Guion: Asunción de la Santísima Virgen

 

Formulario de Misa: aquí.

Si esta solemnidad acaeciese en sábado, domingo o lunes, ver aquí.

Conviene realizar una procesión de entrada, de acuerdo con las normas litúrgicas.

Durante dicha procesión pueden entonarse las universalmente conocidas letanías lauretanas (insertando en el lugar correspondiente las tres invocaciones con las que el Papa Francisco quiso enriquecerlas). Otra sugerencia es optar por las letanías a la Realeza de María, (del "Ritual de la Coronación de una imagen de la Virgen", en el Pontifical Romano, n. 41), o por las letanías a la Asunción de Nuestra Señora.

Más opciones:

-"Letanías a la Madre de Dios", de santo Toribio de Mogrovejo
-"Letanías a la Virgen María" (Vida y misterios)
-"Letanías marianas irlandesas"
-"Letanías a la Virgen María" (Sagradas Escrituras)
-"Letanías marianas de la Orden de Predicadores"
-"Letanías a la Santísima Virgen en tiempos difíciles"

U  otro cántico adecuado.
 

Introducción

"Hoy es introducida en las regiones sublimes y presentada en el Templo celestial la única y santa Virgen, (...) Hoy el Arca viva y sagrada del Dios viviente, la que llevó en su seno a su propio Artífice, descansa en el Templo del Señor, Templo no edificado por mano humana. Danza David, (...) antepasado de Dios, y con él los ángeles (...) forman coro y alaban a la Madre de la gloria".

Con estas palabras en una célebre homilía, san Juan Damasceno, describe el gran misterio de la Asunción de la Santísima Virgen, que hoy celebramos.

El 1° de noviembre de 1950, Año Jubilar, el Papa Pío XII, haciéndose eco de la fe multisecular de la Iglesia,  define el dogma de la Asunción, que declara como verdad revelada, que la gloriosa Madre de Dios, acabado el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma al Cielo, por el poder y la voluntad del mismo Dios.

Al celebrar el Sacrificio del Cordero, honremos pues, a la excelsa Madre del Verbo, glorificada hoy en lo más alto del Cielo, y adoremos al Creador del universo, que en este día santo ha exaltado a María, constituyéndola como Anticipo, Modelo y Espejo de la gloria que tiene reservada a los redimidos.

Saludo inicial

Se canta o recita el himno Gloria in excelsis.


Para la Oración Colecta

Elevemos, hermanos, nuestro corazón a los bienes eternos, y deseémoslos ardientemente.

Liturgia de la Palabra

Para la Misa vespertina de la Vigilia (al atardecer del 14/08)

Monición general: I Crón. 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2; Sal. 131, 6-7. 9-10. 13-14; I Cor. 15, 54b-57; Lc. 11, 27-28

Desde los orígenes del mundo, la Madre del Mesías Redentor existía en la mente del Supremo Hacedor; por ello, es prefigurada en las páginas de las Sagradas Escrituras.

Para la Misa del día (el 15/08)

Primera lectura: Apoc. 11, 19a; 12, 1-6a. 10ab.

En la "Mujer" del Apocalipsis, la Iglesia siempre ha visto a la Iglesia, mística Esposa del Cordero, y a la Santísima Virgen María, anticipo y modelo de la  Nueva Jerusalén.

Salmo 44, 10b-12. 15b-16

La Madre del Rey, revestida con el oro de todas las virtudes, hoy se sienta junto a su Hijo en el solio celeste.

Segunda lectura: I Cor. 15, 20-27a.

María, Reina del universo, es primicia de la plenitud de la redención que Cristo adquirió para todo el género humano.

Evangelio: Lc. 1, 39-56

Todas las generaciones honran a aquella que hoy ha sido elevada en cuerpo y alma al Cielo. En ella contemplamos nuestra futura glorificación.

Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas del Encuentro mariano con los jóvenes y las familias, presidido por el Papa Francisco, el sábado 1° de junio de 2019 en Iasi, Rumanía.

Hermanos y hermanas, agradecidos al Señor por todas las maravillas que ha hecho y confiados en la acción del Espíritu Santo, alabémoslo y supliquémosle con las palabras de la Virgen María:

R. Mi corazón confía y se regocija en Dios, mi Salvador.

-Te glorificamos, Dios, porque has guardado con amor a tu pueblo y le has dado a la Virgen María como Madre y protectora. Ayúdanos a imitar su fe y humildad. Que jóvenes y niños puedan recibir de adultos y ancianos el ejemplo de una vida edificada en la roca de tu amor. R.

-Te alabamos, Dios, porque cada día cumples en nosotros la obra de tu amor. Abre los ojos y oídos de todos los cristianos. Que puedan ver tus maravillas y sentir tu voz que los llama a la santidad y a la unidad bajo el manto de la gloriosa Virgen María. R.

-Te ensalzamos, Dios, por la misericordia y el perdón que nos das toda vez que retornamos a Ti. Infunde el Espíritu de reconciliación en nuestra sociedad y nuestras familias. Que todos podamos ser instrumentos de paz y armonía. R.

-Te exaltamos, Dios, porque en la vida de la Virgen María nos muestras que eres cercano a los humildes, a los sencillos y a los que te buscan con corazón puro. Renueva en las jóvenes generaciones la alegría de la simplicidad y de la donación. Que puedan descubrir y vivir con entusiasmo la propia vocación. R.

-Te bendecimos, Dios, porque has querido hacerte pobre como nosotros para que pudiéramos ser colmados de los dones de tu amor eterno. Abre nuestros corazones y nuestras manos. Que puedan compartir los bienes de esta vida con los pobres, los enfermos y marginados, a fin de pregustar así la alegría del Paraíso. R.

-Te adoramos, Dios, porque siempre cumples tus promesas. Te rogamos, por intercesión de la Santísima Virgen María glorificada en el Cielo, que sostengas a aquellos padres que han partido al exterior para trabajar, y enséñales a permanecer en comunión con sus familias y a ser reflejo de tu fidelidad. R.

O bien:

 
Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa de la solemnidad del Aniversario de la Dedicación de la Basílica papal de Santa María la Mayor (Roma), presidida por el cardenal Estanislao Rilko en dicha Basílica, el 5 de agosto de 2020:

Queridos hermanos y hermanas, María, Madre de Jesús y Madre nuestra, resplandece en el camino de nuestra vida como signo de consuelo y de segura esperanza. Invoquemos confiadamente a Dios, por intercesión de ella para obtener todo lo que necesitamos:

R. ¡Ave, Ave, Ave María!

-Que María, Madre de la Iglesia, obtenga a la Iglesia de Cristo los dones preciosos de la unidad y de la paz. Por esto, nosotros la invocamos y la saludamos...R.

-Que María, Reina de los apóstoles, obtenga a nuestro Papa N, a todos los obispos, sacerdotes y misioneros, la gracia de anunciar el Evangelio a toda criatura y de guiar en la caridad al Pueblo de Dios. Por esto, nosotros la invocamos y la saludamos...R.

 
-Que María, Reina de la paz, obtenga a todos los responsables de pueblos y naciones, propósitos de justicia, de amor y de paz. Por esto, nosotros la invocamos y la saludamos...R.

 

-Que María, vida, dulzura y esperanza nuestra, vuelva a nosotros sus ojos misericordiosos, y nos obtenga la continua alegría de la gracia, abra a todos las puertas del Cielo y nos muestre a su Hijo Jesús. Por esto, nosotros la invocamos y la saludamos...R.

 

-Que María, Reina de las vírgenes, obtenga a los consagrados la gracia de la perseverancia en la profesión de los consejos evangélicos para recibir el céntuplo por uno y la eternidad. Por esto, nosotros la invocamos y la saludamos...R.

 

-Que María, Reina de todos los santos, obtenga a nuestros hermanos difuntos gozar de la visión beatífica de Dios, al que han amado y servido en esta vida. Por esto, nosotros la invocamos y la saludamos...R.

 
Oración conclusiva

"Oh, Padre, que en Cristo, tu Hijo, has dado cumplimiento a las antiguas promesas, concédenos ser merecedores de tu gracia y convertirnos en mensajeros de la esperanza que María trajo al mundo (en Jesús), con la luz del Espíritu Santo. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:

 
Con espíritu de confianza filial y humildad mariana, supliquemos al Señor:

 

R. Con la Reina del Cielo y de la Tierra, te rogamos, Señor

-Por la Iglesia Católica Romana, fiel Esposa del Cordero, para que siguiendo las huellas de la Santísima Virgen, su miembro más eminente, llegue al abrazo definitivo con su Esposo. Oremos con María, Madre de la Iglesia. R.

-Por el Santo Padre N, el primero de los hijos de la Madre celestial, para que su Magisterio sea acogido con espíritu de humildad y servicio entre todos los hombres de buena voluntad, en especial  entre aquellos que rigen los destinos de los pueblos. Oremos con María, Reina de los Apóstoles. R.

-Por los pueblos que son víctimas de la guerra, para que experimenten la infinita misericordia de Jesucristo, que bien sabe lo que es el dolor humano. Oremos con María, Reina de la paz y Consuelo de los Afligidos. R.

-Por las mujeres que en su seno han acogido el grandioso tesoro de la vida naciente, para que se sientan colaboradoras en la obra creadora del Autor de toda vida. Oremos con María, Madre del Dios viviente. R.

-Por las benditas Almas del Purgatorio, para que gracias al Amor redentor de Cristo y a la piadosa oración de los hijos de la Iglesia, alcancen la herencia eterna en el Reino celestial. Oremos con María, que hoy ha sido elevada al Cielo. R.

Ofertorio

Que María, Virgen oferente, glorificada junto a su Hijo, nos alcance de Dios la humildad y el espíritu de entrega, para que seamos ofrenda viva, junto al pan y al vino que presentamos.

Prefacio: De gloria Mariae Assumptae

Glorifiquemos al Dios Trino, que hoy ha coronado su obra en María, exaltándola por encima de todos los ángeles y santos.

Comunión

Dice san Juan Pablo II: María está presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas. (Ecclesia de Eucharistia, 57).

Que sea ella misma, hermanos, la Virgen Asunta, quien hoy y siempre nos conduzca maternalmente al encuentro con su Hijo en la Eucaristía.

Comunión espiritual

Creo firmemente, Señor, que estás presente en la Eucaristía, y como no estoy en condiciones de acogerte en este Santísimo Sacramento, te ruego vengas a mí espiritualmente, para no sentirme excluido de la gracia que a todos ofreces, de deleitarse en tu Divina Presencia. Amén.

Conviene emplear algunas de las Bendiciones solemnes de la Santísima Virgen María, correspondientes al Tiempo Ordinario.

Despedida

Con fe renovada y gran confianza , volvemos a nuestros quehaceres.
Muy enaltecida en el Cielo pero no menos cercana a nosotros, la gloriosa Reina del Cielo y la Tierra, intercede por "los desterrados hijos de Eva".

10 de agosto de 2012, fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir. Día del diácono.
Entrada dedicada a la Virgen Asunta y al glorioso san Lorenzo.
(Última actualización de la entrada: 06/08/20).