Un antiguo libro de oraciones, el Fasciculus
Sacrarum Orationum et Litaniarum ad usum quotidianum Christiani
hominis, ex sanctis Scripturis et Patribus collectus, de 1612,
contiene el siguiente formulario de letanías a Cristo Crucificado (pp. 110-120), que he querido transcribir, en un deseo de
rescatar del olvido algunas piezas preciosas de la liturgia y de la
piedad católicas:
LITANIAE AD CHRISTUM CRUCIFIXUM
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Dios Padre Celestial, ten misericordia de nosotros (en las siguientes invocaciones se responde igual)
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santa Trinidad, un solo Dios,
Cristo, entregado a la Cruz por los judíos, (Cf. Mt. 27, 18-20)
Cristo, condenado a Muerte de Cruz, (Cf. Mt. 27, 22-23. 26)
Cristo, conducido con la Cruz al lugar del suplicio, (Cf. Jn. 19, 16-17)
Cristo, extendido y clavado en la Cruz, (Cf. Mt. 27, 35; Mc. 15, 24-25; Lc. 23, 33; Jn. 19, 18)
Cristo, hecho maldito en la Cruz a causa de nosotros, (Cf. Gál. 3, 13)
Cristo, centro de burlas y blasfemias en la Cruz, (Cf. Mt. 27, 39-41; Mc. 15, 29-32; Lc. 23, 27-31; Heb. 6, 2)
Cristo, que oraste por los enemigos a tu Padre desde la Cruz, (Cf. Lc. 23, 34)
Cristo, que en la Cruz prometiste el Paraíso al ladrón penitente, (Cf. Lc. 23, 43)
Cristo, que en la Cruz te compadeciste de tu Madre y del discípulo amado, (Cf. Jn. 19, 25-27)
Cristo, que con soberana voz te proclamaste abandonado por el Padre en la Cruz, (Cf. Sal. 22, 1; Mat. 27, 46; Mc. 15, 34)
Cristo, que pendiendo de la Cruz bebiste hiel y vinagre, (Cf. Jn. 19, 29)
Cristo, que en la Cruz diste cumplimiento a lo que de Ti decían las Escrituras, (Cf. Jn. 19, 24. 36-37)
Cristo, que desde la Cruz encomendaste el espíritu en manos del Padre, (Cf. Sal. 31, 5; Lc. 23, 46)
Cristo, inmolado por nosotros en la Cruz,
Cristo, que redimiste al mundo por la Cruz,
Cristo, que por la Cruz triunfaste frente a nuestros enemigos,
Cristo, obediente hasta la muerte de Cruz por nosotros, (Cf. Flp. 2, 8)
Cristo, de cuyo Costado en la Cruz brotaron Sangre y Agua, (Cf. Jn. 19, 34)
Cristo, que iluminas al mundo entero desde el candelabro de la Cruz,
Cristo, que desde la Cruz atraes hacia Ti todas las cosas, (Cf. Jn. 12, 32)
Cristo, depuesto de la Cruz, (Cf. Mt. 27, 57-61; Mc. 15, 42-47; Lc. 23, 50-56; Jn. 19, 38-42)
Cristo, que entraste por tu Cruz a la Gloria,
-Senos propicio,
-Perdónanos, Señor.
-Senos propicio,
-Escúchanos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor (esta respuesta se repite en cada invocación siguiente)
De todo pecado,
De los lazos del Diablo.
De todas nuestras impurezas y suciedades,
De toda culpa y pena,
De todo reato y vínculo infernal,
Del fuego del infierno,
Por tu santa Cruz,
Por la Corona de espinas que portaste en la Cruz, (Cf. Mt. 27, 29)
Por las santas cinco Llagas que recibiste en la Cruz,
Por tu Santísima Sangre derramada por nosotros en la Cruz,
Por tu amarga Muerte en la Cruz, (Cf. Mc. 15, 37)
Por la oblación que hiciste por nosotros en la Cruz,
Por todos los tormentos y penas que por nosotros toleraste en la Cruz,
Por tus Huesos, que se podían contar en la Cruz, (Cf. Sal. 22, 16-17)
Por tus Lágrimas, vertidas desde la Cruz,
Por los gemidos y suspiros de tu Corazón en la Cruz,
Por el sobrecogedor Descenso de tu Cuerpo de la Cruz,
En la hora de nuestra muerte,
En el Día del Juicio,
Nosotros, que somos pecadores, te rogamos, óyenos (esta respuesta se repite en cada invocación siguiente)
Para que por tu Cruz nos perdones,
Para que hagas de nosotros auténticos y constantes amantes de tu Cruz,
Para que te dignes comunicarnos los frutos de la Cruz,
Para que nos concedas portar diariamente nuestra cruz y avanzar libremente detrás de Ti, (Cf. Mt. 16, 24; Mc. 8, 34; Lc. 9, 23)
Para que por tu amor, el mundo sea crucificado para nosotros y nosotros para el mundo, (Cf. Gál. 6, 14)
Para que te dignes crucificar nuestra carne con sus vicios y concupiscencias,
Para que por tu Cruz nos concedas entrar en la gloria,
Jesucristo, Crucificado por nosotros,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
Cristo Crucificado, óyenos
Cristo Crucificado, escúchanos
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Padrenuestro...
V. Taladraron mis manos y mis pies.
R. Y se pueden contar todos mis huesos.
V. Como el agua fui derramado.
R. Y se dispersaron todos mis huesos.
V. Mi corazón se derritió como la cera.
R. En medio de mis entrañas.
V. Se paralizó mi cabeza y cesaron mis fuerzas.
R. La lengua se endureció en mi boca.
V. Todos los que me ven se ríen de mí.
R. Murmuran contra mí y menean la cabeza.
V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.
Oraciones
Señor Jesucristo, que desde el Seno de tu Padre en el Cielo, descendiste hasta la Tierra, y derramaste tu Preciosísima Sangre en remisión de nuestros pecados, te suplicamos humildemente que, en el Día del Juicio, merezcamos oír de tus labios: "Vengan a Mí, benditos de mi Padre".
Dios, que con la Preciosísima Sangre de tu Hijo Unigénito, quisiste santificar el estandarte de la Cruz, concédenos, te pedimos, que aquellos que se glorían en la misma Cruz, gocen siempre de tu protección.
Dios, que por nosotros quisiste subir a tu Hijo al patíbulo de la Cruz, para que los enemigos no tuvieran poder sobre nosotros, concede a tus siervos alcanzar la gloria de la resurrección.
Dios, que ofreciste la salvación al mundo por medio de la Pasión de tu Hijo, te rogamos adherir a este misterio celestial, para que merezcamos conseguir la perfecta libertad y alcanzar la Vida eterna.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios Vivo, que para salvar al mundo, subiste al patíbulo de la Cruz, y derramaste copiosamente tu Sangre por la redención de nuestras almas, te rogamos que, luego de la muerte, nos concedas atravesar gozosos las puertas del Paraíso. Que vives y reinas, Dios, con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
V. Que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia divina, descansen en paz.
R. Amén.
30 de marzo de 2018, Viernes Santo.
Entrada dedicada a Cristo, Varón de dolores, triturado por nuestros crímenes.
Gracias por el esfuerzo
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