Cada 28 de diciembre, la Iglesia Universal celebra la fiesta de los santos Inocentes, mártires. Mientras en la liturgia romana se emplea cualquiera de los tres Prefacios del Tiempo de Navidad (por ser un día de la infraoctava), en la liturgia ambrosiana se canta el siguiente Prefacio propio (se ha traducido al español simplemente a modo ilustrativo y como homenaje a los santos niños):
PREFACIO
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu. V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gloria, Padre Omnipotente,
por la muerte preciosa de estos niños,
a los que la crueldad de Herodes asesinó
a causa de tu Hijo, nuestro Salvador.
Nosotros reconocemos los dones de tu misericordia:
sobre la humana fragilidad, resplandece la gracia;
el testimonio del martirio precede a la capacidad de hablar.
Ellos sufrieron la pasión antes de tener
extremidades adecuadas para padecer
y confesaron a Cristo con la muerte
antes de que pudieran siquiera conocerlo.
Verdaderamente infinita es la bondad del Señor,
que no permite que sea menor la recompensa
de aquellos que, sin saberlo, han sido asesinados por Él;
en la sangre en que son inmersos
se cumple el bautismo que los regenera,
y les es dada la corona del martirio.
Junto con ellos y con todas las criaturas bienaventuradas,
te elevamos, Padre, único Dios con el Hijo y con el Espíritu Santo,
el himno de perenne alabanza...
Santo, Santo, Santo...
28 de diciembre de 2019, fiesta de los santos mártires Inocentes.
Entrada dedicada a ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario