La Congregación de la Pasión posee el tesoro espiritual de un conjunto de Misas votivas sobre el Misterio del que recibe su nombre. Transcribo a continuación, el formulario completo de la Misa votiva IV: "El Rostro doliente de Jesús", precedido por una nota histórica, tal y como se halla en el Misal propio de los padres pasionistas:
Santa Misa: "El Rostro doliente de Jesús"
La liturgia del “Rostro doliente de Jesús” está esencialmente unida al Misterio de la Pasión del Señor y por tanto, contenida implícitamente en la liturgia de la Pasión en general y en la Coronación de espinas en particular. León XIII en 1885 reconoció oficialmente el culto al Santo Rostro de Jesús; la liturgia de este culto fue aprobada por san Pío X en 1908. El ejemplo de santa Teresita del Niño Jesús contribuyó a difundir esta devoción. En nuestra Congregación se introdujo este Oficio votivo con la reforma de 1976. Escribe san Agustín: “No tenía apariencia ni belleza (Is 53, 2). Sufrió, fue humillado, cubierto de salivazos... En todo esto no tenía apariencia, pero para la Iglesia es grande la gloria de aquella Raíz que nos muestra como su Esposo, aquel que fue despreciado, vilipendiado, humillado” (Serm. 44, 1-5).
Antífona de entrada Cf. Is 50, 6-7
Ofrecí las mejillas a los que mesaban mi barba. No me tapé el rostro ante insultos ni salivazos. Mi Señor me ayudaba y sé que no quedaré confundido.
Oración colecta
Oh, Dios, que por la Pasión de Cristo, libraste a la humanidad de la muerte heredada del pecado: renuévanos a semejanza de tu Hijo, a fin de que, borrada la natural imagen del hombre viejo, brille en nosotros por tu gracia la imagen del hombre nuevo, Jesucristo, nuestro Señor. Él, que vive y reina contigo...
Liturgia de la Palabra: Is. 50, 4-9a o bien, Flp. 2, 6-11; Salmo: 30, 2 y 6. 12-13. 15-16. 17 y 25. (R. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo); Lc. 22, 55-65.
Oración de los fieles
Pongamos, hermanos, nuestra mirada en Jesús, elevado en la Cruz para que todos los que crean en Él tengan vida eterna, y oremos al Señor los unos por los otros:
1. Para que el Espíritu Santo, con su fuerza, rasgue los corazones de los pecadores, de manera que, convirtiéndose de sus culpas, busquen sinceramente el Rostro del Señor, roguemos al Señor.
2. Para que el Señor, que con su Sangre preciosa limpió los pecados del mundo, se muestre ante el Padre amigo y defensor de todos los hombres, roguemos al Señor.
3. Para que los pobres, los agobiados, los desesperanzados y todos los que con sus sufrimientos participan de la Cruz de Cristo encuentren consuelo en la Pasión del Señor, roguemos al Señor.
4. Para que el Señor dirija nuestros pasos por el camino del bien, nos proteja de consentir en las sugerencias del Maligno y fecunde la aridez de nuestras almas con sus enseñanzas divinas, roguemos al Señor.
5. Para que cuantos por el bautismo hemos sido sumergidos en la Muerte de Cristo participemos también de su Resurrección, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que has querido salvar al mundo con la Muerte de tu Hijo, a quienes recordamos con amor su Pasión gloriosa concédenos obtener los dones que te pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre las ofrendas
Acoge, Padre, estos dones y plegarias, puestos tus ojos en el Rostro doliente de Cristo, tu Hijo, y concédenos hacernos semejantes a Él, que se ofreció a Sí mismo como Víctima inmaculada. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio
Tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvacióndarte gracias
siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque tu amor al mundo fue tan misericordioso
que no sólo nos enviaste como redentor a tu propio Hijo,
sino que en todo lo quisiste semejante al hombre,
menos en el pecado, para poder así amar en nosotros
lo que amabas en él.
Con su obediencia has restaurado aquellos dones
que por nuestra desobediencia habíamos perdido.
Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría,
te aclamamos con los ángeles y los santos, diciendo:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión Jn 19, 5
Salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: “Aquí lo tenéis”.
O bien: Jn 14, 8-9
Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Felipe, quien me ha visto a mí, ha visto al Padre.
Oración después de la comunión
Crezca, Señor, en nosotros, la eficacia de este sacramento de salvación, para que asociados a la Pasión de tu Hijo en la vida presente, participemos también de la gloria de su Resurrección, contemplando tu Rostro eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.
1° de abril de 2021, Jueves Santo In Cena Domini.
Entrada dedicada al Rostro doliente de Cristo, deleite de nuestra alma.
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