A
Antífona de entrada Ef 5, 19-20
Canten y celebren al Señor de todo corazón.
Siempre y por cualquier motivo,
den gracias a Dios, nuestro Padre,
en nombre de nuestro señor Jesucristo.
Oración colecta
Dios nuestro,
que siempre nos escuchas en nuestra aflicción,
te damos gracias por tu bondad
y te pedimos que, liberados de todos los males,
podamos servirte siempre con alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Padre santo, tú nos diste a tu Hijo
para salvarnos de la muerte y de todos los males;
acepta con bondad este sacrificio
que te ofrecemos en acción de gracias
por habernos liberado de nuestras aflicciones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Sal 137, 1
Señor, te doy gracias de todo corazón
porque has escuchado las palabras de mi boca.
O bien: Sal 115, 12-13
¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo?
Alzaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre del Señor.
Oración después de la comunión
Dios todopoderoso, por este Pan de vida
nos libras de las ataduras del pecado
y renuevas nuestras fuerzas;
te pedimos que acrecientes sin cesar en nosotros
la esperanza de la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
B
Otras oraciones
Oración colecta
Dios y Padre de todos los dones,
de quien procede cuanto tenemos y somos,
enséñanos a reconocer los beneficios de tu inmensa bondad
y a amarte con todo nuestro corazón
y con todas nuestras fuerzas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Te ofrecemos, Señor,
este sacrificio de alabanza por los dones recibidos,
y te rogamos que dirijamos a la gloria de tu Nombre
lo que sin mérito nuestro nos concediste.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la comunión
Dios y Padre nuestro,
tú nos entregaste como alimento espiritual
este sacramento de la salvación de tu Hijo,
que hemos ofrecido en acción de gracias;
danos fortaleza y alegría
para que podamos servirte con mayor fervor
y alcanzar nuevos beneficios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
24 de abril de 2022, Domingo de la Octava de Pascua o de la Divina Misericordia.
Entrada dedicada a Jesús Misericordioso.
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