Esta entrada no pretende citar los textos bíblicos que prohíben toda forma de idolatría ni reiterar la doctrina católica sobre el culto a las imágenes, tan bien recapitulada en el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica (Cf. 1159 ss).
La intención es exponer una particular forma de idolatría, que se ha difundido como un virus en el mundo.
Se trata del culto que rendimos a los "dioses falsos", que hemos fabricado a nuestra propia medida. Pululan cual plaga en todos los ambientes.
Vivimos en una sociedad politeísta aunque cada uno de sus integrantes se declare monoteísta. Es que la soberbia y el egoísmo nos han llevado al pecado de rechazar al Dios de la revelación bíblica. Por el contrario, hemos elegido creer y rendir culto como único "dios" verdadero al que cada cual construyó con el molde de la propia visión sesgada y oportunista.
El "dios de cada uno" es algo así como una energía difusa que podemos orientar a nuestro antojo; un ente más o menos abstracto, que como adormecido, justifica implícita o explícitamente todos nuestros pecados, y que debe despertar con furor solamente para castigar los errores, que, a nuestro criterio, cometieron los demás.
Es un "dios moderno" que no manda nada que nos cueste y que nos exhorta a un amor volátil y caduco. Un "dios" que jamás nos pide salir de nuestra zona de confort y que, como por inercia, inspira, aprueba y aplaude todas y cada una de nuestras acciones.
En la Biblia, Dios prohíbe la confección de cualquier tipo de imágenes que se conviertan en objeto de la adoración que sólo a Él debemos. Pues bien, el "dios de cada uno" al que nos hemos referido más arriba, es una de esas imágenes, quizás más moderna y sofisticada, que infelizmente a menudo pasa desapercibida.
Estos ídolos son tantos como las personas que los crean. El hecho de que encontremos entre sus fieles "devotos" incluso a algunos pastores de la Iglesia y a otros líderes religiosos de gran influencia hace más preocupante el avance de esta
7 de junio de 2024, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
Entrada dedicada a Él.
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