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miércoles, 31 de enero de 2018

San Juan Bosco, presbítero: himnos litúrgicos





Cada 31 de enero, la Familia salesiana celebra la "solemnidad" de san Juan Bosco, presbítero, patrono de la juventud, inscripto el mismo día en el Calendario General con el grado de "memoria obligatoria". Los siguientes son los himnos litúrgicos propios de los salesianos:


I Vísperas

Gracias, Señor, te damos, por Juan Bosco,
a quien llamamos padre. Tú le diste
un corazón inmenso como el mar,
desbordante de paz y de alegría.

Como pastor, él siempre va adelante,
y sabe hacerse amigo y nos protege.
Y si hay espinas en nuestro camino,
él nos señala el cielo y las estrellas.

Nos dio en herencia la sabiduría
de la fe, la razón y la bondad.
Y él es la casa siempre abierta, donde
caben todos los jóvenes del mundo.

Su nombre es un mensaje de tu amor
a los jóvenes, luz de tu sonrisa;
palabra de esperanza que sembramos
con fe en el surco abierto de la historia.

Gracias, Señor, te damos por Juan Bosco.
Que su espíritu aliente en nuestro espíritu,
y que un día podamos a su lado
cantar tus alabanzas en el Cielo. Amén.


Oficio de lectura

Santo alegre, san Juan Bosco,
que enseñaste a tus muchachos
que quien es un santo triste
suele ser un triste santo,
danos hoy desde tu cielo
de músicas y de cantos,
la gracia de la alegría
de vivir como cristianos.

Tú, maestro de sonrisas,
hijo del Resucitado,
supiste andar sobre rosas
con paso firme, pisando
las espinas que te herían
juntamente con los pétalos;
haz que sintamos la Pascua
mientras vamos caminando.

Que este mundo sea más justo,
más hermoso, más humano;
que haya paz y amor en todos,
que se acabe ya el pecado;
que sepamos, san Juan Bosco,
trabajar por los hermanos
que Jesús llamó pequeños
y bendijo con su mano.

Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo. Amén.


Laudes

Señor, hoy celebramos la memoria
de nuestro padre y guía, san Juan Bosco.
Tú lo enviaste como mensajero
de tu bondad al mundo y a los jóvenes.

Soñó desde pequeño en ser pastor
de la grey que ponías en sus manos.
Y le diste en María una Maestra
que le enseñara la sabiduría.

Él caminó por una senda dura,
pero con alegría y esperanza.
Y supo hacerse todo para todos,
imagen transparente de tu amor.

Él nos unió en familia y quiso darnos
su corazón para seguir como él
acogiendo a tus hijos más humildes
y hacerlos ciudadanos de tu Reino.

Haz que como él seamos portadores
de tu amor a los jóvenes, y junto
con él, cantemos siempre la alabanza
a Ti, Padre, a tu Hijo, y al Espíritu. Amén.


Hora intermedia

¡Con qué poder todavía
tu rostro irradia esa magia
que cautiva y que contagia
como ninguno podría!
Tu bondad y cercanía
son mensajes del amor
de Jesús, el Buen Pastor
que a los jóvenes te manda
y tu corazón se agranda,
¡enviado del Señor!

Juan Bosco vive: su aliento
se percibe en la tersura
de las frentes, la frescura
de los ojos y el acento
de la voz, y en el contento
de que asiste, guiadora,
cada día, cada hora,
como luz de la existencia,
la solícita presencia
de María Auxiliadora. Amén.


 II Vísperas (como en las I vísperas)


31 de enero de 2018, memoria litúrgica (para los salesianos, solemnidad) de san Juan Bosco, presbítero. Entrada dedicada a él.


 

Guion: Domingo V del Tiempo Ordinario


Jesús cura a la suegra de Pedro


Formulario de Misa: aquí.


Ciclo B

Introducción

Hermanos, cuando hablamos de "Eucaristía" nos referimos, o bien al Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, o bien al Acto santísimo de la Misa, el único en cuyo contexto puede operarse el Milagro de ese Sacramento admirable.

Refiriéndose pues, a este segundo aspecto, nos dice el Papa Francisco:

"La Eucaristía es un acontecimiento ´maravilloso´, en el cual Jesucristo, nuestra Vida, se hace presente: Participar de la Misa es vivir otra vez la Pasión y la Muerte redentora del Señor.
(...) La Eucaristía es una teofanía: el Señor se hace presente en el Altar a fin de ser ofrecido al Padre para la salvación del mundo.
Dondequiera que se celebre, "el Señor está allí con nosotros, presente". (Audiencia general, 08/11/17).

Permanezcamos extasiados ante esta inefable Presencia, y demos gracias a nuestro Dios, paterno y misericordioso.



Primera lectura: Job. 7, 1-4. 6-7

El santo Job afirma, por propia experiencia, que las expectativas del hombre sin Dios, son de incertidumbre y desesperanza.

Segunda lectura: I Cor. 9, 16-19. 22-23

La entrega incondicional de Pablo a la causa del Evangelio es, para nosotros, cristianos del siglo XXI, modelo a seguir.

Evangelio: Mc. 1, 29-39

El milagro de la curación de la suegra de Pedro representa la intervención del Salvador en nuestro mundo:

En efecto, "Jesús, viniendo del Padre, llega a la casa de la humanidad, a nuestra tierra, y encuentra una humanidad (...) enferma (...) de la fiebre de las ideologías, las idolatrías, el olvido de Dios. Entonces, el Señor nos da su mano, nos levanta y nos cura. Y lo hace en todos los siglos". (Cf. S.S. Benedicto XVI, homilía 5/2/06).

O bien:

"Jesús habla con el Padre; esta es la fuente y el centro de todas sus actividades; (...) su predicación, las curaciones, los milagros y, por último, la Pasión, salen de este centro, de su Ser con el Padre". (Cf. ídem).


Oración de los fieles 

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa "Por la paz y la justicia", presidida por el Papa Francisco en Santiago el 16 de enero de 2018, en ocasión de su Viaje Apostólico a Chile

Dios Padre, que amas todo lo que has creado y lo conservas con tu bendición, gracias a tu Hijo  podemos dirigirnos a Ti con ternura y confianza. Te presentamos pues, nuestras intenciones, y te pedimos que nos regales tu gracia y tu consuelo.

 R.  Escúchanos, te rogamos.

-Por el Papa N, para que el Señor Jesús, que lo ha elegido como Pastor de su pueblo, le conceda vivir la misión de ser para la Iglesia principio y fundamento visible de la unidad de la fe y de la comunión. R.

-Por nuestra Patria y las autoridades que nos gobiernan, para que sus decisiones estén siempre al servicio de todos, buscando el bien especialmente de los más vulnerables, a fin de construir una gran nación de hermanos, donde cada uno tenga pan, respeto y alegría. R.

-Por las familias, para que podamos vivir la vocación de ser comunidad de vida y amor, y que la gracia del sacramento del matrimonio nos dé la fuerza para ser testigos del amor de Dios ante nuestros hijos, ante los hogares en dificultades y ante nuestro país. R.

-Por los jóvenes, para que sigan el llamado del Santo Padre a «caminar juntos» siguiendo a Cristo y dando razón de la esperanza a la que han sido llamados. R. 

-Por los ancianos, especialmente por los que sufren soledad, enfermedad, necesidad e incomprensión, para que sepamos ver al Señor en cada uno de ellos, amarlos y acogerlos como lo haríamos con el mismo Cristo. R.

-Por los más pobres y los que sufren cualquier aflicción, para que encuentren en Cristo, consuelo, en la Virgen, el amparo maternal, y en nosotros, una mano extendida y un corazón abierto. R.

Oración conclusiva

Dios, Padre misericordioso, fuente de toda bendición y consuelo, que enriqueces y alegras a tu pueblo en la escucha de tu Palabra y en la Fracción del Pan, acoge las intenciones que ponemos en tus manos paternales. Por Jesucristo, nuestro Señor.

A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, que en tu amor de Padre, te acercas al sufrimiento de todos los hombres y los asocias a la Pascua de tu Hijo, haznos puros y fuertes en la prueba, para que siguiendo el ejemplo de Cristo, aprendamos a compartir con los hermanos el misterio del dolor, iluminados por la esperanza que nos salva. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén".



Ofertorio

Ofrezcámonos ofreciendo.

Que esta sea nuestra actitud al presentar los frutos de nuestro trabajo, que serán causa de salvación para todos.


Comunión

¡Qué honor para nosotros ser comensales de esta Mesa celestial! Aquel Pan al que adoran los ángeles es para nosotros Alimento de Vida eterna.


Despedida

Nos hemos alimentado de la misma Vida Divina al celebrar los Sagrados Misterios. Seamos pues, ante los hermanos, portadores de la Buena Nueva de Jesucristo.


31 de enero de 2018, memoria litúrgica de san Juan Bosco, presbítero. Patrono de la juventud. 
Entrada dedicada a él.


domingo, 28 de enero de 2018

Prefacio propio de la Virgen María, "Salus Populi Romani"


 


Este Prefacio pertenece a la Misa propia de la fiesta de la Traslación del icono de la Virgen María, Salus Populi Romani, (aprobada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, con decretos del 25 de junio y del 13 de agosto de 1988), que los romanos celebran el último domingo de enero. Al icono se le rinden también especiales honores el 5 de agosto, en la festividad de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, (en donde se conserva), y el 22 de agosto, memoria litúrgica de la Realeza universal de María:


PREFACIO

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario. 

Realmente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso
y eterno, por Cristo, nuestro Señor.

Tú has dado a la Inmaculada Virgen María,
Madre de tu Hijo como "Salud del Pueblo Romano",
para que bajo su protección, afronte intrépido
el buen combate de la fe, y firmemente
anclado en la enseñanza de los apóstoles,
viva con seguridad en medio
de las tempestades del mundo,
hasta llegar a la perfecta alegría
en la Patria celestial.

Y nosotros, hoy y por todos los siglos,
unidos a los coros de los ángeles,
cantamos con devota alegría
el himno de tu gloria...

Santo, Santo, Santo...



28 de enero de 2018, domingo IV del Tiempo Ordinario.
En la Ciudad Eterna de Roma, fiesta del Traslado del Icono de la Virgen Salus Populi Romani. Entrada dedicada a ella.

miércoles, 24 de enero de 2018

San Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia: himnos litúrgicos


 


Cada 24 de enero el Calendario General celebra la memoria litúrgica de san Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia. La Familia salesiana le ha conferido el grado litúrgico de "fiesta" y ha compuesto en su honor los siguientes himnos para la Liturgia de las Horas:


Oficio de lectura

¿Dónde está Francisco, dónde
se podrá comprobar tu compostura?
Vino del torbellino, del discurso
de los cuchillos y la piedras duras.
(En la puerta no hay llave, y puede ser
cómplice el ojo de la cerradura).

Miradlo reposar en el pupitre,
como el pozo del agua más profunda.
Sobre el papel vuela su mano
sorprendiendo el silencio y la blancura.

(Vida Devota o Filotea,
Teótimo, destilan de su pluma).
Ni el pie, ni el gesto o la mirada
se vuelven a la luz que ahora lo inunda.

Un ejército manso de leones
le traen su poder y se acurrucan
mansamente a su lado. 

Irá Francisco nuevamente a los hombres y las furias
de los labios hostiles y los fuegos
de las miradas torvas que lo injurian;
volverán al sosiego. 

Nuevos ojos
se nutrirán con gozo en la lectura
devota, y en la Iglesia será fábula
ejemplar el poder de su dulzura. Amén.


Laudes y vísperas

Decid qué se puede hacer
con una brizna de nada,
con esta gota de miel.
Decid, ¿qué se puede hacer?

Su voluntad decidida
acabó en mano artesana
para cincelar la imagen
del hombre, más dulce y mansa.

Arrodilló el gesto altivo
y destiló las palabras
a medida que fue en él
señoreando la gracia,
hasta hacerlo siervo fiel.

Decid qué se puede hacer
con una brizna de nada,
con esta gota de miel.
Decid, ¿qué se puede hacer?

La tierra regó de acerbo
vinagre la intolerancia,
con tormentos para el cuerpo
y fatigas para el alma.

Pero en su boca fervientes
abejas elaboraban
-gubia, martillo y cincel-
destilaciones de gracia
y negaciones de hiel.

Decid qué se puede hacer
con una brizna de nada,
con esta gota de miel.
Decid, ¿qué se puede hacer? Amén.


24 de enero de 2018, memoria litúrgica (para los salesianos, fiesta) de san Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia. Entrada dedicada a él.

martes, 23 de enero de 2018

Guion: Domingo IV del Tiempo Ordinario





Formulario de Misa: aquí.


Ciclo B

Introducción

"No podemos olvidar el gran número de cristianos que, en el mundo entero, en dos mil años de historia, resistieron hasta la muerte para defender la Eucaristía; y cuántos, aún hoy, arriesgan la vida para participar de la Misa dominical". (S.S. Francisco, Audiencia general, 08/11/17).

"La Misa (...) es la oración por excelencia, la más alta, la más sublime, y al mismo tiempo la más “concreta” (...); es el encuentro de amor con Dios mediante su Palabra y el Cuerpo y Sangre de Jesús. Es un encuentro con el Señor" (S.S. Francisco, Audiencia general, 15/11/17), el más genuino, el más profundo, el más santo.

De pie, recibamos al sacerdote que presidirá esta celebración.


Liturgia de la Palabra

Primera lectura: Deut. 18, 15-20

La primera lectura de esta liturgia pone de relieve la importancia del profeta como enviado del Señor, llamado a ser fidelísimo intérprete de la Palabra de salvación.

Salmo 94, 1-2. 6-7. 8-9

Ojalá hoy escuchemos la voz del Señor. Es lo que pediremos con el salmista a continuación. Que de verdad sea una oración que repitamos y hagamos realidad cada día de nuestra vida.

Segunda lectura: I Cor. 7, 32-35

El fiel cumplimiento de las obligaciones diarias, de acuerdo con nuestro estado, es el mejor modo de agradar a Dios.

Evangelio: Mc. 1, 21-28

Solo el poder supremo de Jesucristo puede liberarnos del Enemigo del pecado y de sus consecuencias.


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas del Encuentro con sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas presidido el 16 de enero de 2018 en Santiago de Chile por el Papa Francisco en ocasión de su Viaje Apostólico al país transandino:

Queridos hermanos y hermanas, con fe y confianza elevemos nuestra oración al Padre de los cielos, para que conceda a la Iglesia vivir en fidelidad, amando a Jesucristo sobre todas las cosas.

 R. Señor, escúchanos.

-Oremos al Padre de la misericordia por la Iglesia.

+Para que, en medio de tanto oleaje tormentoso que ha sacudido a la barca de Pedro, nuestra Iglesia en N (se menciona la nación) siga fiel al Señor, y sea profetisa de la bondad, del bien y de la belleza de Dios. R.

-Oremos al Señor por el Santo Padre y su ministerio.

+Para que el Sucesor de Pedro, nos confirme en la fe, nos anime en la esperanza y nos impulse a salir hacia las periferias existenciales, hacia el encuentro con nuestros hermanos. R

-Por los que gobiernan, legislan e imparten la justicia.

+Para que nuestros gobernantes y aquellos que en el  futuro hayan de asumir nuevos cargos, promuevan leyes justas y eficaces, amen a su pueblo, trabajen por el bien común y hagan de nuestra Patria una tierra de prosperidad y bonanza, con la colaboración de toda la ciudadanía. R.

-Por los religiosos y consagrados que sufren alguna necesidad o dolencia.

+Para que los ministros de la Iglesia, los religiosos y las religiosas que pasan por la tribulación de la enfermedad, la soledad, o el desencanto, se revitalicen en su relación con Jesucristo y con sus hermanos, y encuentren en Él la paz y la alegría. R.

-Oremos por los servidores del Pueblo de Dios.

-Para que como cristianos, nuestra vida sea un servicio generoso y una entrega incondicional a los hermanos, especialmente a los más pobres y excluidos, como buenos administradores de los diversos dones recibidos de Dios. R

-Oremos al Señor por las vocaciones.

+Para que nuestras comunidades cristianas sean vivas y fervorosas, alegres y fraternas, y puedan despertar entre los jóvenes el deseo de consagrarse a Dios y al servicio de sus hermanos. R.
 
A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Padre, que en Cristo, tu Hijo, nos has dado al único Maestro de Sabiduría y al Libertador de los poderes del mal, haznos fuertes en la profesión de la fe para que, en palabras y obras, proclamemos la verdad y testimoniemos la alegría de aquellos que a Ti se confían. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


Ofertorio

Valiosos son los dones del pan y el vino porque significan el fruto de nuestro esfuerzo. Pero serán preciosos cuando representen la grandeza del amor de un Dios que se oculta bajo esas humildes apariencias.


Comunión

Al rezar el Padrenuestro, hemos pedido "nuestro pan de cada día", no solamente para asegurarnos el sustento material sino sobre todo para que no nos falte este Pan celestial, Prenda cierta de salvación, que ahora la Iglesia nos entrega.


Despedida

La Bendición final que nos acaba de impartir el sacerdote, es el último don que recibimos en la Santa Misa, pero las gracias celestiales por haber participado en este Acto Supremo de Cristo y su Iglesia, serán infinitas.


23 de enero de 2018, en algunos lugares, festividad de los Desposorios de María y José. Entrada dedicada a ellos.


lunes, 22 de enero de 2018

Beata Laura Vicuña, virgen: himnos litúrgicos




Cada 22 de enero, Argentina y Chile, y en cualquier parte, la Familia Salesiana, celebra la memoria litúrgica (en algunos lugares, "libre"; en otros, "obligatoria")  de la beata Laura Vicuña, virgen. Estos son los himnos litúrgicos propios:


Oficio de lectura: (del Común de vírgenes)

Esta mujer no quiso
tomar varón ni darle su ternura,
selló su compromiso
con otro amor que dura
sobre el amor de toda criatura.

Y tanto se apresura
a zaga de la huella del Amado,
que en él se transfigura,
y el cuerpo anonadado
ya está por el amor resucitado.

Aquí la Iglesia canta
la condición futura de la historia,
y el cuerpo se adelanta
en esta humilde gloria
a la consumación de su victoria.

Mirad los regocijos
de la que por estéril sollozaba
y se llenó de hijos,
porque el Señor miraba
la pequeñez humilde de su esclava. Amén.



Laudes

Señor, que ensalzas y humillas,
¡qué grande eres en tus santos,
y qué pobres nuestros cantos
ante tantas maravillas!

Ellos son los seres grandes
que van siguiendo tu huella.
Gracias, pues, porque en los Andes
brotó esta rosa tan bella.

Tú le enseñaste a crecer
con la firmeza del viento,
para ser como mujer,
limpia como el firmamento.

Aprendió a alzarse del suelo,
libre de intenciones malas,
como el cóndor alza el vuelo
sin sentir lastre en las alas.

Por eso, cuando pretende 
dominarla el poderoso,
ella se encara y defiende
su tesoro más precioso.

Al final, cuando ya sabe 
que se acerca la partida,
pide a la madre que acabe
dando sentido a su vida.

Y el Cielo acepta propicio
el cuerpo grácil, exhausto,
que se ofrece en sacrificio
como el mejor holocausto.

Señor, que ensalzas y humillas,
¡qué grande eres en tus santos,
y qué pobres nuestros cantos
ante tantas maravillas! Amén.


Vísperas

¡Qué grande eres en tus santos,
Señor, qué admirable en ellos!

Encarnando tu palabra,
se hicieron tus mensajeros.
Su vida es mensaje tuyo,
espejo de tu Evangelio.

Gracias por Laura Vicuña:
¡cómo germinó en su pecho
la alegría de vivir
y la hermosura de tu Reino!

Sencilla, ofreció su vida
por quien se la dio primero,
y tú acogiste la flor
ardiente de sus deseos.

Y aprendió de Ti la dócil
mansedumbre de cordero,
víctima sobre la cruz
pura de su ofrecimiento.

Danos, Señor, la grandiosa
sencillez de los pequeños,
y poder entrar un día
como niños en tu Reino. Amén.
 


22 de enero de 2018, para los salesianos, y en Chile y Argentina, memoria litúrgica de la beata Laura Vicuña, virgen. Entrada dedicada a ella.

lunes, 15 de enero de 2018

Santos Mauro y Plácido: himnos litúrgicos


 


Cada 15 de enero la Orden cisterciense celebra la "memoria obligatoria" de los santos Mauro y Plácido, a quienes llama "discípulos de san Benito". Estos son los himnos litúrgicos propios:


Oficio de las lecturas

Tú, oh, Dios, eres el apoyo y el
mejor guía de quienes han dejado
todo para seguirte: acepta nuestras
alabanzas en honor de Plácido y de
su ilustre hermano Mauro.

Mauro, de noble origen, cambia
alegre el palacio por el claustro;
deja placeres, riquezas, honores y
se somete al yugo de Cristo.

Imita con fidelidad el modelo que
muestra su padre; el modo de
comportarse del niño muestra
la regla de la vida monástica.

A la orden del padre corre con
diligencia y sin mojarse, pisa las
aguas y saca del lago a Plácido,
imitando de este modo a Pedro.

El joven hermano se esfuerza en
imitar a Mauro y brilla por sus
virtudes; el padre impetra para
ambos abundantes bendiciones.

Te cantamos jubilosos, oh, Trinidad;
tu gloria llena de gozo a los
santos; haz que alcancemos,
siguiendo la vía de la Regla,
su misma recompensa. Amén.


Laudes

Mauro, los hermanos que siguen
la Regla de san Benito, alaban en ti,
con toda razón, a su primer discípulo.

Desde tus primeros años seguiste
al Padre con prudencia y con docilidad
para subir decidido
hasta la cumbre de las virtudes.

Tú, con fe firme y sólida,
obedeciste de tal modo, que Dios
te hizo caminar sobre el agua
llegando a ser un noble ejemplo
para la posteridad.

Todos los monjes te alaban
también a ti, Plácido, flor de
gracia y pureza, dulce compañero
del Patriarca, heredero e imitador
de su conducta.

Roma fue madre venerable de vosotros,
discípulos aventajados de aquel maestro
que conducirá al amor de Cristo
a pueblos numerosos.

Que todos juntos canten tu gloria,
oh, Trinidad Suprema; vosotros
vivís ya participando de la alegría
de su Luz eterna. Amén.


Vísperas

A vosotros, hermanos del Cielo, con la
boca, y de corazón os alabamos
alegres; vosotros sois los primeros
frutos santos engendrados por nuestro padre.

Una admirable corona de gloria eterna
te ciñe, oh, Mauro, tú que eres para
nosotros un modelo ilustre de obediencia.

Triunfa entre los ángeles contigo tu
joven compañero que prefirió
la humillación de Cristo a la gloria
de su noble origen.

El poder de Dios os confió juntos
al Maestro, y también juntos os sacó del agua
y os ha premiado con un único honor.

A vosotros, oh, bienaventurados, que
brilláis con un mismo fulgor, os
pedimos que nos ayudéis y guardéis
con benigno cuidado.

Concedednos imitar ahora vuestro
ejemplo con ánimo solícito para que
podamos participar en el Cielo de
vuestro gozo.

Sean alabados para siempre el Padre,
el Hijo y el Espíritu, que os han dado a
nuestra Orden como una rutilante
corona. Amén.


15 de enero de 2018, para los cistercienses, memoria litúrgica de santos Mauro y Plácido.

Guion: Domingo III del Tiempo Ordinario


 



Formulario de Misa: aquí.


Ciclo B
 
Introducción

"Toda celebración de la Eucaristía es un rayo de ese Sol sin ocaso que es Jesús Resucitado. Participar en la Misa, en particular el domingo, significa entrar en la victoria del Resucitado, ser iluminados por su luz, abrigados por su calor. A través de la celebración eucarística el Espíritu Santo nos hace partícipes de la Vida divina que es capaz de transfigurar todo nuestro ser mortal. y en su paso de la muerte a la vida, del tiempo a la eternidad". (S.S. Francisco, Audiencia general, 22/11/17).

Animados por estas palabras, celebramos el Santo Sacrificio del Altar, Obra de nuestra redención, y lo hacemos en este domingo III del Tiempo Ordinario, que el Papa Francisco ha querido dedicar a la Palabra de Dios a perpetuidad. (Cf. Carta Apóstólica en forma de Motu proprio Aperuit illis, n. 3, 30/09/19).


Indicaciones para este domingo (Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos): ver aquí.
 
 

En este "Domingo de la Palabra de Dios", respondamos con alegre predisposición a la iniciativa del Señor, que sale a nuestro encuentro en las Sagradas Escrituras propuestas por la santa liturgia:

Tener en cuenta las recomendaciones del Papa Francisco para este domingo peculiar:

"Las comunidades encontrarán el modo de vivir este Domingo como un día solemne. En cualquier caso, será importante que en la celebración eucarística se entronice el texto sagrado, a fin de hacer evidente a la asamblea el valor normativo que tiene la Palabra de Dios. En este domingo, de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor. (...) los obispos podrán celebrar el rito del Lectorado o confiar un ministerio similar para recordar la importancia de la proclamación de la Palabra de Dios en la liturgia. (...) Asimismo, los párrocos podrán encontrar el modo de entregar la Biblia, o uno de sus libros, a toda la asamblea, para resaltar la importancia de seguir en la vida diaria la lectura, la profundización y la oración con la Sagrada Escritura, con una particular consideración a la lectio divina". (Cf. ibídem supra).
 
 
Primera lectura: Jon. 3, 1-5. 10

La profecía de Jonás advierte con severidad sobre la destrucción que sobreviene al hombre que se obstina en el pecado. Solo el arrepentimiento y la reparación hacen de nosotros nuevas criaturas.

Segunda lectura: I Cor. 7, 29-31

Ni mensajes apocalípticos ni indiferencia y relativización del final de los tiempos.

San Pablo, con sabiduría de pastor, nos advierte sobre la urgencia de la conversión en un mundo que ignora el día y la hora del Juicio final.

Evangelio: Mc. 1, 14-20

Jesús llamó a sus primeros apóstoles como primicias de las generaciones de discípulos que habían de seguirlo hasta el final de los tiempos. No olvidemos que también nosotros hemos sido llamados a esta santa travesía.


Oración de los fieles 

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones,  están tomadas del Viaje Apostólico del Santo Padre Francisco a Perú, y se corresponden con la Misa del domingo III del Tiempo Ordinario que el 21 de enero de 2018 él presidió  en Lima, la capital de ese país:

Queridos hermanos:
El Señor quiere que todos los hombres se salven; por eso, confiados en ese designio amoroso, elevemos nuestras súplicas por la Iglesia y por el mundo:

R. Te lo pedimos, Señor.

-Por nuestro Santo Padre, el Papa N, para  que siguiendo la inspiración del Espíritu Santo y el mensaje de Jesús, pueda encontrar siempre palabras y gestos oportunos para llamar a los hombres a la conversión. Roguemos al Señor.

-Por todos los obispos, sacerdotes, diáconos, y miembros de la vida consagrada, para que estén siempre atentos a las llamadas del Señor y renueven cotidianamente su fidelidad a la misión recibida. Roguemos al Señor.

-Por quienes trabajan en el orden político y social, para que entiendan su labor como una invitación del Señor a trabajar por la dignidad de las personas, por el bien de las familias, por el respeto a la vida en todas sus etapas, por la paz y la construcción de sociedades inspiradas en los valores humanos proclamados por Jesús. Roguemos al Señor.

-Por quienes padecen la falta de oportunidades laborales y carecen de las condiciones básicas para una vida digna; por los que atraviesan situaciones que los oprimen, para que encuentren creyentes en Jesucristo que los animen, mostrándoles la ternura divina, mediante la caridad sincera. Roguemos al Señor.

-Por quienes participamos en esta celebración, para que, esforzándonos por discernir las llamadas de Dios, vivamos en espíritu de sincera conversión y seamos discípulos misioneros de Cristo que anuncian la alegría del Evangelio. Roguemos al Señor.

Oración conclusiva


"Escucha, Padre de bondad, la oración de tu Iglesia, y concédenos un corazón libre de toda aflicción para servirte con pureza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

O bien:

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, pertenecen a la Santa Misa en el "Domingo de la Palabra de Dios", presidida por el Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro, el 21 de enero de 2024:

Queridos hermanos, a Dios Padre, que en Cristo, su Hijo, se ha manifestado definitivamente al mundo, elevemos confiados nuestra plegaria:

R. Te rogamos, óyenos

-Señor, infunde tu Espíritu en la Iglesia.
Que escuche, custodie y exponga el depósito de la fe divinamente revelado y transmitido a nosotros a través de la Sagrada Escritura y la Tradición. R.

-Señor, ilumina con tu Sabiduría a los gobernantes y a las asambleas legislativas.
Que promuevan el bienestar de todos los pueblos y reconozcan la dignidad de cada persona. R.

-Señor, suscita con amor numerosos obreros para tu mies.
Que todo hombre pueda conocer tu Verdad liberadora y pueda contemplar la belleza consoladora de tu Rostro. R.

-Señor, toca el corazón de quienes en las asambleas litúrgicas ejercen el ministerio de lectores.
Que por su servicio, la Palabra de Dios sea sembrada con generosidad, germine, dé fruto en el corazón de los hombres y se difunda por todas partes. R.

-Señor, dirige tu amorosa mirada sobre los catequistas.
Que con franqueza apostólica lleven a todos los hombres el anuncio del Evangelio. R.

Oración conclusiva

"Padre Bueno, acoge nuestra humilde plegaria; que la escucha atenta y obediente de tu Palabra nos haga crecer en profunda semejanza con tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos".


A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Padre, que en el Hijo nos has dado la plenitud de tu palabra y de tus dones, haz que sintamos la urgencia de convertirnos a Ti y de adherir con toda el alma al Evangelio, para que con nuestra vida anunciemos también a los que dudan y a los lejanos, la Buena Nueva del único Salvador, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".


Ofertorio

El anhelo de reconciliación entre nosotros y con Dios y la necesidad de conversión sean hoy las ofrendas que acompañen este pan y este vino al Altar.


Comunión

La comunión eucarística con Jesús, Resucitado y Vivo para siempre, anticipa el domingo sin atardecer, cuando ya no haya fatiga ni dolor ni luto ni lágrimas, sino solo la alegría de vivir plenamente y para siempre con el Señor. (S.S. Francisco, Audiencia 13/12/17).


Despedida

La Santísima Virgen dirija nuestros pasos para que nunca nos alejemos de su Hijo Jesús.


15 de enero de 2018, lunes de la semana II del Tiempo Ordinario. Entrada dedicada al Papa Francisco en el día de su  arribo a Chile.
(Última actualización de la entrada: 19/01/24).

martes, 9 de enero de 2018

Guion: Domingo II del Tiempo Ordinario


                                 
   


Formulario de Misa: ver aquí.

Ciclo B

Introducción

Luego de las grandes festividades natalicias,  iniciamos nuevamente el tiempo litúrgico llamado "Ordinario", en el que no celebramos ningún aspecto en particular de la Vida del Señor, aunque en cada Santa Misa, realicemos el memorial de todos y cada uno de sus misterios

De hecho, «la obra de nuestra redención se efectúa cuantas veces se celebra en el Altar el Sacrificio de la Cruz, por medio del cual Cristo, que es nuestra Pascua, ha sido inmolado» (Constitución Dogmática, Lumen Gentium, 3).

"La Misa es el memorial de su Pascua, del 'éxodo', que ha realizado por nosotros, para sacarnos de la esclavitud e introducirnos en la tierra prometida de la Vida eterna. No es solamente un recuerdo. (...). Es hacer presente aquello que ha sucedido hace veinte siglos atrás". (S.S. Francisco, Audiencia general, 22/11/17).

Son las palabras del Papa Francisco que predisponen nuestro corazón para esta Santa Misa del día del Señor.



Primera lectura: I Sam. 3, 3b. 10-19

Esta primera lectura nos invita a ponernos a la escucha del Señor como Samuel. Digamos pues, como él:

"Habla, Señor, que tu siervo escucha".

Segunda lectura: I Cor. 6, 13c-15a. 17-20

Desde la creación del hombre, el cuerpo humano, animado por el aliento divino del Espíritu, es la más respetable de la criaturas. Desde la Encarnación del Verbo y la consecuente Ofrenda de su Vida, el cuerpo, -más aún, la persona humana- se convierte en la realidad más sagrada que pueda existir en la creación, si se exceptúan los santos ángeles.

Evangelio: Jn. 1, 35-42

Ojalá también nosotros, como los apóstoles, podamos exclamar con gozo: "Hemos encontrado al Mesías". Y que como ellos, ayudemos a que otros hermanos Lo encuentren y Lo reconozcan como el Cordero de Dios que se sacrifica por todos.


Oración de los fieles 

Las siguientes preces, con las necesarias adaptaciones, están tomadas de la Santa Misa presidida por el Papa Francisco el 19 de noviembre de 2017, en ocasión de la "I Jornada Mundial de los pobres", por él instituida:

A Dios, Padre bueno y providente, elevemos confiados nuestra oración.

 R. Te rogamos que nos oigas.
 

-Infunde tu Espíritu, Padre, sobre la Iglesia: consérvala íntegra en la fe, para que camine en la esperanza y sea siempre animada por la auténtica caridad. R.

-Mira, Padre, al Papa N, obispos y sacerdotes: que participando cada vez más de los sentimientos de Cristo, nuestro Señor, conformen su vida al Misterio que celebran en el Altar. R.

-Asiste, Padre, a tus hijos que viven en la indigencia: dónales el consuelo de tu amistad y la compañía de hermanos atentos y generosos. R.

-Guía, Padre, las opciones de los gobernantes: líbralos de los intereses personales, para que promuevan la dignidad y el bien de cada hermano. R.

-Convierte con tu gracia, Padre, el corazón de cada hombre: que ninguno quede prisionero del pecado y a todos sea anunciada la esperanza de la Vida eterna. R.

Oración conclusiva

"Escucha, oh, Padre, la voz de tus hijos, y en tu bondad, cólmalos de tu amor. Por Cristo, nuestro Señor. Amén."

A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Oh, Dios, que revelas los signos de tu presencia en la Iglesia, en la liturgia y en los hermanos, haz que no escuchemos en vano ninguna de tus palabras, para reconocer tu proyecto de salvación, convirtiéndonos en apóstoles y profetas de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


Ofertorio

Presentamos el pan y el vino. Son alimento terrenal y serán Alimento celestial. Pero no cualquiera sino el Cordero que es sacrificado y muere para que tengamos vida en abundancia.


Comunión

"El Señor Jesús, haciéndose Pan partido por nosotros, derrama sobre cada uno toda su misericordia y su amor, como lo ha hecho en la Cruz, para así renovar nuestro corazón, nuestra existencia y el modo de relacionarnos con Él y con los hermanos. (S.S. Francisco, Audiencia general, 22/11/17).


Despedida

El Maestro nos ha enseñado dónde vive y dónde encontrarlo: en cada Altar, en cada sagrario y en cada hermano, especialmente en los que más sufren. No dejemos de buscarlo jamás.


9 de enero de 2018, martes de la I semana del Tiempo Ordinario.
Entrada dedicada a Cristo, Cordero de Dios.

sábado, 6 de enero de 2018

El concepto litúrgico de "Misas de Domingo y días de precepto anticipados a la víspera"

     



Primacía del precepto

La Iglesia Católica enseña que la participación de la Santa Misa dominical es la primera y la más importante manera de cumplir con el tercer mandamiento de la Ley de Dios: "Santificar las fiestas". A esto le llamamos "precepto dominical". De aquí se derivan todas las demás prácticas que podemos, e incluso debemos, realizar en ese día del Señor. Para profundizar sobre el tema, sugiero la lectura de la preciosa Carta Apostólica Dies Domini, de san Juan Pablo II).

Aparte de los domingos, tradicionalmente se han fijado como festividades de precepto (o "fiestas de guardar") las más importantes de las diecisiete solemnidades del Calendario universal. Puede variar esta nómina de acuerdo con las facultades para fijarla concedidas a las diferentes Conferencias Episcopales. No obstante esto, la Natividad del Señor es unánimemente considerada "de precepto".

Para profundizar las normas que rigen las celebraciones de precepto, puede consultarse aquí.

El n. 59 de las "Normas Universales del Año Litúrgico y del Calendario" (N.U.A.L.C) contiene la "Tabla de precedencias" de días litúrgicos, que, en orden decreciente, da cuenta de la importancia de todas las celebraciones del mismo Año litúrgico. Así, cuando "ocurren" o "concurren" dos o más celebraciones, por lo general se elige aquella que en dicha "Tabla" se inscriba en un número superior.

Pero hay excepciones a esta norma. Una de ellas se llama "Misas de domingo y de días de precepto anticipados a la víspera", según la cual, se considera más importante que la precedencia expuesta en la mentada "Tabla", el carácter de precepto de una celebración (en otras palabras, que sea "fiesta de guardar"). Esto atañe exclusivamente a la Misa y no a la Liturgia de las Horas, que sí se rige siempre  por dicha "Tabla". Así, cuando en un sábado "coinciden" las Segundas Vísperas de cualquier solemnidad con las Primeras de algún domingo del Tiempo Ordinario, la Misa que se celebra es la dominical, por razón del precepto. La Iglesia lo expresa así: "La precedencia se da siempre a la celebración de precepto, independientemente del grado litúrgico de las dos celebraciones coincidentes":
 
«Precedentia semper danda est celebrationi, quae est de praecepto servanda, indipendenter a gradu liturgico duarum celebrationum (...)».
(Cfr. Congregación para el Culto Divino, Responsum ad dubium in Notitiae 20 [1984], p. 603).

En la Liturgia de las Horas, en cambio, de acuerdo con esa misma "Tabla", se recitan las Segundas Vísperas propias de tal solemnidad.

Lo mismo vale para cuando la coincidencia se da entre las Segundas Vísperas de un domingo del Tiempo Ordinario y las primeras de una solemnidad que no sea de precepto y acaezca en lunes. Tiene prioridad siempre la Misa dominical, por el precepto. En la Liturgia de las Horas, siguiendo la "Tabla", se recitan las Primeras Vísperas de la solemnidad.

Ahora bien, si la solemnidad también es de precepto, ella es la que tiene prioridad ante un domingo del Tiempo Ordinario, ya que, habiendo paridad en cuanto al precepto, se decide de acuerdo con la precedencia de la  mencionada "Tabla". Así, si la solemnidad de precepto cae en sábado, se recita durante todo el día la Liturgia de las Horas de dicha solemnidad y por la tarde, se celebra la Misa propia de la misma solemnidad (o la de su Vigilia, si la tuviere). Y cuando la solemnidad de precepto cae en lunes, el domingo anterior por la tarde se celebra la Misa propia de dicha solemnidad (o la de su Vigilia, si la tuviere), y en la Liturgia de las Horas se recitan las Primeras Vísperas de la misma solemnidad.

No obstante, cuando la celebración de la Liturgia de las Horas ha de realizarse con el pueblo, se permite la derogación de la norma que establece celebrar la Misa de precepto de un domingo del Tiempo Ordinario y las Primeras o Segundas Vísperas de la solemnidad que caiga en sábado o lunes, respectivamente. Se pretende evitar así la "disparidad" que supondría para la asamblea recitar las Vísperas de una solemnidad habiendo participado de la Misa dominical del Tiempo Ordinario. Así lo expresa la Iglesia (aunque hable de I Vesperae diei sequentis, por extensión, la posibilidad de la derogación puede entenderse también para el caso de la solemnidad que cae en sábado (II Vesperae diei currentis):

"Servetur dispositio n. 61 Normarum universalium de anno liturgico et de calendario: «Si vero eodem die celebrandae sint Vesperae Officii currentis et I Vesperae diei sequentis, prevalent Vesperae celebrationis quae in tabula dierum liturgicorum superiorem obtinet locum; in casu autem paritatis, Vesperae diei currentis». Nihilominus, in celebratione cum populo peragenda, possibilis erit normae derogatio, ita ut vitetur celebratio I Vesperarum diei sequentis, cum, ratione habita praecepti, Missa diei currentis celebratur". (Ibídem).


Esclarezcamos lo dicho con algunos ejemplos:

Si la solemnidad de Todos los Santos (01°/11) cayese en sábado, donde no sea de precepto, se recitarían las segundas vísperas de ella, de acuerdo con la "Tabla", y no las del domingo, que es de rango litúrgico inferior. No obstante, la Misa vespertina de ese sábado sería la dominical, debido a la norma en cuestión, que hace primar el precepto.

Si la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María (15/08) cayera en lunes, allí donde fuera de precepto, primaría frente al domingo tanto en la Liturgia de las Horas como en la Misa. Al atardecer del domingo 14 se recitarían, por tanto, las primeras vísperas de esa solemnidad, y se celebraría la Misa vespertina de su Vigilia. Al haber paridad en cuanto al precepto, la precedencia de las solemnidades ante los domingos del Tiempo Ordinario, establecida por la "Tabla", resolvería la coincidencia de celebraciones en favor de la festividad mariana.


Para aclarar más el tema, y a modo ilustrativo de las numerosas confusiones que suele suscitar el desconocimiento o aplicación parcial de las normas litúrgicas, añado aquí un texto que redacté en 2020, cuando la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, apóstoles, ocurrió en lunes. En el Calendario litúrgico de la Conferencia Episcopal Argentina (y en algunos otros), se especificaba erróneamente que la Misa vespertina del domingo 28 debía ser la de la Vigilia de los apóstoles:


A PROPÓSITO DE LA MISA DE LA VIGILIA DE LA SOLEMNIDAD DE LOS SANTOS PEDRO Y PABLO, APÓSTOLES, LA CUAL DEBE OMITIRSE EN 2020, DONDE LA FESTIVIDAD NO SEA DE PRECEPTO

El Calendario Litúrgico 2020, de la Conferencia Episcopal Argentina, dice que la Misa vespertina del domingo 28 de junio, debe ser la de la Vigilia de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo (p. 104). Esto es un error.

En efecto, según la norma litúrgica de las “Misas de domingo y de días de precepto anticipados a la víspera” (p. 9), cuando una solemnidad que no es de precepto (como la que estamos considerando), ocurre en sábado –o en lunes, como en este caso (29/6)–, aunque en la Liturgia de las Horas, ella tenga prioridad ante el domingo de acuerdo con la “Tabla de días litúrgicos, dispuesta según el orden de precedencias” (pp. 7-8), el respectivo sábado o domingo por la tarde, se celebra la correspondiente Misa dominical, por razón del precepto (cf. p. 9):

«in casibus indicatis, attento præscripto generali can. 1248 §1 Codicis Iuris Canonici, de possibilitate satisfacendi præcepto iam «vesperes diei præcedentis», præcedentia semper danda est celebrationi, quæ est de praecepto servanda, indipendenter a gradu liturgico duarum celebrationum occurrentium». (Cf. Responsum de la Congregación para el Culto Divino, año 1984). En cualquier buscador se puede ver el texto completo:

http://notitiae.ipsissima-verba.org/…/notitiae-1984-603-605…

Concretamente, donde la solemnidad de los santos Pedro y Pablo no sea de precepto, el domingo 28 de junio por la tarde se celebra la Misa que corresponde al domingo XIII del Tiempo Ordinario (p. 103) y no la de la Vigilia de los dos apóstoles (p. 104), que este año se omite, salvo donde exista una derogación particular decidida para su territorio por algún Ordinario del lugar (o, como es obvio, alguna concesión o disposición explícita de la Santa Sede).

De hecho, la misma norma dice:

«teniendo en cuenta las circunstancias de naturaleza pastoral, el Ordinario del lugar indicará al comienzo del año en el Calendario litúrgico propio la práctica a seguir, si es el caso, derogando lo dicho anteriormente, cuando por razones pastorales haya que preferir la celebración de una u otra Misa». (Ibíd).

Curiosamente, en el año 2019, y con razón, también se debió omitir esa misma Misa vespertina de la Vigilia de Pedro y Pablo, por coincidir el viernes 28 de junio con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. La solemnidad del Nacimiento de san Juan Bautista (24/6), por su parte, cayó lunes (p. 99), y correctamente se omitió la Misa vespertina de la Vigilia, por coincidir con el domingo en que se celebraba la solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor (p. 98). El sábado 29 de junio se respetó el Responsum; en efecto, la Misa vespertina indicada, como corresponde, era la del domingo XIII del Tiempo Ordinario (p. 101).

En 2013, como en 2019, la solemnidad del 24 de junio, también ocurrió en lunes. El Calendario litúrgico no respetó la norma para esta solemnidad, al especificar que la Misa vespertina del 23 de junio debía ser la de la Vigilia, pero sí la respetó el sábado 29 para la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, aclarando con razón que la Misa vespertina de este día debía ser la dominical. Buscar:

http://www.cancionero-liturgico.org/Calendario-liturgico-20…

Al parecer, a veces se tiene en cuenta erróneamente solo la "Tabla" y se deja de lado el Reponsum, que es posterior a ella.

En 2017, en que esta solemnidad del Nacimiento de san Juan Bautista (24/6) ocurrió en sábado, el Calendario litúrgico de la misma Conferencia Episcopal Argentina también respetó la mencionada norma, puntualizando que la Misa vespertina debía ser la dominical (Cf. p. 102). En igual sentido procedió en 2019, en que la solemnidad de los santos Pedro y Pablo (29/6) ocurrió en sábado (Cf. p. 101. V. supra).

Cuando las antedichas solemnidades de ambos apóstoles y del Nacimiento del Precursor, ocurren en domingo, todo es más sencillo, pues en este caso sí, a la luz de la mentada “Tabla”, tienen prioridad en todo frente a la liturgia dominical.

No obstante todo lo dicho, hay una norma litúrgica que permite celebrar en domingo las solemnidades de la Natividad de san Juan Bautista, la de los santos Pedro y Pablo (y todas las que caen en el Tiempo Ordinario), cuando, como en 2020 por ejemplo, su festividad ocurre en otro día: tal norma se llama "celebración externa de las fiestas", y permite trasladar al domingo anterior o posterior (si es del Tiempo Ordinario), toda celebración que caiga en otro día de la semana, si tiene prioridad frente al domingo en la "Tabla de precedencias de días litúrgicos". Aquí se puede profundizar sobre el tema:

https://veritasl.blogspot.com/…/el-concepto-liturgico-de-ce…


6 de enero de 2018, solemnidad de la Epifanía del Señor.
Entrada dedicada a la Sagrada Familia y a los santos Magos de Oriente.
(Última actualización de la entrada: 8/06/22).

viernes, 5 de enero de 2018

Origen del blog "Liturgia Católica, Divino Tesoro"




Al cumplirse hoy un nuevo aniversario de la creación de este blog "Liturgia Católica, Divino Tesoro", en la presente entrada, y de manera coloquial, deseo compartir con los lectores cómo fueron los orígenes de esta iniciativa.


Origen, nombre y sucesivas imágenes representativas

Eran las primeras horas del 5 de enero de 2012 cuando, casualmente, ingresé a Blogger. Leí por curiosidad cómo se debía hacer para crear un blog. Absolutamente ignorante del tema, empecé probando cómo se colocaba una imagen de cabecera. Elegí una del entonces beato Juan Pablo II, a quien siempre he profesado gran afecto, admiración y devoción. Era la siguiente, aunque todavía no tenía en ella, como esta, el nombre con que posteriormente bautizaría al blog:


https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiE8OGYXqLAA4UcvcOIvc0UIKo3jxw0Dz4eSV3_IH_RwHcovIvhsE2RdqSAiQhRJz1DrO0E9BuwAAVS8DlJKb9Oc0qIzXdZTGy720gaGbq2BBltr5eZdeaPus6PwBTWlMFjK1MmxwIPkbs/s1600/unnamed.jpg  


Indagué también acerca de cómo se escribían las entradas. Probé. La "vista previa" que posibilita Blogger me dejó satisfecho. Ahora me surgía un interrogante fundamental: ¿Qué nombre le pondría? ¿Sobre qué temática versaría el blog? Pensé inmediatamente: "sobre la liturgia de la Iglesia", tema que me apasionó siempre. Se me ocurrió el título: "Liturgia, Católica, Divino Tesoro". Y me pareció bien. Como eran las primeras vísperas de la Epifanía del Señor, a partir de bibliografía conocida, redacté un breve texto que se refería a las particularidades litúrgicas de dicha solemnidad. Puse una imagen de la Adoración de los Magos al inicio de la entrada. Estos primeros pasos me resultaron muy fáciles debido a que Blogger está confeccionado de tal manera que va conduciendo gradualmente a los usuarios inexpertos. ¡Y vaya si yo lo era! Volví a acceder a la "vista previa" de la entrada. Y me agradó. Hoy, quizás, la juzgaría medio pobre. Decidí publicarla. Seguí explorando funciones y me percaté de que era necesario añadir una descripción al blog, bajo la imagen de cabecera. Ya me había vencido el cansancio. Eran pasadas las 4.30 am. Así que me fui a dormir con esta idea fija en la mente: "descripción del blog". Horas después de un breve descanso, volví a ingresar a la página; era media mañana. Comprobé en la pestaña "estadísticas" que la entrada había tenido unas pocas visitas. Era un primer paso. Estaba conforme.

En esos días pensé que tenía otros escritos que podía compartir con los lectores. Pero no todos aquellos trataban temas estrictamente litúrgicos. Así que decidí ampliar el alcance de la temática principal del blog, extendiéndola también a todo lo que estuviera relacionado con la piedad, pero siempre a partir de la liturgia. Es decir, el blog no trataría a secas sobre "liturgia y piedad", sino sobre la segunda "ordenada" a la primera; más aún, "subordinada" a ella. Publiqué unos escritos sobre el aborto y sobre el misterio de la Iglesia, y añdí algunos otros sobre "abusos litúrgicos", todos los cuales obtuvieron unas cuantas visitas más en los días sucesivos.

En esa misma semana me contacté con Faustino, un amigo, muy conocedor de la Informática, que me orientó mucho sobre el tema y tuvo la delicadeza de crear otra imagen de cabecera con fotos del inolvidable Juan Pablo II y también del gran Benedicto XVI, Papa reinante por entonces. Añadió a la cabecera el nombre del blog con la tipografía que conserva hasta hoy y con el escudo pontificio, lo cual se ha convertido en la principal imagen reprentativa del blog, su "logotipo":


 


En alguna otra página de Internet, alguien ha copiado el diseño, aunque seguramente sin malas intenciones.
En esos mismos días pedí a mi amigo añadir antes de las entradas de la página principal, y a continuación de esta de cabecera, otra imagen que expresara de manera explícita la absoluta e incondicional fidelidad del blog al Romano Pontífice, sea quien fuere. 

La siguiente fue la primera imagen que mi amigo realizó, enriquecida con una ilustración de Jesús Eucaristía, adorado por los ángeles, Abraham y Melquisedec (este último es, a la sazón, uno de los patronos del blog, junto con la Virgen María en su advocación de Salus Populi Romani, con san José y con el aquí omnipresente san Juan Pablo II). 

He aquí la primera imagen con que he expresado en el blog la fidelidad al entonces Santo Padre:



La elección de Su Santidad Francisco el 13 de marzo de 2013, hizo que reemplazara la precedente imagen del Papa Ratzinger por la del Papa Bergoglio. Con esto, se llegó a la imagen actual que se puede observar arriba de cada entrada y que aquí reproduzco en miniatura:




En octubre de 2016, con motivo de la festividad de san Juan Pablo II, volví a molestar a mi amigo para pedirle que elaborase una imagen de cabecera que integrara fotos de los tres últimos Pontífices, a los que está dedicado el blog. como puede leerse bajo esa imagen en la descripción. Adviértase que la primera solamente tiene a san Juan Pablo II y a Benedicto XVI. (V. supra).

El resultado fue la imagen actual:


                  Resultado de imagen para benedicto xvi liturgia catolica divino tesoro 


Las subtemáticas

Siempre teniendo como norte los tópicos de liturgia y piedad, he querido referirme también a varios subtemas: tiempos y conceptos litúrgicos, comentarios de documentos y de determinados libros (o partes de ellos) litúrgicos o relacionados con la liturgia, guiones para las Misas de los tres ciclos y para algunas particulares, y demás. En fin, una considerabble cantidad de temáticas a las que desde 2016 quise sistematizar agrupándolas en páginas, a partir del criterio de la afinidad. Ocasionalmente he añadido también crónicas de eventos litúrgicos o explicaciones comentadas de algunas partes de ellos, que me han parecido bastante ilustrativas.


Gratitud

Entrada especial al cumplirse una década de la creación del blog (5/1/2022): aquí.

En fin, no me queda sino agradecer a Dios, que se digna acoger las pobres migajas de este servicio; a los santos patronos, que me iluminan cada día; y a los lectores, que en la actualidad rondan el millar diario, y que lo superan ampliamente en festividades solemnes y tiempos fuertes. Cada consulta, comentario o corrección fraterna, son publicados tal y como se han enviado, y enriquecen sobremanera el blog, que es, en realidad, una obra conjunta del autor y de todos y cada uno de los lectores. 

Que el Señor nos permita seguir creciendo para gloria suya, decoro de la Iglesia y salvación de nuestras almas. 

¡Gracias por ser compañeros de viaje en esta gran aventura!


5 de enero de 2018, Vigilia de la solemnidad de la Epifanía del Señor.
VI aniversario de la creación de este blog.
Entrada  dedicada a mi amigo Faustino que me enseñó a "zambullirme" sin temor en esta travesía y colaboró siempre conmigo, y a cada uno de los lectores, permanentes u ocasionales.
(Última actualización de la entrada: 5/1/24).