La siguiente Secuencia (Eia, recolemus), se cantaba en la Misa de la Aurora de Navidad.
Esta es la versión en latín, seguida de una traducción al español:
SECUENCIA
Eia, recolemus laudibus piis digna.
Hujus diei carmina in qua nobis
lux oritur gratissima.
Noctis inter nebulosa pereunt
nostri criminis umbracula.
Hodie saeculo maris stella
est enixa novae salutis gaudia.
Quem tremunt barathra:
mors cruenta pavet ipsa
a quo peribit mortua.
Gemit capta pestis antiqua:
coluber lividus perdit spolia.
Homo lapsus, ovis abducta,
revocatur ad aeterna gaudia.
Gaudent in hac die
agmina angelorum coelestia,
quia erat drachma decima
perdita: et est inventa.
O culpa nimium beata
qua redempta est natura.
Deus qui creavit omnia
nascitur ex femina.
Mirabilis natura mirifice induta:
assumens quod non erat: manens quod erat.
Induitur natura divinitus humana
quis audivit talia, dic, rogo facta.
Quaerere venerat pastor pius
quod perierat. Induit galeam:
certat ut miles armatura.
Prostratus in sua propria
ruit hostis spicula: auferunt tela.
In quibus sedebat divisa sunt illius spolia:
capta praeda sua.
Christi pugna fortissima
salus nostra est vera.
Qui nos suam ad patriam duxit
post victoriam in qua sibi laus est aeterna.
Traducción
Venid, renovemos con piadosas alabanzas
los cánticos de este Día, en el que ha nacido
para nosotros la Luz serenísima.
Entre la niebla de la Noche,
se desvanecen las sombras de nuestros crímenes.
Hoy la Estrella del mar,
ha hecho resplandecer para el mundo
los gozos de la nueva salvación
a la que temen los infiernos.
La misma muerte cruel,
teme a Aquel por el Cual
ella perecerá.
La antigua desgracia gime vencida:
la serpiente envidiosa pierde su piel.
El hombre caído, como oveja perdida,
es reconducido a los gozos eternos.
Que se regocije en este Día
el ejército de los ángeles,
porque la décima dracma que se había perdido
ha sido encontrada.
¡Oh, culpa realmente feliz,
por la cual ha sido redimida
la naturaleza!
Dios, que todo lo creó,
nace de una Mujer.
Prodigiosamente se revistió
la admirable naturaleza (divina),
asumiendo lo que no era,
pero sin dejar de ser lo que era.
Se reviste por divino querer
de humana naturaleza:
quien ha oído tales cosas,
¡que las proclame!
El Pastor piadoso había venido
a buscar al que estaba perdido.
Se ha revestido del yelmo:
combate, como soldado, con armadura.
El enemigo, postrado cae
sobre su propio aguijón.
Es dividido el botín,
sobre el cual descansaba
después de haber capturado su presa.
Nuestra verdadera salvación es la poderosísima
batalla de Cristo, que después de la victoria,
nos llevó a su Reino,
donde la alabanza eterna es para Él.
donde la alabanza eterna es para Él.
Fuente: Notkerus Balbulus, Liber sequentiarum, Sequentia In galli cantu. cap. I
In Missale Aquileyensis Ecclesie, Venetiis, in officina Petri Liechtenstein, 1517, foll. 7-8.
Aurora del 25 de diciembre de 2019, solemnidad de la Natividad del Señor.
Entrada dedicada a Jesús recién nacido y a sus benditos padres María y José de Nazaret.
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