El "Bendicional de san Peregrino Laziosi", propio de la Orden de los Siervos de María, ofrece la siguiente bendición de los jóvenes.
Se transcribe aquí el texto completo tal y como se halla en el referido libro litúrgico:
Introducción
1. La Bendición de los jóvenes por intercesión de san Peregrino Laziosi tiene su origen de algunos episodios de la juventud del Santo a través de los cuales él maduró humana y espiritualmente.
En la Vida del beato Peregrino de Forlí (VPF 7), leemos que era hijo único, y por lo tanto, sus padres lo amaron tiernamente. Él, despreciando las vanidades terrenas, había decidido desde temprana edad seguir el camino de la virtud (VPF 1). Fortalecido por este firme y santo propósito, un día se dirigió a la iglesia de Santa María de la Cruz y, estando frente a la imagen de la Virgen María, le suplicó que se dignara mostrarle la vía de su salvación. Ella le respondió: "Yo también deseo, hijo mío, dirigir tus pasos por el camino de la salvación". […] "No temas, hijo: yo soy la Madre de Aquel a quien tú adoras crucificado y él me mandó a indicarte el camino de la bienaventuranza" (VPF 2). La Santísima Virgen le habló y después de que le preguntara: "¿Conoces a aquellos religiosos que se llaman 'Siervos de la Virgen María'?, añadió: "Te llamas Peregrino; entonces serás peregrino de nombre y de hecho. Es necesario que te encamines hacia Siena; llegado ahí, encontrarás a estos santos hombres en oración: suplícales que te reciban en su familia" (VPF 2). Él fue acompañado de un ángel (VPF 3; cf. Tb 5, 1) y entró en la Orden de los Siervos.
Según el Chronicon (1567) de fray Miguel Poccianti (1536-1576), San Peregrino, a los 18 años, tuvo una experiencia fuerte de conversión en Forlí, su ciudad natal, en los tiempos del entredicho (26 de marzo de 1282 al 1º de septiembre de 1283), pena canónica que prohibía la celebración de los divinos oficios, para reportar a la obediencia al Sumo Pontífice a los de Forlí, que eran rebeldes. En el año de 1283, san Felipe Benicio, de paso por Forlí, invitó a los ciudadanos gibelinos a la reconciliación con la Sede Apostólica y a la paz. Algunos de ellos, haciendo burlas de las amonestaciones del Santo, lo golpearon y lo echaron de la ciudad. Uno de los agresores, en el cual la tradición ha encontrado al joven de 18 años, Peregrino Laziosi, impactado por la mansedumbre con la cual san Felipe había soportado las ofensa, le pidió perdón y, bajo la influencia de la gracia, decidió cambiar de vida y le suplicó ser acogido en la Orden de los Frailes Siervos de Santa María.
2. Estos episodios han dado origen a la tradición de invocar la protección de san Peregrino, rebelde convertido, para los jóvenes “peregrinos” en búsqueda de la propia vocación, o sea del camino de la salvación (cf. Mt 19, 16; VPF 2), y sobre los jóvenes impulsivos umpetuosos que, como san Peregrino, se dejan involucrar en las acciones violentas de algunas bandas juveniles.
I. OCASIÓN
3. Son varias las circunstancias en las cuales los fieles desean la bendición de Dios sobre los jóvenes por intercesión de san Peregrino Laziosi: la celebración de su fiesta (4 de mayo o, en Forlí, 1º de mayo u otra fecha cercana): marchas y peregrinaciones en los lugares donde es particularmente venerado; reuniones de jóvenes o fiestas escolares; inicio o final del año escolar; cumpleaños de los jóvenes o en particulares acontecimientos familiares.
4. En cuanto sea posible, en el rito de bendición de los jóvenes conviene que participen los padres, parientes, compañeros y amigos.
II. MINISTRO
5. La bendición puede ser impartida tanto por un ministro ordenado como por un ministro no ordenado, sobre todo por quien –hombre o mujer- tiene la responsabilidad de la educación de los jóvenes.
En el ámbito de una celebración familiar conviene que los padres mismos bendigan a los propios hijos.
III. DESTINATARIOS
6. Ordinariamente, la bendición de san Peregrino se imparte a los jóvenes menores. Si en cambio se da a los jóvenes de edad mayor, el rito sea adaptado convenientemente.
IV. ADAPTACIÓN
7. Conservados los elementos más característicos del rito (lectura de la Palabra de Dios y la oración de bendición), las varias secuencias pueden ser adaptadas a las circunstancias particulares en donde se desarrolla dicho rito.
8. Para la bendición de un solo joven conviene usar el rito breve (nn. 26-34).
V. PREPARACIÓN
9. Es bueno que en la preparación de la celebración participen los mismos jóvenes.
10. En el ambiente en el cual se desarrollará el rito colóquese la imagen de san Peregrino Laziosi. En un lugar oportuno.
Se deben preparar:
- un vaso con agua bendita (cf. n. 17), si se hace la memoria del bautismo;
- las flores para el saludo a la Virgen (cf. n. 22);
- el alba y la estola blanca (o bien el hábito religioso), si aquel que preside es un ministro ordenado.
RITO DE BENEDICIÓN
SALUDO
11. El rito de bendición, según la tradición de los Siervos, inicia con el canto del Ave María:
A. Dios te Salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita tú entre las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús...
Según conveniencia, sigue un canto a san Peregrino o un canto adapto.
12. Todos hacen la señal de la cruz mientras aquel que preside dice:
P. En el nombre del Padre
y del Hijo
y del Espíritu Santo.
A. Amén.
13. Aquel que preside se dirige a los jóvenes y a todos los presentes con estas palabras u otras semejantes:
P. Dios Padre, que guía nuestros corazones en la paz de Cristo y en la alegría del Espíritu, esté siempre con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
MONICIÓN
14. Un lector o aquel que preside dispone a los jóvenes y a todos los presentes para recibir la bendición de san Peregrino con estas palabras u otras semejantes:
P. Dios ha enviado a su Hijo entre nosotros para indicarnos el camino de la vida y de la salvación.
En su vida pública, Jesús acogía amorosamente a los niños, y estaba muy atento a la suerte de los jóvenes.
A la hija difunta del jefe de la sinagoga, dijo: “!Muchacha, yo te digo, levántate!” y ella se levantó y se puso a caminar.
A un joven observante de la Ley que deseaba asegurarse la vida eterna, Jesús dijo: “si quieres ser perfecto, ve, vende todo lo que posees, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme.”
A lo largo de los siglos, jóvenes generosos han abrazado el seguimiento de Cristo, encontrando y superando, con la ayuda de la gracia, dificultades a veces fuertes.
En el siglo XIII, Peregrino Laziosi llegó con fatiga a seguir a Jesús. De joven, en Forlí, vivió momentos de disipación y rebelión, pero el encuentro con un santo fraile operador de paz lo convenció a cambiar de vida.
Por inspiración de la Madre de Jesús se dirigió a Siena con los frailes Siervos de María.
En esta celebración pediremos a Dios, por intercesión de san Peregrino, que los bendiga a ustedes jóvenes, para que los asista en su camino de crecimiento humano y espiritual y les conceda a sus padres y educadores, la gracia de ayudarles a responder generosamente a su llamada.
LECTURA BÍBLICA
15. Un lector, elegido preferentemente entre los jóvenes presentes, proclama una de las dos lecturas siguientes o bien otro pasaje bíblico apropiado (por ejemplo: Tob 4, 5-7. 18-19; Pr 4, 1-7; Mt 18, 1-5. 10; Mt 19, 13-15; 1 Pe 5, 5-11. 14).
L. Escuchen la Palabra de Dios de la primera carta de san Juan apóstol (2, 1. 9-10. 12-14. 17)
Les escribo a ustedes jóvenes, para que sean fuertes, y la Palabra de Dios more en ustedes.
Hijitos míos: Les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el Justo. Quien afirma que está en la luz y odia a su hermano, está todavía en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
Les escribo a ustedes, hijitos, porque han sido perdonados sus pecados en el nombre de Jesús. Les escribo a ustedes, padres, porque conocen al que existe desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al demonio. Les escribo a ustedes, hijitos, porque conocen al Padre.
Les he escrito a ustedes, padres, porque conocen al que existe desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuetes y la Palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al demonio.
No amen al mundo ni lo que hay en él. El mundo pasa y sus pasiones desordenadas también. Pero el que hace la voluntad de Dios tiene vida eterna.
O bien:
L. Escuchen la Palabra de Dios de la segunda carta de san Pablo apóstol a Timoteo (2, 22-25)
Huye de las pasiones juveniles; busca la justicia, la fe, la caridad y la paz.
Huye de las pasiones juveniles; procura llevar una vida de rectitud y de fe, de amor y de paz, junto con los que invocan sinceramente al Señor. Evita las discusiones tontas y absurdas, que sólo provocan altercados.
Ahora bien, quien sirve al Señor no debe provocar altercados; al contrario, debe ser amable con todos, y estar dispuesto a enseñar; debe ser paciente y ha de corregir con dulzura a quien lo contradice. Quizá Dios les dé ocasión de convertirse y de conocer la verdad.
Palabra de Dios.
RESPONSORIO BREVE
16. Después de la lectura, la asamblea responde a manera de diálogo con aquel que preside: cf. Sal 37 [36], 4. 3.
P. Busca la alegría del Señor, * él escuchará los deseos de tu corazón
A. Busca la alegría del Señor, * él escuchará los deseos de tu corazón.
P. Confía en el Señor y haz el bien.
A. * él escuchará los deseos de tu corazón.
P. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
A. Busca la alegría del Señor, * él escuchará los deseos de tu corazón.
MEDITACIÓN DE LA PALABRA
17. Sigue un momento de silencio meditativo, o bien, aquel que preside comenta el texto proclamado o ilustra el peculiar camino de fe del joven Peregrino Laziosi, rebelde convertido que encontró sentido a su vida iluminado por la gracia. La reflexión sobre la Palabra, dada su naturaleza, podrá asumir, si las circunstancias lo consienten, la forma de un diálogo fraterno.
MEMORIA DEL BAUTISMO
18. Si se considera oportuno, sigue después de la meditación de la Palabra la memoria del bautismo. Aquel que preside, teniendo en la mano el vaso del agua bendita, dice:
P. Esta agua bendita les recuerde, queridos jóvenes, que con el bautismo han llegado a ser discípulos de Jesús, nuestro camino, verdad y vida. Él vive y reina por los siglos de los siglos..
A. Amén.
Después, él presenta el vaso del agua bendita para que cada uno se persigne.
ORACIÓN COMUNITARIA
19. Sigue la oración comunitaria. El formulario aquí propuesto tiene solo carácter indicativo: de éste se pueden elegir las intercesiones que parezcan más aptas, modificar aquellas propuestas, o añadir otras en sintonía con las situaciones particulares de las presentes las necesidades del momento. Es conveniente que las varias intenciones sean proclamadas por voces distintas.
P. Dirijamos confiados nuestra oración a Dios, creador del cielo y de la tierra, a Quien el Señor Jesús nos ha enseñado a invocar como Padre.
R. Padre santo, conserva a tus hijos en el amor y en la paz.
L. Protégelos de todos los peligros R.
L. Revélanos los pensamientos de tu corazón. R.
L. Haz que encontremos en ti el sentido verdadero de la vida, la verdadera felicidad. R.
L. Dirige nuestros pasos por el camino del bien. R.
L. Mira con amor y guía a los jóvenes en busca del camino de la salvación. R.
L. Cuida a aquellos que vagan en los caminos lejanos de ti. R.
L. Da a los padres y educadores comprensión y paciencia. R.
20. Sigue la oración del Señor:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; y hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
21. Los padres, o en su ausencia los educadores, trazan en la frente de sus hijos, el signo de la cruz y aquel que preside pronuncia la oración de bendición:
P. Bendito seas, Señor Dios nuestro, que cuidas de todos tus hijos. Mira benigno estos jóvenes [N.N.] y derrama sobre ellos, por intercesión de la bienaventurada Virgen María y de san Peregrino Laziosi, su siervo, la abundancia de tus bendiciones, para que crezcan, como tu hijo Jesús, en edad y sabiduría, en fuerza y gracia en tu presencia y frente a los hombres. Ilumina sus mentes, para que disciernan en el estruendo de muchas voces tu Palabra de vida; hazlos prudentes y fuertes en las decisiones, generosos en la búsqueda del bien común, testigos de tu Reino. Haz que, siguiendo el ejemplo de san Peregrino, aprendan a pedir y a conceder el perdón, en las dificultades busquen soluciones constructivas y encuentren en su amor paz y alegría. Por Jesucristo nuestro Señor.
A. Amén.
ABRAZO FRATERNO
22. Terminada la oración de bendición, si las circunstancias lo consienten, aquel que preside y los presenten intercambian con los jóvenes un abrazo fraterno.
HOMENAJE A LA VIRGEN
23. Según la Vida del Beato Peregrino de Forlí, san Peregrino Laziosi, en búsqueda del camino de la salvación, fue inspirado por la Virgen María a entrar en la Orden de sus Siervos para alcanzarla. Es oportuno, pues, que los jóvenes en el rito en el cual se invoca la protección de santa María para que oriente su camino hacia el verdadero bien, dirijan a ella un gesto de veneración. Por lo tanto, de una manera apropiada al ambiente y a las propias circunstancias, los jóvenes o algunos de ellos a nombre de todos, llevarán flores frente a la imagen de la Virgen, mientas se canta la Salve Regina u otra antífona mariana.
DESPEDIDA
24. Aquel que preside concluye el rito, diciendo
P. El Señor Jesús, Maestro bueno, guarde en su amor a ustedes y a cuantos los quieren.
A. Amén.
25. Si aquel que preside es un ministro ordenado, añada:
P. Y la bendición de Dios, Señor de la vida, Padre e Hijo + y Espíritu Santo, descienda en ustedes y en ustedes permanezca.
A. Amén.
26. El rito de la bendición de los jóvenes continua con un momento de fraternidad y de fiesta.
RITO BREVE
27. En algunas circunstancias o por motivos pastorales, en lugar del rito anterior se puede usar el siguiente rito breve, el cual sin embargo, tiene que contener en justa importancia la Palabra de Dios.
SALUDO ANGÉLICO Y LA SEÑAL DE LA CRUZ
28. La celebración, según la tradición de los Siervos, inicia con el canto del saludo del ángel:
P. Dios te salve, María; llena eres de gracia, el Señor es contigo.
A. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
29. Todos hacen la señal de la cruz mientras aquel que preside dice:
P. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
A. Amén.
Después, según oportunidad, aquel que preside introduce el rito de la bendición con breves palabras que ilustran el significado.
LECTURA BÍBLICA
30. Aquel que preside o uno de los jóvenes lee uno de los dos textos siguientes u otro texto bíblico apto (por ejemplo: Tob 4, 5-7. 18-19; Pr 4, 1-7; Mt 18, 1-5. 10; Mt 19, 13-15; 1 Pe 5, 5-11. 14).
L. Escuchen la Palabra de Dios de la primera carta de san Juan apóstol (2, 1. 9-10. 12-14. 17)
Les escribo a ustedes jóvenes, para que sean fuertes, y la Palabra de Dios more en ustedes.
Hijitos míos: Les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Quien afirma que está en la luz y odia a su hermano, está todavía en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
Les escribo a ustedes, hijitos, porque han sido perdonados sus pecados en el nombre de Jesús. Les escribo a ustedes, padres, porque conocen al que existe desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al demonio. Les escribo a ustedes hijitos, porque conocen al Padre.
Les he escrito a ustedes, padres, porque conocen al que existe desde el principio. Les he escrito a ustedes jóvenes, porque son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes y han vencido al demonio.
No amen al mundo ni lo que hay en él. El mundo pasa y sus pasiones desordenadas también. Pero el que hace la voluntad de Dios tiene vida eterna.
O bien:
L. Escuchen la Palabra de Dios de la segunda carta de san Pablo apóstol a Timoteo (2, 22-25)
Huye de las pasiones juveniles; busca la justicia, la fe, la caridad y la paz. Huye de las pasiones juveniles; procura llevar una vida de rectitud y de fe, de amor y de paz, junto con los que invocan sinceramente al Señor, Evita las discusiones tontas y absurdas, que sólo provocan altercados.
Ahora bien, quien sirve al Señor no debe provocar altercados; al contrario, debe ser amable con todos, y estar dispuesto a enseñar; debe ser paciente y ha de corregir con dulzura a quien lo contradice. Quizá Dios les dé ocasión de convertirse y de conocer la verdad.
Palabra de Dios.
MEDITACIÓN DE LA PALABRA
31. Sigue un momento de silencio meditativo o bien aquel que preside comenta el texto proclamado o ilustra el peculiar camino de fe del joven Peregrino Laziosi, rebelde convertido que encontró sentido a su vida iluminado por la gracia. La reflexión sobre la Palabra, dada su naturaleza, podrá asumir, si las circunstancias lo consienten, la forma de un diálogo fraterno.
ORACIÓN DE BENDICIÓN
32. Aquel que preside dice la oración de bendición:
a) Para varios jóvenes
P. Bendito seas, Señor Dios nuestro, que cuidad de todos tus hijos. Mira benigno estos jóvenes [N.N.] y derrama sobre ellos, por intercesión de la bienaventurada Virgen María y de san Peregrino Laziosi, su siervo, la abundancia de tus bendiciones, para que crezcan, como tu hijo Jesús, en edad y sabiduría, en fuerza y gracia en tu presencia y frente a los hombres. Ilumina sus mentes, para que disciernan en el estruendo de muchas voces tu Palabra de vida; hazlos prudentes y fuertes en las decisiones, generosos en la búsqueda del bien común, estigos de tu Reino. Haz que, siguiendo el ejemplo de san Peregrino, aprendan a pedir y a conceder el perdón, en las dificultades busquen soluciones constructivas y encuentren en su amor, paz y alegría. Por Jesucristo nuestro Señor.
A. Amén.
b) Para un solo joven
P. Bendito seas, Señor Dios nuestro, que cuidad de todos tus hijos. Mira benigno este joven [N.] y derrama sobre él, por intercesión de la bienaventurada Virgen María y de san Peregrino Laziosi, su siervo, la abundancia de tus bendiciones, para que crezca, como tu hijo Jesús, en edad y sabiduría, en fuerza y gracia en tu presencia y frente a los hombres. Ilumina su mente, para que discierna en el estruendo de muchas voces tu palabra de vida; hazlo prudente y fuerte en las decisiones, generoso en la búsqueda del bien común, testigo de tu Reino. Haz que, siguiendo el ejemplo de san Peregrino, aprenda a pedir y a conceder el perdón, en las dificultades busque soluciones constructivas y encuentre en su amor, paz y alegría. Por Jesucristo nuestro Señor.
A. Amén.
ABRAZO FRATERNO
22. Terminada la oración de bendición, si las circunstancias lo consienten, aquel que preside y los presenten intercambian con los jóvenes un abrazo fraterno.
DESPEDIDA
24. Aquel que preside concluye el rito, diciendo:
P. El Señor Jesús, Maestro bueno, guarde en su amor a ustedes y a cuantos los quieren.
A. Amén.
25. Si aquel que preside es un ministro ordinado añada:
P. Y la bendición de Dios, Señor de la vida, Padre e Hijo + y Espíritu Santo, descienda en ustedes y en ustedes permanezca.
A. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario