Santos Mártires de Abitinia |
Difícilmente se encuentre un texto más claro, completo y profundo sobre la santificación del día del Señor que la Carta Apostólica Dies Domini, del grandioso san Juan Pablo II. Recopila, confirma y profundiza la enseñanza de la Iglesia de todos los tiempos. Es sumamente imperioso reafirmar, estudiar, vivir y difundir la doctrina católica sobre el domingo, don de Dios para la salvación de todos.
Por lo pronto, recordemos, tomemos y hagamos tomar conciencia de la importancia de cumplir con el precepto dominical:
La obligación de participar en persona del Santo Sacrificio de la Misa en el domingo sigue absolutamente vigente para todo católico que no tenga un serio impedimento.
La transmisión de la Misa por cualquier medio de comunicación no satisface el precepto dominical para quienes hubieran podido asistir a la celebración.
Quienes faltan a Misa sin justa razón objetivamente cometen pecado grave, que deben confesar antes de volver a comulgar. (Cf. Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2181).
Así lo enseñó siempre la Madre Iglesia. Es más, muchos católicos estuvieron dispuestos a morir con tal de no rechazar la obligación y el derecho que tenían de participar de la Misa en el día del "Señor".
Es, entre muchos otros, el caso de los mártires de Abitinia, que celebramos cada 12 de febrero.
Tanto amaron el domingo que les rendimos homenaje y les pedimos que jamás antepongamos nada al cumplimiento del precepto dominical.
He aquí su piadosa vida y su glorioso martirio:
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