Formulario de Misa: aquí.
Para
disipar dudas sobre la coincidencia total o parcial de esta Conmemoración con las Misas dominicales,
ver aquí.
Introducción
Con auténtica esperanza cristiana, celebramos hoy la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos.
Dice el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica:
“Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte, una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del Cielo” (1).
La existencia del Purgatorio es dogma de fe que, como todos los demás, tiene su sólido fundamento en las Santas Escrituras.
Ofrezcamos pues, esta Eucaristía, pidiendo por el eterno descanso de las almas de todos los difuntos, seguras ya de su salvación (Cf. Supra), pero privadas aún de la plena contemplación de la gloria de Dios.
Se usan ornamentos negros o morados.
Se omite el himno Gloria a Dios.
Liturgia de la Palabra
Proponemos una introducción general, la cual puede usarse libremente para cualquiera de las tres Misas sugeridas para hoy. A continuación, puntualizamos las citas de algunas de las lecturas de estas Misas de difuntos:
Única introducción: Apoc. 21, 1-5a. 6b-7; I Cor. 15, 51-57; Jn. 11, 17-27; I Cor. 15, 20-23; Lc. 24, 1-8; Sab. 4, 7-15; Rom. 5, 5-11; Jn. 14, 1-6.
La Liturgia de la Palabra de este día de difuntos nos invita a contemplar el misterio de la muerte terrena. Si por el pecado de nuestros primeros padres, ella entró en el mundo, por el Sacrificio de Cristo, dejó de ser la última palabra en la vida de los hombres.
Si esta Conmemoración cae en domingo se reza el Credo. Si no, se omite.
Oración de los fieles
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa en sufragio por los cardenales y arzobispos fallecidos, presidida por el Papa Francisco el 3 de noviembre de 2017:
Hermanos y hermanas, a Dios, Fuente de la gracia y de la misericordia, ascienda incesante la súplica de todos los creyentes, que imploran paz y salvación por los vivos y por los difuntos.
R. Te rogamos, óyenos.
-Padre Santo, custodia en tu amor a nuestro Papa Francisco y a todos los pastores de la Iglesia, mandados al mundo a anunciar que en Cristo se cumple la liberación del pecado y de la muerte. R.
-Padre Omnipotente, envía tu Espíritu Santo sobre cuantos tienen responsabilidades civiles y sociales, e inspírales proyectos de justicia y de paz por el bien de la familia humana. R.
-Padre Misericordioso, acoge en tu paterno abrazo a todos los difuntos que han dejado esta vida invocando con confianza tu Santo Nombre. R.
-Padre Justo, concede a tus hijos vivir con fidelidad el bautismo recibido y testimoniar con las obras la fe en Cristo Resucitado, primicia de una nueva humanidad. R.
Oración conclusiva
"Te bendecimos, Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque escuchas la oración de tu Iglesia, y te pedimos que concedas a nuestros hermanos difuntos gozar para siempre de la plenitud de la luz y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
O bien:
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa de la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, presidida por el Papa Francisco el 2 de noviembre de 2019, en las Catacumbas de Santa Priscila, en Roma:
En la comunión de esperanza y caridad que ni siquiera la muerte puede romper, celebramos la memoria de todos los difuntos y elevamos a Dios con humildad y confianza, nuestra suplicas:
R. Dios de vivos y muertos, escúchanos
-Dios de la paz, acoge en el bendito reposo de tu Reino a nuestros hermanos que en este mundo, han sostenido la ardua lucha de la fe. R.
-Dios, gloria de los humildes y premio de los justos, dona a los obispos presbíteros y diáconos, que han desarrollado su ministerio entre nosotros, la plenitud de la vida y la alegría prometida a tus fieles siervos. R.
-Padre inmensamente bueno. no dejes que perezca ninguno de los que has confiado a Cristo, Buen Pastor, para que Él los reúna en los pastos eternos. R.
-Dios de la Vida, danos el sentido cristiano del vivir y del morir, y la certeza de que en el momento de la muerte, conoceremos la Verdad entera. R.
-Dios de infinita misericordia, por la oración universal de tu Iglesia, ten piedad de todos los que han muerto sin el consuelo de la fe. R.
Oración conclusiva
"Tú sabes, Señor, que nuestra existencia terrenal es un soplo; enséñanos a contar nuestros días y danos la sabiduría del corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
Con confianza de hijos, dirijamos nuestras súplicas al Autor de la Vida:
R. Dales, Señor, el descanso eterno
O bien:
R. Dios de la Vida, escúchanos
-Por el gozo eterno de las más olvidadas Almas del Purgatorio, a las que la Iglesia ama entrañablemente. Oremos.
-Por la almas de los Romanos Pontífices difuntos. Oremos.
-Por las almas de los hermanos no católicos, que durante su vida negaron la existencia del Purgatorio. Oremos.
-Por las almas de los niños a los que se les arrebató el derecho de nacer, y por las de los que, como ellos, murieron sin el bautismo. Oremos.
-Por las almas de aquellos a quienes la ley civil, arrogándose un derecho que no tiene, ha autorizado la eutanasia. Oremos.
-Por las almas de los que han sido o serán condenados a la pena capital. Oremos.
-Por las almas de los que se han quitado la vida. Oremos.
-Por la eterna salvación de los que han muerto o morirán hoy. Oremos.
Oración conclusiva
"Derrama los ríos de tu misericordia, Señor, en las almas del Purgatorio, y concédeles el gozo de la eterna felicidad del Cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor".
O bien:
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa de la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, presidida por el Papa Francisco el 2 de noviembre de 2022, en la Basílica de San Pedro, en especial sufragio por los cardenales y obispos fallecidos en ese año:
En la comunión de esperanza y caridad que ni siquiera la muerte puede romper, celebramos la Conmemoración de los Fieles Difuntos, y elevamos nuestras peticiones a Dios con humildad y confianza:
R. Te rogamos, óyenos.
-Dios de la paz, acoge en el santo reposo de tu Reino a los hermanos que en este mundo han soportado la ardua lucha de la fe. R.
-Dios, gloria de los humildes y premio de los justos, concede a todos los miembros del clero fallecidos este año la plenitud de la vida y la alegría prometidas a los siervos fieles. R.
-Dios de toda bondad, no dejes que perezca ninguno de los que has confiado a Cristo, el Buen Pastor, Maestro y Guía hacia los pastos eternos. R.
-Dios de la Vida, danos el sentido cristiano de vivir y morir, y la certeza de que, en el momento de la muerte, alcanzaremos toda la verdad. R.
-Dios de infinita misericordia, escucha la oración universal de la Iglesia y purifica toda criatura con el fuego de tu caridad. R.
Oración conclusiva
"Dios, fundamento de la esperanza que no defrauda, consuélanos en la fatiga de la peregrinación terrenal, alimenta en nosotros la fe, para que estemos siempre en comunión de espíritu con nuestros seres queridos, que se han ido con la esperanza de que nos encontraremos todos en el Cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor".
R. Te rogamos, óyenos.
-Dios de la paz, acoge en el santo reposo de tu Reino a los hermanos que en este mundo han soportado la ardua lucha de la fe. R.
-Dios, gloria de los humildes y premio de los justos, concede a todos los miembros del clero fallecidos este año la plenitud de la vida y la alegría prometidas a los siervos fieles. R.
-Dios de toda bondad, no dejes que perezca ninguno de los que has confiado a Cristo, el Buen Pastor, Maestro y Guía hacia los pastos eternos. R.
-Dios de la Vida, danos el sentido cristiano de vivir y morir, y la certeza de que, en el momento de la muerte, alcanzaremos toda la verdad. R.
-Dios de infinita misericordia, escucha la oración universal de la Iglesia y purifica toda criatura con el fuego de tu caridad. R.
Oración conclusiva
"Dios, fundamento de la esperanza que no defrauda, consuélanos en la fatiga de la peregrinación terrenal, alimenta en nosotros la fe, para que estemos siempre en comunión de espíritu con nuestros seres queridos, que se han ido con la esperanza de que nos encontraremos todos en el Cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor".
Ofertorio
Que así como las ofrendas de pan y vino son presentadas en el Altar, de la misma manera sean presentadas ante el trono de Dios las almas de los difuntos.
Comunión
Jesús Eucaristía es Manjar de Vida eterna. Alimentémonos de Él, y no seremos presa de lo poderes de la muerte.
Comunión espiritual
Jesús, Vida y esperanza de las almas, habita en mi corazón.
Acepta, Señor, los frutos de esta comunión espiritual en sufragio por todos los difuntos, especialmente por aquellos a los que estoy más obligado a pedir.
Acepta, Señor, los frutos de esta comunión espiritual en sufragio por todos los difuntos, especialmente por aquellos a los que estoy más obligado a pedir.
Conviene emplear la Bendición solemne de difuntos.
Despedida
Comprometidos con nuestra vida en la Tierra, y con la esperanza de llegar algún día al Hogar del Cielo, concluimos la celebración.
"Dales, Señor el descanso eterno. Que las almas de nuestros fieles difuntos, por tu Divina Misericordia, descansen en paz. Amén".
Nota
1. Cf. n. 1030.
22 de octubre de 2013, memoria litúrgica de San Juan Pablo II, a quien está dedicado este blog.
35° aniversario de la Solemne Misa de Inicio de su Pontificado.
Entrada redactada y publicada en sufragio de todos los fieles difuntos.
(Última actualización: 03/11/22).
Juan Pablo y el entonces cardenal J. Ratzinger (22/10/78) |
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