Parusía |
Los siguientes son los himnos propios del original en latín de la Liturgia de las Horas para el bendito Tiempo de Adviento, traducidos al español:
Desde el Domingo I hasta el 16 de diciembre, inclusive
I y II Vísperas: Conditor alme
Oh, Cristo, Creador santo de los astros,
Luz eterna de tus fieles,
escucha Tú, Redentor del mundo,
la plegaria de quienes te invocan.
a causa de la ruina que provocó el pecado,
Tú mismo te
ofreciste como remedio
para infundir la salvación a los culpables.
en el atardecer del mundo,
de las purísimas entrañas de una Madre Virgen.
de tu poder y los Cielos y la tierra se confiesan
sumisos al
beneplácito de tu voluntad.
que sintamos en nuestra vida tu protección
frente a los dardos
del traidor Enemigo.
y también al Padre, con el Espíritu Paráclito,
por los siglos de los siglos. Amén.
Oficio de lectura: Verbum supernum
Oh, Cristo, Verbo Divino, engendrado como Luz
que sale del Padre, que,
pasado el tiempo,
quisiste nacer como remedio para el mundo.
con tu Fuego para que, al escuchar el anuncio
de la Buena
Nueva, consigan desterrar toda vileza.
lo íntimo de nuestras conciencias,
premia con el Reino las
obras santas y buenas
y da su merecido a las malas.
según lo que merecen nuestras culpas, antes bien,
haznos
conciudadanos de los Santos para siempre en el Cielo.
y también al Padre, con el Espíritu Paráclito,
por los siglos de los siglos. Amén.
Laudes: Vox clara
Escuchad cómo resuena la voz clara
que pone en fuga a las tinieblas:
que se retiran deprisa los sueños;
ya brilla Cristo en las alturas.
en tus culpas; porque ya reluce la nueva Estrella,
para
espantar con su fulgor todo pecado.
para saldar gratuitamente la deuda: nosotros,
entre voces y llantos,
imploremos su misericordia.
y
el mundo se vea ceñido por el temor, no nos castigue
según nuestros
delitos, sino que nos acoja en su inmensa piedad.
a su
Unigénito, la victoria, y al Espíritu Santo,
la alabanza, por los siglos
de los siglos. Amén.
Desde el 17 de diciembre hasta el 24, inclusive
I y II Vísperas: Verbum salutis
Acoge en tus purísimas entrañas,
oh, bienaventurada Virgen María,
al
Verbo que viene a salvar al mundo,
a la Palabra que pronuncian los
labios del Padre.
la sombra fecunda del Espíritu, y llevas contigo
a Cristo, el Hijo consubstancial al Padre.
de ese sagrado Templo, cuyos atrios
sólo franquea el Príncipe nobilísimo.
desde antiguo a los Profetas, nacido antes del lucero,
y anunciado por Gabriel.
también de júbilo: siendo el Sublime, viene anonadado,
para salvar lo que estaba perdido.
y gloria también al Padre, con el Espíritu Paráclito,
por los siglos de los siglos. Amén.
Oficio de lectura: Veni, Redemptor
Oh, Cristo, Redentor de los pueblos,
ven y muéstrate recién nacido de
la Virgen:
que el mundo entero se asombre porque sólo a Dios
se debe un Nacimiento semejante.
sino mediante un místico Soplo,
floreció el fruto del vientre
y el Verbo de Dios se hizo Carne.
sin
dejar de estar selladas por el pudor
y brillan las banderas de todas
las virtudes
porque Dios se halla en su Templo.
el que es inconmensurable, como Dios y como Hombre,
para
recorrer decididamente su camino.
fortalecerá siempre con su poder,
nuestro cuerpo tan frágil.
comienza a exhalar una luz nueva,
que hace relucir tu pesebre,
encendido siempre de fe.
Gloria a Cristo, Rey clementísimo,
a Ti y también al Padre, con el Espíritu Paráclito,
por los siglos de los siglos. Amén.
Laudes: Magnis prophetae
A grandes voces los Profetas anuncian la llegada de Cristo,
que viene
para redimimos con su gracia,
pregonera de nuestra feliz salvación.
se desbordan de alegría, porque ya suena
esa voz gratísima, que es mensajera de gloria.
castigar al mundo, sino limpiar la herida,
salvando lo que estaba perdido.
ya está a la puerta para coronar a sus Santos
y abrirles el Reino de los Cielos.
se nos revela una estrella salvadora,
cuyo brillo esplendoroso nos
convoca
a la herencia de la Patria del Cielo.
como
Dios verdadero que eres, y que esa misma visión
se eternice en un
perenne cántico de alabanza.
a Ti y también al Padre, con el Espíritu Paráclito,
por los siglos de los siglos. Amén.
30 de noviembre de 2019, I vísperas del Domingo I de Adviento.
Entrada dedicada a Cristo, Justo Juez de la historia.
¿Este 12 de diciembre, se traslada el día de la Virgen de Guadalupe al día 13 por coincidir en domingo de Adviento?
ResponderEliminarEn el continente americano se omite en este año, por celebrarse con el rango litúrgico de "fiesta". Allí donde se celebra como "solemnidad", las normas litúrgicas establecen que se traslade al lunes 13, salvo que la Santa Sede haya hecho una concesión especial, como tengo entendido que sucede en México.
EliminarSin concesión explícita de la Sede Apostólica ninguna celebración puede preferirse antes que los domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua.
El Mesías, Juez de vivos y muertos, te conceda vivir plenamente este tiempo de Adviento, y la Madre de Guadalupe interceda para que así sea.