Prédica de san Juan Bautista |
Formulario de Misa: hacer clic aquí.
Ciclo A
Introducción
Hermanos:
"El Adviento es, por excelencia, el tiempo de la esperanza. Cada año, esta actitud fundamental del espíritu se renueva en el corazón de los cristianos que, mientras se preparan para celebrar la gran solemnidad del Nacimiento de Cristo Salvador, reavivan la esperanza de su vuelta gloriosa al final de los tiempos. La primera parte del Adviento insiste precisamente en la Parusía, la última Venida del Señor. (San Juan Pablo II, Ángelus, 09/12/01).
Iluminados por los textos de esta liturgia dominical, preguntémonos si estamos preparados para recibir al Señor que viene.
Pongámonos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. (Cf. S.S. Francisco, Carta Apostólica Admirabile signum, 1).
Luego del
saludo inicial, y, si se cree conveniente, en lugar del Acto
penitencial, puede realizarse el rito de la Corona de Adviento. En otra
entrada de este blog, se ofrece un modelo de oración para el encendido
de cada cirio. Hacer clic aquí.
Se omite el himno Gloria in excelsis.
Liturgia de la Palabra
Primera lectura: Is. 11, 1-10
En el fecundo árbol genealógico de David, el profeta Isaías anuncia el brote del eterno Retoño. Es el Mesías de Dios que trae la paz y la concordia a la humanidad.
Segunda lectura: Rom. 15, 4-9
"Imitar a Jesucristo". Es la invitación que nos dirige san Pablo, para que aprendamos a ser auténticos servidores del Señor en la persona de los hermanos. Un gran desafío para este Adviento.
"Imitar a Jesucristo". Es la invitación que nos dirige san Pablo, para que aprendamos a ser auténticos servidores del Señor en la persona de los hermanos. Un gran desafío para este Adviento.
Evangelio: Mt. 3, 1-12
San Juan Bautista, el mayor de los profetas, hace un serio llamamiento a la conversión. Con humildad, acojamos sus palabras aquí y ahora, en el hoy de este tiempo litúrgico del Adviento.
Oración de los fieles
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa con el rito zaireño, presidida por el Papa Francisco para la Comunidad congoleña de Roma, en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, el 1°/12/19:
Oremos a Dios Padre, que cuida de todas las criaturas, y digámosle con sincera humildad:
R. Señor, ten piedad
-Dios fiel, bendice y custodia a tu Iglesia. R.
-Protege a nuestro Papa N. R.
-Asiste a todos los obispos. R.
-Perdona y salva a tu pueblo. R.
-Consérvanos en tu paz. R.
-Apiádate del cristiano que duda. R.
-Ilumina al incrédulo que quisiera creer. R.
-Orienta a los legisladores y gobernantes. R.
-Auxilia a los pobres. R.
-Consuela a los afligidos. R.
-Defiende a los huérfanos y a las viudas. R.
-Recibe en tu paz a todos los difuntos. R.
R. Señor, ten piedad
-Dios fiel, bendice y custodia a tu Iglesia. R.
-Protege a nuestro Papa N. R.
-Asiste a todos los obispos. R.
-Perdona y salva a tu pueblo. R.
-Consérvanos en tu paz. R.
-Apiádate del cristiano que duda. R.
-Ilumina al incrédulo que quisiera creer. R.
-Orienta a los legisladores y gobernantes. R.
-Auxilia a los pobres. R.
-Consuela a los afligidos. R.
-Defiende a los huérfanos y a las viudas. R.
-Recibe en tu paz a todos los difuntos. R.
Oración conclusiva
"Acepta, Señor, nuestra plegaria, y que descienda sobre nosotros tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
O bien:
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, se emplearon en la Santa Misa del viernes de la semana I de Adviento, presidida por el Sumo Pontífice Francisco en Nicosia (Chipre), el 3 de diciembre de 2021, memoria litúrgica de san Francisco Javier, presbítero, patrono de las misiones:
Elevemos nuestra plegaria a Dios Padre, rico en misericordia, que consagró a su Hijo con la unción del Espíritu para evangelizar a los pobres, sanar los corazones heridos y consolar a los afligidos:
R. Kyrie, eleison
-Por el Santo Padre, Papa N, por los cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas: que iluminados por el Espíritu Santo y llenos de celo apostólico, sean pregoneros incansables y fieles testigos del amor y de la misericordia de Dios Padre. R.
-Por nuestra Iglesia de N: que siguiendo el ejemplo de los santos y beatos de esta tierra, exprese en la riqueza de dones y carismas, el verdadero Rostro de Cristo Señor. R.
-Por nuestros gobernantes: que inspirados en los valores de la justicia, se empeñen en derribar las barreras de la separación, y proyecten diseños de paz auténtica y duradera, para un futuro sereno y armonioso. R.
-Por los migrantes y refugiados: que por nuestra calidez y protección les sea reservada una acogida humana y fraterna. R.
-Por la unidad de los cristianos: que el ecumenismo continúe con fe y esperanza el camino hacia el cumplimiento de la voluntad de Jesús de que todos sean uno. R.
-Por los enfermos y por los que sufren en el cuerpo y en el alma: que reconfortados por la presencia consoladora del Señor Jesús, experimenten, también en la prueba, serenidad y confianza. R.
Oración conclusiva
"Padre, escucha nuestra oración, inflama de ardor nuestros corazones y ayúdanos a vivir esparciendo por doquier la fragancia y la luz de la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor".
O bien:
R. Ven, Señor, Rey de justicia y de paz.
-Para
que la Iglesia pueda gozar de tiempos de paz y unidad, y se reconozca
la autoridad espiritual del Papa entre los seguidores de otros credos y
aun entre los no creyentes. R.
-Para
que los responsables de los destinos de las naciones, gobiernen
a los pueblos con justicia y a los pobres con rectitud. R.
-Para
que los eventos y obligaciones de fin de año no nos distraigan del
espíritu de preparación para la Navidad, propio del Adviento. R.
-Para
que en nuestros hogares, el armado de la Corona de Adviento, del árbol,
del pesebre y las otras prácticas piadosas propias de este tiempo,
contribuyan a acrecentar nuestra fe y a fortalecer los vínculos
familiares. R.
-Para
que el Espíritu del Señor se infunda en los corazones de aquellos
que hacen mal uso de su libertad, dedicándose a la burla y al escarniio de lo sagrado. R.
A continuación, se
propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a
la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y
traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga,
propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones
litúrgicas:
"Dios de los vivos, suscita en nosotros el deseo de una verdadera conversión, para que renovados por el Espíritu Santo, en toda relación humana sepamos llevar a cabo la justicia, la ternura y la paz, que la Encarnación de tu Verbo hizo brotar en la Tierra. Por Jescristo, nuestro Señor. Amén".
Ofertorio
Adviento, tiempo de espera y de siembra.
Los dones que llevamos al Altar testifican la omnipotencia y la generosidad del Señor, el Cual, de cualquier humilde siembra puede hacer surgir una grandiosa cosecha.
Por lo tanto, aun reconociendo nuestra pequeñez, seamos sembradores de esperanza con cada acto de nuestra vida.
Adviento, tiempo de espera y de siembra.
Los dones que llevamos al Altar testifican la omnipotencia y la generosidad del Señor, el Cual, de cualquier humilde siembra puede hacer surgir una grandiosa cosecha.
Por lo tanto, aun reconociendo nuestra pequeñez, seamos sembradores de esperanza con cada acto de nuestra vida.
Se emplea el Prefacio de Adviento I o II, que algunas Conferencias
Episcopales han incorporado en sus Misales, con la autorización de la
Santa Sede).
Comunión
Jesucristo, Pan del Cielo, tenemos hambre de Ti y deseamos recibirte como Tú quieres ser recibido: con un corazón nuevo, dispuesto a luchar más tenazmente contra los vicios que nos dificultan la plena comunión Contigo.
Ofrezcamos la Comunión de hoy por esta intención, puesta ya la mirada en una fructuosa celebración de la próxima Navidad.
Jesucristo, Pan del Cielo, tenemos hambre de Ti y deseamos recibirte como Tú quieres ser recibido: con un corazón nuevo, dispuesto a luchar más tenazmente contra los vicios que nos dificultan la plena comunión Contigo.
Ofrezcamos la Comunión de hoy por esta intención, puesta ya la mirada en una fructuosa celebración de la próxima Navidad.
Conviene que el sacerdote emplee la Bendición solemne de Adviento.
Despedida
Que María, Virgen de la espera y Madre de la esperanza, reavive en toda la Iglesia el espíritu del Adviento, para que la humanidad entera se vuelva a poner en camino hacia Belén, donde vino y de nuevo vendrá a visitarnos el Sol que nace de lo alto (cf. Lc. 1, 78), Cristo nuestro Dios. (Ídem supra).
28 de noviembre de 2016, conmemoración de santa Catalina Labouré, vidente de la Virgen Milagrosa y destinataria del pedido de la Madre de acuñar la sagrada Medalla. En el año 210° aniversario del nacimiento y en el 140° de la muerte terrena de la santa. Entrada dedicada a ella y a la Virgen de la Medalla Milagrosa..
(Última actualización de la entrada: 14/12/22).
(Última actualización de la entrada: 14/12/22).
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