismo Dios de los cielos
la Hostia santa al consagrar;
y como a amigo y hermano
trata Juan al Dios humano
sobre el ara del altar.

Trae, Juan, al mundo cautivo
el verde ramo de olivo
que alegre su triste faz;
y del uno al otro polo
reine y domine tan solo
Jesucristo, Rey de paz. Amén.



12 de junio de 2017, para los agustinos, memoria obligatoria de san Juan de Sahagún, presbítero. Entrada dedicada a él.

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