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viernes, 14 de septiembre de 2018

Exaltación de la Santa Cruz: himnos litúrgicos




Cada 14 de septiembre, la Iglesia Universal celebra la "fiesta" de la Exaltación de la Santa Cruz. Los inmediatamente siguientes son los himnos propios de la versión latina de la Liturgia de las Horas, traducidos al español. Más abajo, se transcribe otro formulario, aprobado por la Santa Sede para algunas Conferencias Episcopales hispanohablantes:


A)

I y II Vísperas: Vexilla regis

Avanzan los estandartes del Rey
mientras brilla el misterio de la Cruz: 
ese patíbulo donde el Creador de la carne 
padece en la suya propia. 

Al ser herido, además, por el hierro cruel 
de una lanza, manó Sangre y Agua, 
para lavar nuestras culpas.

Oh, árbol resplandeciente y hermoso, 
engalanado con púrpura del Rey, 
sólo tú fuiste elegido para que tu noble tronco 
entrara en contacto con Miembros tan santo.

Qué Cruz tan dichosa, aquella de cuyos brazos, 
como en una balanza, estuvo colgado el Precio del mundo, 
que arrebatara al infierno su presa.

¡Salve! Altar, ¡Salve!, Víctima, gloriosa en la Pasión, 
donde la Vida sufrió la muerte 
y con su muerte nos devolvió la Vida.

¡Salve!, oh, Cruz, esperanza única: 
en este tiempo de Pasión, 
aumenta en los justos la gracia 
y borra las culpas de los pecadores.

Oh, Trinidad, Fuente de salvación: 
que te celebren todas nuestras almas: 
y a quienes has salvado por el misterio de la Cruz, 
ampáranos por los siglos sin término. Amén.


Oficio de lectura: Salve, Crux sancta

Salve, Cruz Santa, gloria del mundo, 
esperanza cierta, fuente de la auténtica alegría, 
señal de salvación, amparo en los peligros, 
que nos trasmites la Vida. 

Oh, Cruz adorable, Cruz vivífica, honra del género humano. 
Leño que nos hizo siervos, Leño que nos hizo libres: 
en tu honor cantamos este himno de alabanza.

Gloria a Dios Padre y al Espíritu Santo 
en la Cruz del Hijo: que la Exaltación de la Cruz, 
siendo el gozo de los Ángeles y Santos, 
honre y engalane también al mundo entero. Amén.


Laudes: Signum Crucis mirabile

Resplandece sobre el mundo 
el signo admirable de la Cruz, 
del que pende, Inocente, el Redentor del género humano. 
 No hay cedro del Líbano que lo iguale en nobleza, 
árbol que, trayéndonos el Premio de la Vida, 
nada sabe de frutos nocivos.

Invocando la señal de la Santa Cruz, 
guárdanos, oh, Cristo, Rey clementísimo, 
a lo largo de todos los momentos de nuestra vida.
 
Para que, con armonía de voces
y piadoso corazón, podamos siempre 
cantar las alabanzas que mereces.

Gloria al Padre, al Espíritu Paráclito
 y a Ti también, Jesús, que nos concedes 
gozar para siempre de la Victoria de la Cruz. Amén.


B)

I Vísperas: como en las II Vísperas

Oficio de lectura
y Laudes

¡Oh, Cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.

¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol 
donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!

Cantemos la nobleza de esta guerra,
el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que en trance de Cordero,
sacrificado en Cruz, salvó la tierra.

Dolido mi Señor por el fracaso
de Adán, que mordió muerte en la manzana,
otro árbol señaló de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.

Y así dijo el Señor: "¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!"
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.

¡Oh, plenitud del tiempo consumado!
Del seno de Dios Padre en que vivía,
ved la Palabra entrando por María
en el misterio mismo del pecado.

¿Quién vio en más estrechez gloria más plena,
y a Dios como el menor de los humanos?
Llorando en el pesebre, pies y manos
lo faja una doncella nazarena.

En plenitud de vida y de sendero,
dio el paso hacia la muerte porque Él quiso.
Mirad de par en par el paraíso
abierto por la fuerza de un Cordero.

Vinagre y sed la boca, apenas gime;
y, al golpe de los clavos y la lanza,
un mar de Sangre fluye, inunda, avanza
por tierra, mar y cielo, y los redime.

Ablándate, madero, tronco abrupto
de duro corazón y fibra inerte;
doblégate a este Peso y esta Muerte
que cuelga de tus ramas como un Fruto.

Tú, solo entre los árboles, crecido
para tender a Cristo en tu regazo;
tú, el arca que nos salva; tú, el abrazo
de Dios con los verdugos del Ungido.

Al Dios de los designios de la historia,
que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza
al que en la Cruz devuelve la esperanza
de toda salvación, honor y gloria. Amén.

 
O bien:


Cruz de Cristo, cuyos Brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo, cuya Sangre
todo el mundo ha redimido.

Cruz de Cristo, luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo, cruz del hombre,
su bastón de peregrino.

Cruz de Cristo, árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.

Cruz de Cristo, altar divino
de Dios-Hombre en sacrificio. Amén.

 

Laudes: como en las I Vísperas

O bien:


Brille la cruz del Verbo, luminosa,
brille como la Carne sacratísima
de aquel Jesús nacido de la Virgen
que en la gloria del Padre vive y brilla.

Gemía Adán, doliente y conturbado,
lágrimas Eva junto a Adán vertía;
brillen sus rostros por la Cruz gloriosa,
Cruz que se enciende cuando el Verbo expira.

¡Salve, Cruz de los montes y caminos,
junto al enfermo suave medicina,
regio trono de Cristo en las familias,
Cruz de nuestra fe, salve, Cruz bendita!

Reine el Señor Crucificado,
levantando la Cruz donde moría;
nuestros enfermos ojos buscan luz,
nuestros labios, el río de la vida.

Te adoramos, oh, Cruz que fabricamos,
pecadores, con manos deicidas;
te adoramos, ornato del Señor
sacramento de nuestra eterna dicha. Amén.
 

II vísperas

En la Cruz está la vida y el consuelo
y ella sola es el camino
para el Cielo.

En la cruz está el Señor de cielo y tierra,
y el gozar de mucha paz,
aunque haya guerra;
todos los males destierra
en este suelo,
y ella sola es el camino
para el Cielo.

Es una oliva preciosa
la santa Cruz,
que, con su aceite nos unta
y nos da luz.

Hermano, toma la cruz,
con gran consuelo,
que ella sola es el camino
para el Cielo.

Al alma que a Dios está
toda rendida,
y muy de veras del mundo
desasida,
la Cruz le es árbol de vida
y de consuelo,
y un camino deleitoso
para el Cielo.

Después que se puso en Cruz
el Salvador,
en la Cruz está la gloria
y el amor,
y en el padecer dolor
vida y consuelo,
y el camino más seguro
para el Cielo.

O bien:
como en las I y II Vísperas del formulario A)


14 de septiembre de 2018, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
XX aniversario de la publicación de la encíclica Fides et ratio, de san Juan Pablo II.
Entrada dedicada a Cristo Crucificado y Resucitado, y al santo Pontífice polaco.
 

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