Ciclo C
Introduccción
"El Adviento, este tiempo Litúrgico fuerte (...), nos invita a detenernos en silencio para captar una presencia. Es una invitación a comprender que los acontecimientos de cada día son gestos que Dios nos dirige, signos de su atención por cada uno de nosotros. ¡Cuán a menudo nos hace percibir Dios un poco de su amor! Escribir, por decirlo así, un diario interior de este amor sería una tarea hermosa y saludable para nuestra vida". (Su Santidad Benedicto XVI, Papa Emérito).
Particularmente significativo es este domingo de Adviento. Su tópico central es la alegría. Los profetas nos ayudan a revivir la santa ansiedad de la espera del Mesías, el esperanzado anhelo que embargaba a los humildes de Israel, no muy diferente del que experimentamos nosotros, que aguardamos la Segunda Venida del Señor, confiados en sus promesas.
Durante la dulce espera y hasta el final de los tiempos, que la Eucaristía encabece siempre la "página espiritual" del "diario interior" del amor de Dios en nuestra vida. Es la clave de la auténtica alegría y de la perseverancia hasta el final.
Se canta el Kyrie y se omite el himno Gloria in excelsis, por tratarse de un domingo de Adviento.
Puede encenderse el tercer cirio de la Corona de Adviento, preferentemente rosado. Clic aquí.
Se omite el himno Gloria a Dios.
Introduccción
"El Adviento, este tiempo Litúrgico fuerte (...), nos invita a detenernos en silencio para captar una presencia. Es una invitación a comprender que los acontecimientos de cada día son gestos que Dios nos dirige, signos de su atención por cada uno de nosotros. ¡Cuán a menudo nos hace percibir Dios un poco de su amor! Escribir, por decirlo así, un diario interior de este amor sería una tarea hermosa y saludable para nuestra vida". (Su Santidad Benedicto XVI, Papa Emérito).
Particularmente significativo es este domingo de Adviento. Su tópico central es la alegría. Los profetas nos ayudan a revivir la santa ansiedad de la espera del Mesías, el esperanzado anhelo que embargaba a los humildes de Israel, no muy diferente del que experimentamos nosotros, que aguardamos la Segunda Venida del Señor, confiados en sus promesas.
Durante la dulce espera y hasta el final de los tiempos, que la Eucaristía encabece siempre la "página espiritual" del "diario interior" del amor de Dios en nuestra vida. Es la clave de la auténtica alegría y de la perseverancia hasta el final.
Se canta el Kyrie y se omite el himno Gloria in excelsis, por tratarse de un domingo de Adviento.
Puede encenderse el tercer cirio de la Corona de Adviento, preferentemente rosado. Clic aquí.
Se omite el himno Gloria a Dios.
Liturgia de la Palabra
Primera lectura: Sof. 3, 14-18
La invitación a la alegría hecha por el profeta, tiene como destinatarios a todos aquellos que, en el devenir de la historia, aguardan con esperanza la Venida del Mesías de Dios.
Segunda lectura: Flp. 4, 4-7
¡Recocíjense! En latín, Gaudete! La insistente invitación del Apóstol con que comienza esta epístola, es la que ha dado nombre a este "día litúrgico de la alegría".
Evangelio: Lc. 3, 10-18
La santa expectación del Pueblo de Israel es "orientada" por el Bautista hacia Aquel que había de venir: el Mesías de las promesas, Sol de justicia que viene a iluminar nuestras tinieblas.
Oración de los fieles
R. Muéstranos, Señor, tu Misericordia.
-Por una Iglesia más feliz, libre y comprometida, "que alivie las heridas de los hombres con el óleo de la consolación, las vende con la misericordia y las cure con solidaridad y atención". (Cf. Bula de convocación al Jubileo Extraordinario de la Misericordia, Misericordiae vultus, 15). Roquemos a Dios santísimo. R.
-Por gobernantes más sabios, humildes y magnánimos. Roguemos a Dios bondadosísimo. R.
-Por una sociedad más justa, solidaria y esperanzada. Roguemos a Dios amorosísimo. R.
-Por un Adviento más fervoroso, fructífero y pleno. Roguemos a Dios generosísimo. R.
-Por una Navidad más religiosa, alegre y transformadora. Roguemos a Dios fidelísimo. R.
O bien:
Las siguientes preces están tomadas de la Santa Misa presidida por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, el 12 de diciembre de 2018, en la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América y de Filipinas:
Hermanos, elevemos con fervos nuestras súplicas a Dios, Padre misericordioso:
R. Socorre, Señor, a tu pueblo
-Perfecciona a tu Iglesia. R.
-Defiende al Papa N. R.
-Asiste al Colegio de los Obispos. R.
-Da casa a quienes la necesitan. R.
-Da alimento a los hambrientos. R.
-Ilumina a los ciegos. R.
-Da fortaleza a las vígenes consagradas. R.
-Llama a la Nueva Alianza a los judíos. R.
-Confiere prudencia a los legisladores. R.
-Otorga fortaleza a los que sufren tentación. R.
-Concede la luz eterna a los difuntos. R.
Oración conclusiva
"Escucha, Señor, benignamente nuestras súplicas y concédenos lo que te pedimos con humildad. Por Jesucristo, nuestro Señor".
A continuación, con alguna adaptación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:
"Oh, Dios, fuente de vida y alegría, renuévanos con el poder de tu Espíritu, para que avancemos por los caminos de los Mandamientos y llevemos a todos los hombres el feliz anuncio del Salvador misericordioso, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".
Ofertorio
El Dios de inefable misericordia ha querido que dos de sus criaturas, el pan y el vino, fueran la materia del Sacramento con que perpetuaría hasta el final de los tiempos el misterio de su primera Venida en la humildad de nuestra carne. Junto a esos dones, también Él se hace Ofrenda, a la que unimos nuestra vida.
Ofertorio
El Dios de inefable misericordia ha querido que dos de sus criaturas, el pan y el vino, fueran la materia del Sacramento con que perpetuaría hasta el final de los tiempos el misterio de su primera Venida en la humildad de nuestra carne. Junto a esos dones, también Él se hace Ofrenda, a la que unimos nuestra vida.
Si es el 17/12:
Comunión
Eucaristía, Dios vivo y verdadero, Pan de misericordia y esperanza, Prenda gloriosa de la plenitud de los tiempos mesiánicos.
En el hoy de nuestra historia personal, te recibimos con reverencia y gratitud. Cristo. Tú eres nuestro Alimento para siempre.
Se imparte la Bendición solemne de Adviento.
Despedida
La Navidad está próxima. No olvidemos que su fructuosa celebración depende de una intensa preparación. Que en estos días de gozosa espera, seamos capaces de experimentar como el salmista, cuán grande es en medio de nosotros el Dios de Israel.
6 de diciembre de 2015, Domingo II de Adviento.
(Última actualización de la entrada: 14/12/22).
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