Antífona de entrada Sal 22, 4
Aunque camine por oscuras quebradas, no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Oración colecta
Dios Padre, que nos creaste a tu imagen
y quisiste que tu Hijo muriera por nosotros;
te pedimos la gracia de vivir en oración constante,
para que al dejar este mundo, libres de pecado,
merezcamos descansar con alegría en tus brazos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Señor, tú destruiste nuestra muerte,
con la muerte de tu Hijo unigénito;
por la eficacia de este sacramento,
concédenos que, obedeciendo tu voluntad hasta el fin,
dejemos este mundo con paz y confianza
y lleguemos por tu misericordia a participar de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Rm 14, 7-8
Ninguno de nosotros vive para sí ni tampoco muere para sí.
Si vivimos, vivimos para el Señor,
y si morimos, morimos para el Señor:
tanto en la vida como en la muerte pertenecemos al Señor.
O bien: Lc 21, 36
Estén prevenidos y oren incesantemente,
para comparecer seguros ante el Hijo del hombre.
Oración después de la comunión
Después de recibir, en estos misterios
el anticipo de la inmortalidad,
te pedimos, Padre, que nos ayudes con tu gracia
en el momento de nuestra muerte,
de manera que superadas las insidias del enemigo
podamos saciarnos para siempre de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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