Cada 27 de diciembre, la Iglesia universal celebra la "fiesta" de los santos Inocentes, mártires. A continuación, se publican los himnos litúrgicos propios de la versión en latín de la Liturgia de las Horas, traducidos al español (A), seguidos de otrso aprobados por la Santa Sede para algunas Conferencias Episcopales hispanoahablantes (B):
A)
Oficio de lectura: Virginis virgo
Venerable custodio célibe de la Virgen,
a quien celebramos como fiel Evangelista del Verbo:
Dignate, oh, Juan, limpiar las culpas de tus siervos.
Discurres como una corriente que mana de la Fuente perenne
Discurres como una corriente que mana de la Fuente perenne
hasta saciar la tierra reseca del mundo
y tu pecho ofrece ahora para beber,
lo que tú sumiste del Suyo.
Oh, Juan, gloria del mundo y luminaria del Cielo,
Oh, Juan, gloria del mundo y luminaria del Cielo,
alcanza el perdón para nuestras miserias
y ayúdanos a penetrar en la hondura
del Misterio inefable, que nos enseñaste.
Escrutando en lo recóndito de la Palabra del Padre,
Escrutando en lo recóndito de la Palabra del Padre,
derramas para el mundo la gracia de la fe
y nos conduces, como guía insuperable,
a gozar de la eterna Belleza.
El honor y la gloria eterna a Cristo,
El honor y la gloria eterna a Cristo,
nacido de la Santísima Virgen María,
que reina con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
Laudes: Cohors beata
Emulen nuestras voces,
Laudes: Cohors beata
Emulen nuestras voces,
al coro glorioso de los Serafines,
que alaban a Juan, tan querido de Cristo.
Él aprende y nos enseña de dónde procede el Verbo
Él aprende y nos enseña de dónde procede el Verbo
que inunda el seno de la Madre,
sin abandonar el del Padre.
Feliz tú, Juan, a quien el Maestro quiso elegir
Feliz tú, Juan, a quien el Maestro quiso elegir
para ser testigo de las luces del Tabor
y las angustias del Huerto.
Raptado en éxtasis, contemplas los secretos del Cielo
Raptado en éxtasis, contemplas los secretos del Cielo
y percibes los misterios
del Cordero y de la Iglesia.
Oh, Juan, que sucediste al Señor,
Oh, Juan, que sucediste al Señor,
como digno hijo de la Virgen; dánosla como Madre
y guárdanos en el Corazón de Cristo
Confesemos nuestra fe en el Verbo,
Confesemos nuestra fe en el Verbo,
hecho Came, el mismo a Quien, con el Padre y el Espíritu Santo,
glorificamos por los siglos sin término Amén,
B)
Oficio de lectura
Custodio virgen de la Virgen Madre,
fiel pregonero del Divino Verbo,
que laves, Juan, sus manchas y pecados
piden tus siervos.
Río impetuoso de perenne fuente,
riegas el mundo por el sol sediento,
brindándole la ciencia que aprendiste
del propio Verbo.
Implora la piedad por nuestras culpas,
tú, prez del mundo, resplandor del cielo,
da poder penetrar los que enseñaste,
santos misterios.
Tú penetras del Padre en el arcano,
al escribir la fe de tu Evangelio,
haznos, buen guía, que al Señor veamos
allá en el cielo.
Gloria y honor a Cristo para siempre
que la Virgen dio a luz, Hijo Unigénito,
como a Él, al Padre y al Amor divino
gloria cantemos. Amén.
Laudes
Tú que revelaste a Juan
tus altísimos decretos
y los íntimos secretos
de hechos que sucederán,
haz que yo logre entender
cuanto Juan ha contado.
Déjame, Señor, poner
mi cabeza en tu costado.
Tú que en la Cena le abriste
la puerta del corazón,
y en la Transfiguración
junto a Ti lo condujiste,
permíteme penetrar
en tu Misterio sagrado.
Déjame, Señor, posar
mi cabeza en tu costado.
Tú que en el monte Calvario
entre tus manos dejaste
el más santo relicario:
la carne donde habitaste;
tú que lo dejaste ser
el hijo bienadoptado.
Déjame, Señor, poner
mi cabeza en tu costado.
Y tú, Juan, que a tanto amor
con amor correspondiste
y la vida entera diste
por tu Dios y tu Señor,
enséñame a caminar
por donde tú has caminado.
Enséñame a colocar
la cabeza en su costado. Amén.
27 de diciembre de 2018, fiesta de san Juan, apóstol y evangelista.
Entrada dedicada a él.
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