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martes, 17 de diciembre de 2019

Septenario de preparación para Navidad





"Una Virgen concebirá y dará a luz a un Hijo, al que le pondrá por nombre 'Emmanuel', que traducido significa: 'Dios con nosotros'. (Is. 7, 14; Mt. 1, 23)".


 
Introducción

La gran solemnidad de la Natividad del Señor es, después de la Pascua, la celebración más importante del Año litúrgico.

El siguiente "Septenario" (siete días) no tiene una finalidad distinta de la de las novenas: contribuir a la preparación espiritual de la Navidad, ya sea en comunidad o individualmente. La diferencia radica en que el esquema es más breve y, se enmarca en la segunda etapa del Tiempo de Adviento, comprendida entre el 17 y el 24 de diciembre, razón por la cual se halla más en consonancia con la liturgia. El periodo de esos siete días constituye como una "semana santa de Navidad". (Cf. Liturgia de las Horas para los fieles, Conferencias Episcopales de Argentina, Colombia y México: Introducción a la segunda parte del Tiempo de Adviento, p. 43. Edición de 1996).


 


La plegaria que aquí se propone para el "Septenario" se estructura a partir de cada una de las siete "Antífonas O", las más célebres de la liturgia romana. Están escritas en latín y en castellano. Actualmente, la Iglesia canta dos veces cada una entre el 17 y el 23 de diciembre: en la Liturgia de las Horas, para el Cántico evangélico de las Vísperas; y en la Misa, como versículo antes del Evangelio.
 
En este "Septenario", a cada Antífona siguen: primero, una breve súplica a Jesucristo, a modo de glosa, y luego, una jaculatoria. Después se reza un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Se puede concluir con las Letanías a Jesucristo en Adviento. (Son optativas).


SEPTENARIO

17 DE DICIEMBRE



 
 
O Sapientia, quae ex ore Altissimi prodiisti,
attingens a fine usque ad finem,
fortiter suaviterque disponens omnia:
veni ad docendum nos viam prudentiae.

¡Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,
y que abarcas del uno al otro confín,
ordenándolo todo con firmeza y suavidad:
ven a enseñarnos el camino de la salvación! 
(Cf. Eclo. 24, 3).


Jesucristo, Sabiduría eterna e increada, Verbo omnipotente y creador, Tú que fuiste engendrado por el Padre antes de los siglos y que te hiciste hombre en el seno de la Virgen María: por el misterio de tu Natividad, restaura nuestra dignidad de hijos con el Soplo de tu Espíritu; abraza a la Iglesia, tu Esposa, y bendice al Sumo Pontífice N, a los obispos y a todo el pueblo santo de Dios.

Con los Coros de tus santos ángeles, te imploramos: 

¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Letanías a Jesucristo en Adviento (optativas).



18 DE DICIEMBRE

 


O Adonai, et Dux domus Israel,
qui Moysi in igne flammae rubi apparuisti,
et ei in Sina legem dedisti:
veni ad redimendum nos in brachio extento.

¡Oh, Adonai, Pastor de la Casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a redimirnos con el poder de tu brazo!  
(Cf. Éx. 3, 2; 6, 2-3; y 24).



Jesucristo, Mesías anhelado por el antiguo Israel y plenitud de los tiempos nuevos, Tú que fuiste prometido por el Padre: por el misterio de tu Natividad, manifiéstate al pueblo de la primera alianza como su Dios y Señor, y revélale el total cumplimiento de las Escrituras en tu adorable Persona.

Con tus santos patriarcas, te imploramos: 

¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



19 DE DICIEMBRE

 

 
O Radix Iesse, qui stas in signum populorum,
super quem continebunt reges os suum,
quem Gentes deprecabuntur:
veni ad liberandum nos, iam noli tardare.

¡Oh, Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos;
ante quien los reyes enmudecen,
y cuyo auxilio imploran las naciones:
ven a librarnos, no tardes más! 
 (Cf. Is. 11, 10).


Jesucristo, Eterno Retoño de la Divinidad, que fuiste injertado en el corazón de nuestra historia y cuyo Trono, Altar y Cetro es el Árbol de la Cruz: por el misterio de tu Natividad, ilumina las decisiones de los más poderosos y rige Tú, por medio de ellos, los destinos de los pueblos.

Con tus santos profetas, te imploramos: 

¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Letanías a Jesucristo en Adviento (optativas).



20 DE DICIEMBRE

 



O Clavis David, et sceptrum domus Israel;
qui aperis, et nemo claudit;
claudis, et nemo aperit:
veni, et educ vinctum de domo carceris,
sedentem in tenebris, et umbra mortis.

 
¡Oh, Llave de David y Cetro de la Casa de Israel;
que abres y nadie puede cerrar;
cierras y nadie puede abrir:
ven y libra al cautivo que mora en tinieblas 
y en sombra de muerte. (Cf. Is. 22. 22; Lc. 1, 78-79; Apoc. 3, 7).


Jesucristo, Puerta de la eternidad y Llave para abrirla y cerrarla, que eres a la vez Templo viviente del encuentro con Dios: por el misterio de tu Natividad, rescata a los que se hallan física, psicológica o espiritualmente privados de su libertad.

Con tus santos apóstoles y discípulos, te imploramos: 

¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Letanías a Jesucristo en Adviento (optativas).



21 DE DICIEMBRE

 



O Oriens, splendor lucis aeternae, 
et Sol iustitiae:
veni, et illumina sedentes in tenebris, 
et umbra mortis.

¡Oh, Tú, el Oriente,
Resplandor de la Luz eterna, Sol de justicia:
ven a iluminar a los que yacen en tinieblas
y en sombra de muerte! 
(Cf. Zac. 6, 12; Mal. 4, 2; Heb. 1, 3; Sab. 7, 26; Mt. 24, 27; Lc. 1, 78-79).


Jesucristo, Mesías prometido y esperado, Sol que nace de lo alto, cuyos rayos benéficos alcanzan a todos los que te buscan con humildad: por el misterio de tu Natividad, ilumina a los hermanos de corazón más obstinado.

Con tus santos mártires, te imploramos: 

¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Letanías a Jesucristo en Adviento (optativas).


22 DE DICIEMBRE

 



O Rex Gentium, et desideratus earum,
lapisque angularis, qui facis utraque unum:
veni, et salva hominem, quem de limo formasti.


¡Oh, Rey de las naciones y Deseado de los pueblos,
Piedra angular de la Iglesia, que haces 
de dos pueblos uno solo:
ven y salva al hombre,
que formaste del barro de la tierra!  
(Cf. Ag. 2, 7; Ef. 2, 20; Sal. 118, 22; Is. 28, 16; Is. 2, 14; I Ped. 2, 4-10; Mt. 21, 42; Gén. 2, 7).


Jesucristo, Soberano de amor y paz, Divino Esposo de la Iglesia, esperanza de nuestros antepasados y alegría nuestra: por el misterio de tu Natividad, restaura la unidad de la gran familia humana, herida por el pecado.

Con tus santos de todos los tiempos, te imploramos: 

¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Letanías a Jesucristo en Adviento (optativas).


23 DE DICIEMBRE

 


O Emmanuel, Rex et legifer noster,
exspectatio Gentium, et Salvator earum:
veni ad salvandum nos, Domine, Deus noster.


¡Oh, Emmanuel, Rey y legislador nuestro,
esperanza y salvación de las naciones:
ven a salvarnos, Señor Dios nuestro! 
(Cf. Is. 8, 8; 33, 22; 7, 14; Mt. 1, 23; Gén. 49, 10).


Jesucristo, Dios Eterno y Hombre perfecto, único Salvador del mundo, que has puesto tu morada entre nosotros, pecadores: por el misterio de tu entrañable Nacimiento, concédenos vivir siempre en la comunión de tu Iglesia, y colma el deseo de contemplarte que tienen las Almas del Purgatorio.

Con tus benditos padres, María, la Virgen Madre, y José, el varón justo, te imploramos: 

¡Venga a nosotros tu Reino, Señor! 
 
Que la inefablemente bendita Noche de mañana nos encuentre esperándote con fe y en paz.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Letanías a Jesucristo en Adviento (optativas). 



17 de diciembre de 2019, primera "Feria Mayor" de Adviento.
Entrada dedicada a Jesucristo, Mesías prometido por Dios y esperado por los hombres.

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